La globalización, el acceso y evolución de la tecnología, la interconexión económica, la urbanización, el aumento de las regulaciones; las modificaciones en las necesidades de los consumidores y de los mercados, generan la necesidad de cambiar los modelos de los negocios hasta hoy conocidos, de crear nuevos paradigmas empresariales.     Por Roberto Cabrera*   El entorno de los negocios se encuentra en constante movimiento. Por eso, los tomadores de decisiones de todo el mundo tienen que hacer frente a factores críticos cruciales. Existen factores de cambio inter­nos y externos que modifican el panorama y la competencia en el mundo de los negocios en todas las industrias. México y América Latina (al) están inmersos en esa realidad y tienen la oportunidad de afrontarla con ciertas ventajas. Pero debemos de romper paradigmas. Los cambios se están dando de forma cada vez más acelerada. La globalización, el acceso y evolución de la tecnología, la interconexión económica, la urbanización, el aumento de las regulaciones; las modificaciones en las necesidades de los consumidores y de los mercados, generan la necesidad de cambiar los modelos de los negocios hasta hoy conocidos. Actualmente, tenemos la necesidad de innovar, de hacernos competitivos, de maximizar el talento humano de nuestras empresas, para aprovechar las oportunidades que se presenten en México y al en los próximos años.   Tres puntos que detonan  el crecimiento Queda claro que las cicatrices de la crisis financiera mundial todavía son palpables, y la confianza sigue siendo un asunto crítico en los mercados de México y de la región. Sin embargo, las empresas, sin importar los servicios que brinden, deben recurrir a la innovación, a la productividad y al aprovechamiento del talento para conseguir una ventaja competitiva en el mercado. Recurrir a estas iniciativas nos puede garantizar tres ventajas:
  1. Estar más cerca de nuestros clientes.
  2. Contar con procesos más eficientes.
  3. Mejorar precios y posicionamiento de valor.
Innovar significa estar a la vanguardia en el mercado. La “innovación disruptiva” es la atinada estrategia que ha llevado a las empresas a dominar su mercado, y que las ha hecho desafiar sus paradigmas. La productividad, la eficiencia en nuestra operación, es fundamental en el mundo globalizado. El posicionamiento competitivo de nuestro país y de al es parte del desafío. Con una economía claramente insertada en la dinámica global, para ser competitivos, los países deben asegurarse de tener el ambiente correcto para atraer nuevas inversiones y negocios, ya que la competitividad es uno de los principales factores que los negocios consideran al seleccionar a un país en el cual ubicarse. Uno de los retos que tiene México es distinguirse no sólo por ser la ubicación privilegiada con el salario más barato, sino por ser la más competitiva, y la que mayor valor pueda agregar a la cadena de sumi­nistro. Estamos en un momento de cambio crucial para el desarrollo del país, ante la aprobación e implementación de las reformas estructurales. Podemos destacar la reforma educativa de 2014, la financiera, la de telecomunicaciones, pero de manera muy especial debemos señalar la reforma energética. Cada una de estas transformaciones estructurales tiene como objetivo hacer que el país sea más competitivo y promover su crecimiento económico. Las reformas en su conjunto marcarán la actividad económica de México; a excepción de la reforma fiscal, que quedó lejos de las expectativas, esperamos que las demás tengan un impacto positivo en la competitividad de las empresas que operan en nuestro país. El alto nivel de oportunidad de negocio que se desata por la reformas es incuestionable, pero los retos son también significativos, especialmente en las cuestiones de seguridad. El gobierno federal ha estado realizando esfuerzos para resolverlas, pero todavía hay mucho trabajo por hacer, antes de que el impacto de las reformas se refleje en la calidad de vida de todos los ciudadanos. Por otro lado, la guerra por el talento representa otro gran desafío para las empresas, ya que éste es parte crucial en la innovación de sus estrategias, procesos y productos. En este sentido, claramente el papel de la mujer es de vital importancia. Entonces, los gobiernos y empresarios necesitan estar preparados para afrontar los paradigmas globales, que están definiendo la nueva dinámica global y que exceden cada vez más el límite de los recursos y la capacidad económica mundial. La Alta Dirección necesitará examinar minuciosamente sus propias competencias, sus habilidades, sus riesgos, su compromiso con las partes interesadas y desarrollar una conciencia propia que evolucione y resuelva las nuevas necesidades que se plantean por los actuales paradigmas: globalización, tecnología, entre otros, para afrontarlos con innovación, productividad y talento.   *Roberto Cabrera es socio líder de industrias y mercado de KPMG en México.       *Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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