Luego de que en el Mundial de 2010 las predicciones del Pulpo Paul se cumplieran y tras su muerte ocurrida por causas naturales, ninguna de las mascotas surgidas en esta Copa han logrado pronósticos acertados como el octópodo.   Reuters   CURITIBA Brasil  – El público extraña al Pulpo Paul. Los goles han llovido durante toda la semana en un Mundial sensacional desde el juego, pero el reino animal todavía no parece consolidarse en el juego de las predicciones para este torneo con señales a través de sus patas, plumas y aletas. Las certeras predicciones del Pulpo Paul desde su tanque en el Centro de Vida Marina en Oberhausen, en Alemania, lo catapultaron a la fama en el Mundial de 2010 y le valieron una reputación como síquico del fútbol. Su muerte, ocurrida por causas naturales apenas meses después de predecir correctamente que España derrotaría a Holanda en la final, fue sentida por muchos. Desde entonces muchos han querido tomar su lugar, en su mayoría candidatos propuestos por campañas de márketing para productos específicos, pero ninguno ha tenido la precisión ni la magia del cefalópodo. Parece que ahora no existen predicciones sencillas en el fútbol internacional. El síquico de un zoológico de Australia, también conocido como el canguro Flopsy, decepcionó cuando dio a entender que Portugal derrotaría a Alemania y que los “Socceroos” vencerían a Holanda. Otro rival del Pulpo Paul, el periquito Mani de Singapur, ha decidido guardar silencio, mientras que el cuy Madame Shiva indicó que Suiza derrotaría a Ecuador y perdió toda su credibilidad al señalar que los suizos superarían a los franceses antes de su derrota 5-2. Los alemanes se fijaron en una tortuga de Schleswig-Holstein, el pingüino Ronald de Brandenburgo, los armadillos Taka y Flitz en Erfurt y Chemnitz, la elefanta Nelly y hasta una nutria llamada Ferret. Tras lanzar predicciones en torno a los tres amistosos de Inglaterra para el diario británico The Sun, la piraña Pele se agobió al predecir que la ahora eliminada Inglaterra arrasaría con Italia en la ciudad amazónica de Manaos. “Cabezona” (Big Head), una tortuga síquica de la localidad playera de Praia do Forte en Brasil, fue un poco más precisa al pronosticar que el pentacampeón superaría a Croacia en el primer partido del Mundial, pero todavía le queda camino por recorrer. A fin de ayudarle a identificar su elección de una escuadra nacional, los trabajadores del santuario donde está colocan banderas con los equipos en el torneo sobre los peces que le sirven de alimento. El pescado que la tortuga decida comerse representa la selección que se considera que ganará, al tiempo que hay un balón de la Copa sobre un tercer pescado que le da la alternativa de predecir un empate. Es un mercado abarrotado de participantes, pero eso no ha detenido a la ciudad sede de Curitiba de entrar en acción con su propio carpincho vidente. “Otros animales videntes sólo te dicen los resultados, pero los carpinchos son diferentes”, dijo confiado el portavoz del ayuntamiento de la ciudad, Alvaro Borba, a Reuters Televisión. Son tan diferentes que ignoran los balones y las zanahorias a la hora de predecir el resultado del partido del lunes entre Brasil y Camerún. “Eso significa que el balón estará en el centro del campo, en ese partido no va a pasar nada, será muy aburrido”, dijo Borba con un dejo de desesperación. “La predicción del carpincho es una ciencia, algo en lo que se puede confiar”, agregó.

 

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