cintillo_2013

  La aventura tuitera de Pedro José Fernández Noreña como Don Porfirio comenzó hace tres años. Hoy, casi 150,000 followers después, presenta su nueva novela sobre el porfiriato.     Apodado el villano más querido de Twitter,@DonPorfirioDiaz, más que un “tuitero con hartos followers”, es todo un fenómeno de las redes sociales que ha despertado el interés por nuestra historia patria. Ésta es una invitación a conocer su faceta como novelista.  

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16 de junio de 2012

Por la lluvia llego derrapando y con retraso al local de una célebre cafetería de Polanco. Subo las escaleras presuroso porque vengo a conocer a uno de los personajes más polémicos e intrigantes de las redes sociales: @DonPorfirioDiaz Un par de semanas antes le comenté qué debía considerar antes de enviar copias de su novela a las editoriales, misma que estaba deseoso de publicar. Sin idea de su apariencia, buscaba con la mirada a un hombre mayor de 50 años —en varias ocasiones, luego de leer sus tuits, estaba seguro que se trataba del historiador Javier García Diego apoyado por un community manager—. Para mi sorpresa, me topo con un joven que no llega a los 30. Callado, sencillo, es una odisea extraerle comentarios que no sean monosílabos. Luego de mi perorata, me entrega su novela impresa y engargolada en dos volúmenes. Apenas al llegar a la casa, mi ex mujer y yo la devoramos como si no hubiera otro texto en el mundo. Al día siguiente le confirmo que haré lo posible por buscarle editorial pero, unos días después, me avisa que Random House —donde trabajé cuando sólo era Plaza & Janés— le había dado un dictamen positivo. Me sentí aliviado y contento.  

17 de agosto de 2013

Llego con retraso a la misma cafetería de Polanco y el reencuentro con Pedro José Fernández Noreña —artífice y culpable del regreso de Don Porfirio en la vida pública— parece un déjà vu, salvo que la copia que ahora me entrega de su novela está impresa y distribuida en las principales librerías del país. Ésta es la conversación que siguió después:   CBR —¿Qué sientes de ver la novela al fin publicada? PJFN —Me siento satisfecho de haber trabajado en algo que finalmente llegó a las librerías y de leer los comentarios de quienes les está gustando. CBR —Antes de llamarse Los pecados de la familia Montejo, ¿qué título le habías puesto? PJFN —Primero Doña pecado; luego pensé en cambiarlo por Penitencia de sangre, pero sonaba a telenovela. Al final quedó así porque el tema principal es la familia y los secretos que hay en cualquier familia. CBR —Recuerdo que cuando me diste aquél borrador, te comenté que me parecía que se podía adaptar muy bien a la televisión, y que eso era porque te habías inspirado en Yo, Claudio, de Robert Graves, para escribirla… PJFN —Pero el motivo principal para escribir esta novela fue una tía que me pidió que empezara a escribir una biografía de mi abuela. Ella era una mujer que llegó a México luego de la Guerra Civil española y, al momento de escribir, tenía muchos huecos de su historia; así que comencé a llenarlos y, en algún momento, me llegó la pregunta de ¿y qué tal si mi abuela hubiera sido malvada? Y ahí se disparó esta historia. Al final separé las anécdotas de mi familia y crear a los Montejo con base en personas que conocía de mi escuela y del trabajo. CBR —Y a partir de que ya tenías clara la historia y los personajes, ¿cuánto tiempo te tomó escribirla? PJFN —Alrededor de un año. Antes había intentado escribirla y luego hice un par de guiones con base en algunos capítulos, como si se tratara de una miniserie y en el 2010 decidí trasladar la trama hace 100 años y ya se empezó a definir como novela. CBR —¿Y qué sigue después de este libro? PJFN —Estoy trabajando en otra novela que se desarrolla en el Segundo Imperio mexicano; es una historia de terror, epistolar… y no te puedo decir más. CBR —Sin caer en el cliché de ser líder de opinión ni pendejadas similares, ¿cuál es tu percepción del fenómeno de las redes sociales? PJFN —La gente siempre ha estado interesada por la historia, la cultura, las letras… pero nosotros no nos hemos sabido acercar a la gente. Un personaje como Don Porfirio ha funcionado en Twitter porque ha tomado un estilo humorístico que mezcla con un contexto real, histórico, y de ahí surge el interés por saber más de su historia: para comprender de lleno el chiste van y buscan información sobre sus comentarios. CBR —¿Y esta forma de acercarse al lector está en tu libro? PJFN —Es diferente a las redes. Es más una historia de suspenso, algo que se lee muy rápido, no por que quisiera vender más, sino porque he considerado las opiniones de quienes le responden a Don Porfirio: un poco de lo que ellos esperaban encontrar. CBR —¿Era tu intención desmitificar la imagen que se tenía en México de Don Porfirio como el dictador atroz que se presenta en los libros de texto? PJFN —No. No me veo como un desmitificador ni como contador de historias secretas. Sólo difundo datos de Don Porfirio y de su época que no se conocían. En Los pecados de la familia Montejo, los personajes tiene otra opinión sobre él: algunos lo ven como un mal necesario; otros lo ven como el salvador de la patria y que es indispensable; otros que están en contra y que festejan cuando renuncia a la presidencia… Como sucede en la vida real: cada quien tiene su opinión de un mismo personaje. CBR —Además de esta novela, ¿qué te ha dejado Don Porfirio? PJFN —He conocido a varios historiadores y escritores. He aprendido mucho más sobre el tema y sobre la época del porfiriato; cambié mi giro de trabajo: antes era ingeniero en informática y ahora genero contenidos para las redes sociales. Conocí a Epigmenio Ibarra y fue así como me hice guionista de El sexo débil; y apenas entré a una empresa de relaciones públicas. CBR —¿Cuál es el problema de los historiadores mexicanos, porque son expertos en volverla inaccesible y aburrida? PJFN —Porque se sienten dueños de la historia. Sus obras son unos mamotretos enormes que el público en general jamás va a leer. Curiosamente, las mejores novelas históricas no están escritas por historiadores; por ejemplo, Zunzunegui es comunicólogo. De ahí que los historiadores nos ataquen de falta de rigor, de no contar la historia completa de un sólo personaje, los detalles más aburridos… Un locutor a veces se acuerda de mí y me ataca acusándome de que “la gente va a pensar que usted es el verdadero Don Porfirio”; en verdad me preocuparía que la gente pensara eso. CBR —¿Cuál es la pregunta más estúpida que te han hecho? PJFN —Una comentarista de radio alguna vez me preguntó por qué había dedicado tanto a un personaje que sólo había estado 9 meses en el poder. ¿Qué respondes a eso?

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Antes de la creación de @DonPorfirioDiaz los personajes históricos de Twitter eran muy rigurosos y sólo publicaban frases y testimonios verídicos; con el personaje de Pedro J. Fernández, Don Porfirio es un usuario más de las redes y tiene opiniones y responde de acuerdo a las circunstancias, pero sin desapegarse de su contexto histórico. @DonPorfirioDiaz tuitea desde un telégrafo y su intención no es pedagógica, sino de crítica y cuestionamiento social, de lo que no pasa y hacemos ahora por medio del humor y la sátira. Con poco más de tres años en las redes sociales este personaje es seguido por casi 150 mil personas —y contando— su resonancia ha desatado desde virulentas reacciones académicas, hasta un replanteamiento de cómo contar la historia de México. Si quiere conocerlo en persona y ser parte de esta historia, asista a la presentación de Los pecados de la familia Montejo este 29 de agosto en la librería Gandhi de Miguel Ángel de Quevedo a las 7 de la noche.   El autor de esta nota recibirá con gusto sus comentarios en Twitter. Sígalo como @alguienomas  

 

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