Reuters.- El juez federal Sérgio Moro decidió el jueves ordenar el encarcelamiento del expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva por un caso de corrupción. Lula fue condenado a 12 años y un mes de prisión por corrupción pasiva y lavado de dinero por un caso que involucra la cesión de un apartamento en un balneario del estado de Sao Paulo a cambio de contratos públicos con una constructora. El juez permitirá que el político izquierdista se entregue voluntariamente hasta las 17.00 hora local del viernes. La decisión de la corte suprema de Brasil que allanó el camino al encarcelamiento del condenado expresidente Luiz Inácio Lula da Silva sumió a la izquierda en el caos y aumentó las posibilidades de que un centrista gane las elecciones de octubre, dijeron el jueves analistas y rivales políticos. Los mercados financieros reaccionaron con alzas después que el Supremo Tribunal Federal (STF) rechazó en la madrugada del jueves el pedido de Lula para permanecer en libertad hasta agotar todas las apelaciones a su condena por corrupción. La decisión probablemente ponga fin a su extensa carrera política y a cualquier posibilidad de competir por la presidencia, a pesar de las encuestas de opinión que lo muestran como favorito. El Partido de los Trabajadores (PT), fundado por Lula, dijo que sus partidarios se lanzarían a las calles para defender su derecho a participar de las elecciones. En Brasil un candidato tiene prohibido presentarse para cargos públicos durante ocho años después de ser declarado culpable de un delito. “Lula continúa siendo nuestro candidato, porque es inocente y porque es el candidato favorito para convertirse en el próximo presidente de Brasil”, sostuvo la senadora Gleisi Hoffmann, presidenta del PT. Puedes leer:  Facebook es multado en Brasil por no ayudar con una investigación Pero rivales políticos y analistas dicen que hay pocas esperanzas de un retorno de Lula, de 72 años, que enfrenta otros seis procesos por corrupción y otros cargos. “No hay manera de que Lula pueda reconstruir su carrera. Cavó su propia tumba política al liderar una compleja trama de corrupción”, dijo el senador Alvaro Dias, candidato presidencial por el centrista partido Podemos. “Es el fin de un ciclo populista en Brasil”. La caída de Lula es una profunda pérdida para la ya dividida izquierda brasileña. “El PT tendrá que pasar rápidamente al Plan B, que es el exalcalde de Sao Paulo Fernando Haddad, o incluso al Plan C de apoyar a un izquierdista de otro partido, como el exgobernador del estado de Ceará Ciro Gomes”, dijo Lucas de Aragao, analista político de la consultora Arko Advice. Lula presidió Brasil en dos periodos entre 2003 y el 1 de enero de 2011, cuando dejó el poder con una aprobación de más de 80 por ciento. Entonces, su apoyo fue suficiente para que la sucesora que eligió, Dilma Rousseff, fuera elegida dos veces, pese a que nunca había ocupado un cargo de elección popular.

 

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