Venezuela eliminará tres ceros al bolívar, la moneda local del país, y circularán nuevos billetes a partir de junio,  según anunció el presidente Nicolás Maduro, en una medida que busca solventar la escasez de efectivo ante la voraz inflación que vive la nación petrolera. Esta reconversión monetaria ocurre una década después de que el fallecido presidente Hugo Chávez, líder de la revolución bolivariana y mentor de Maduro, también borró tres ceros al bolívar e introdujo una nueva familia de billetes que bautizó como “bolívares fuertes” para enfrentar la escalada de precios. “Está lista la reconversión monetaria (…), la defensa del bolívar que ahora pasaremos a catalogar como el bolívar soberano”, dijo Maduro frente a ministros y banqueros en un acto en el palacio presidencial de Miraflores transmitido por el canal de televisión estatal. “Hay quienes plantean dolarizar la República. No, Venezuela no será colonia del dólar. Vamos a defender el bolívar, vamos a defender al petro”, afirmó en alusión a la propuesta hecha por Henri Falcón, su principal rival en las elecciones presidenciales de mayo, de detener en seco la hiperinflación abandonando la moneda local. A partir del 4 de junio entrará en circulación un nuevo cono monetario que incluirá monedas de 50 céntimos y un bolívar, además de un conjunto de billetes con denominaciones desde dos bolívares hasta 500 bolívares, informó el mandatario al ir mostrando en vivo el nuevo diseño de los “bolívares soberanos”. El efectivo que circula en el país no alcanza para atender la demanda de los venezolanos, que se refugian en pagos electrónicos para intercambiar bienes, aún después de que meses atrás el gobierno emitió el billete de 100.000 bolívares. Maduro en 2016 llegó a sacar de circulación por unos días el billete de 100 bolívares, acusando al gobierno colombiano de impulsar el contrabando de papel moneda para causar caos, pero ante la falta de efectivo terminó retrasando la medida. El Banco Central de Venezuela no divulga datos sobre la inflación desde hace dos años. Ante la carencia de cifras oficiales, el Congreso liderado por la oposición creó una medición que muestra que por primera vez el país enfrenta una hiperinflación, la cual comenzó a fines de 2017 y se refleja en una subida de precios de 6.147 por ciento interanual hasta febrero. El gobierno socialista asegura ser víctima de una guerra económica que busca socavar una economía en recesión desde hace cinco años y acusa a mafias en Colombia y en Estados Unidos de debilitar la moneda local al inflar el precio del dólar no oficial, usado como referencia en el país.

 

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