El Banco de México estima que el porcentaje de población bancarizada en zonas rurales es menor a 6%, dado que 99.5% de las localidades del país tiene menos de 2,500 habitantes, los bancos que ya existen no consideran rentable establecer sucursales en estas comunidades, pero ¿habrá nuevos competidores que busquen a esta población?      Al 1 de octubre de 2013, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) otorgó a Banco Inmobiliario Mexicano la autorización para operar como institución de banca múltiple; es decir, podrá ofrecer créditos y productos de ahorro. Con éste, el sistema financiero mexicano ya tiene 44 instituciones pero, según el órgano regulador, aún falta por ver nuevos competidores que aumenten la penetración de los servicios financieros. Datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público arrojan que las cinco ma­yores instituciones financieras concentran 74% del otorgamiento de créditos. Por ello, el presidente de la CNBV, Jaime Gon­zález Aguadé, afirma que el surgimiento de nuevos bancos y la eliminación de barreras de portabilidad de cuentas ge­nerarán competencia, el punto clave para tener más crédito a mejores tasas. “Tenemos pendientes procesos de autorización para algunos bancos que ya tenían licencias. Algunos quieren una licencia de banca múltiple full y, por otro lado, no necesariamente todos los bancos nuevos serán de nicho”. Los bancos de nicho son intermedia­rios especializados en una sola actividad. Esto significa que puede obtener una licencia banca­ria con un capital relativamente menor y, por lo tanto, operar con menores costos. Por su parte, las instituciones de banca múltiple son sociedades anónimas facultadas para realizar operaciones de captación y colocación de financiamiento, sin tener un público destino determina­do. En los últimos cinco años se han otorgado 17 licencias bancarias. El total de licencias es de 47. Los nuevos bancos presentan tasas de crecimiento superiores a 80%, pero aún representan menos de 5% del total de la cartera. Por tamaño de activos, los diez bancos más grandes son BBVA Bancomer, Bana­mex, Santander, Banorte, HSBC, Inbursa, Scotiabank, Deutsche Bank, Banco del Bajío y Bank of America, que en conjunto concentran recursos por más de 5.2 billo­nes de pesos. Bajo ese entorno, Jaime González Aguadé afirma que la reforma financie­ra buscará dar a los nuevos bancos un campo de acción con menos barreras de entrada. “Hay muchas barreras que limitan la entrada de nuevos competidores. La movilidad de los créditos es una de ellas. Si tienes un crédito hipotecario y te quieres cambiar a otro banco, el trámite es suficientemente complicado como para que ni la gente ni el banco lo hagan. Éste es el tipo de cambios que vienen en la reforma financiera”, afirma. González Aguadé es un promotor acti­vo de canales alternos de operación para los sectores en los que ha participado. Durante el tiempo en el que se desempe­ñó como director de Bansefi, empujó con éxito la bancarización de zonas rurales. Por otro lado, cuando estuvo al frente de la Comisión Federal de Electricidad se dio a la tarea de impulsar nuevos proyectos de energía eólica. La competencia y la eliminación de barreras en portabilidad de cuentas son objetivos claros de la reforma financie­ra. De hecho, a finales de septiembre, la Comisión Federal de Competencia (CFC) señaló en un documento dirigido al Senado que la iniciativa incluye la mayor parte de las recomendaciones de la CFC que se encontraban pendientes o que habían sido adoptadas sólo parcialmente en esfuerzos anteriores. “La reforma financiera busca que, al tener más información y movilidad, haya más competencia”. Para Jaime González Aguadé, presidente de la CNBV, la competencia es la clave para tener más crédito a mejores tasas.

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La regulación está lista La reforma financiera es un esfuerzo por tener un terreno de juego más justo para los participantes del sistema financiero e implica nuevos retos en materia de cambios procesales para la CNBV, aunque la regula­ción es un terreno en el que ya se tiene un camino andado. Desde la crisis bancaria de 1994, el sis­tema financiero mexicano se ha sometido a reformas que buscaban instituciones más sólidas. A 20 años de echar a andar la maquinaria regulatoria, México se convirtió en el primer país en adoptar los estándares internacionales de capital, contenidos en la regulación de Basilea III; el promedio de ca­pitalización de la banca alcanzaba 15.7% en junio de 2012, medio año antes que entrara en vigor la adopción oficial de los preceptos, y para diciembre ya alcanzaba 16%. Sin embargo, el reto mayor está justo en la penetración de servicios financie­ros. En los últimos años, el crédito ha crecido a tasas más aceleradas que el PIB. Tan sólo el crecimiento acumulado de la cartera de crédito en banca múlti­ple entre 2006 y 2011 alcanza 44%. Aun así, el índice de penetración financiera con respecto al PIB apenas ronda 25%, lo cual muestra un rezago en compa­ración con países como Brasil y Chile, donde el indicador se sitúa en un rango de entre 70% y 80%. “Las reformas vienen en diferen­tes sentidos. Nos tardamos 20 años en fortalecer, crear y consolidar un sistema financiero fuerte. La reforma (financiera) se da porque, a pesar de lo que hemos hecho, y de que se pensaba que la estabi­lidad económica sería la medida para el crecimiento económico y el crédito banca­rio, la verdad es que no es lo único. Es una condición necesaria pero no es suficiente”, explica González Aguadé.   Los nuevos jugadores A finales de septiembre, la CNBV autorizó la operación de Banco Inmobiliario como institución de Banca Múltiple, que surge a partir de la transformación de régimen de la Sofom Hipotecaria Casa. En una primera etapa, dará servicios de crédito enfocados al sector inmobiliario y, poste­riormente, ofrecerá servicios de ahorro al público en general. La importancia de la competencia no es tema nuevo para la entidad regulatoria. En 2008, con la entrada de bancos de nicho al sistema se aprobó el marco legal para que, al conformarse estas instituciones, el capital inicial fuera de 34 millones de UDIS, cuando una institución de banca múltiple requiere 90 millones para obtener la autorización. De ahí que también se aprobara la operación de bancos como Banco Forja­dores, especializado en crédito grupal de pequeños empresarios, o Banco PagaTodo, enfocado en una oferta de diversificación de medios de pago. Entre 2011 y 2012 fueron cinco los ban­cos que recibieron luz verde por parte de la CNBV: Banco Base, Banco Bicentena­rio, Agrofinanzas, PagaTodo y Forjado­res. En los cinco casos, el lapso entre la recepción de la solicitud y la obtención del oficio de autorización fue menor a un año. Jaime González Aguadé afirma que se ha buscado reducir tiempos por lo que el promedio de los últimos años ha sido entre uno y dos años. “Es un proceso en el que se involucra el Banco de México y la Secretaría de Hacienda. Actualmente tenemos algunas (autori­zaciones) en proceso”. Sin embargo, hacer banca no es tan sencillo. El Banco de México estima que el porcentaje de población bancarizada en zonas rurales es menor a 6%, dado que 99.5% de las localidades del país tiene menos de 2,500 habitantes, por lo que no resulta rentable instalar sucursa­les en esas localidades. En suma, para los nuevos bancos son favorables las nuevas regulaciones; sin embargo, enfrentarán como un reto la adopción de tecnología para aprovechar las figuras de corresponsalía (operacio­nes básicas de captación y pago de tarje­tas a través de comercios e instituciones no bancarias).

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