Bien por FIRA, bien por Banco de México, bien por BIVA y bien por las miles de mujeres que serán beneficiadas por la reciente y novedosísima emisión de un bono social con enfoque de género en nuestro país.

La institución dirigida por Alan Elizondo, responsable de esta colocación, maneja los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA) y funciona desde hace 66 años con objeto “apoyar el desarrollo de los sectores rural, agropecuario, forestal y pesquero del país a través de intermediarios financieros y empresas especializadas”.

Su fideicomitente es la Secretaría de Hacienda y Crédito Publico y el fiduciario es Banco de México, que tuvo en la Subgobernadora Irene Espinosa a una gran aliada en esta emisión particular. Brindan crédito, garantías, capacitación, asistencia técnica y transferencia de tecnología para que productores y empresas rurales detonen proyectos productivos.

Los créditos no se otorgan directo a los beneficiarios finales, si no a través de intermediarios, fomentando el desarrollo y profundización del mercado financiero.

Fue así que este organismo realizó el pasado 15 de octubre una acción novedosa y sin precedente que hay que celebrar: un bono emitido en la Bolsa Institucional de Valores (por cierto, presidida exitosamente por María Ariza) que tiene por objeto mejorar el acceso a financiamiento de las mujeres y ampliar la cartera de inversión en empresas y proyectos que necesariamente estén liderados o constituidos en su totalidad por mujeres.

La colocación por 3 mil millones de pesos en el mercado de deuda local busca apoyar la autonomía económica de las mujeres del campo, a través de capital de trabajo y financiamiento para infraestructura. Fue una emisión a 3 años con tasa variable cuya demanda casi cuadruplicó el monto ofrecido y logró comprimir el spread diferencial de manera alentadora, ubicándolo en niveles previos a la pandemia (TIIE más 27 puntos base). La idea es que en el futuro se pueda convertir en una clase de activo utilizado con frecuencia en los mercados mexicanos.

Se trata de hacer llegar financiamiento no solo a un espacio de grandes rezagos y oportunidades, si no a un sector muy particular donde considerando que los derechos de propiedad otorgan o limitan el acceso al crédito, la cifras son asombrosas: del 100% de la tierra agrícola, el 79% está en manos de hombres, mientras que solo el 21% es propiedad de mujeres.

Ello aunado a las desproporcionadas diferencias en jornadas, formalidad e informalidad, retribución por trabajo igual, participación en el mercado laboral e inclusión financiera. Por ejemplo, las mujeres producen más del 60% de los alimentos en los países en desarrollo y emergentes, y obtienen entre 30 y 70% menores ingresos que los hombres.

Este bono social de género es un estupendo ejemplo de que con voluntad, creatividad y capacidad, se puede coadyuvar a emparejar el piso para el pleno acceso a derechos de las mujeres mexicanas, en este caso, con acento en el entorno rural. Si eres micro, pequeña o mediana empresaria, o colaboras en una empresa constituida por mujeres, acércate a FIRA que cuenta con 88 oficinas a nivel nacional para orientarte y canalizarte, y puedas aprovechar estos nuevos instrumentos financieros.

https://www.fira.gob.mx/OficinasXML/OficinasDireccion.jsp

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