Sin ninguna cuenta oficial de Twitter, y apoyado en su perfil en Facebook, Messi apuesta más a sus logros deportivos que a su vida en las redes sociales.     Hasta hace unos años para mí era un desconocido el futbolista argentino Lionel Messi. ¿Por qué se volvió un referente del deporte alcanzando al portugués Cristiano Ronaldo, si no ocupa tanto las redes sociales ni los escaños publicitarios? Por muchos años no fui un gran seguidor del mundo del deporte. Lo que más me llamaba la atención era la Fórmula 1 y, en ocasiones, el tenis. Pero de ahí en fuera lo demás era para mí un terreno inhóspito que solía mirar con indiferencia. Pero por cuestiones de trabajo tuve que sumergirme en el mundo del deporte. En breve tiempo tuve que asimilar algunos datos estadísticos, equipos, jugadores y ampliar mi visión de consumo deportivo. En ese ir y venir de la información terminé mirando con gusto los partidos de futbol que -si bien nunca fui un fanático enceguecido de un equipo en particular- me permitió ver con sangre más fría y analítica un encuentro balompédico, sin dejar de lado la emoción del gol. Al cabo de los meses, comencé a caer en cuenta en varios puntos que no había reparado de no haber sido por mi incipiente paso por el periodismo deportivo: antes de ese tiempo, únicamente identificaba al portugués Cristiano Ronaldo. Está bien, lo reconozco: de CR7 sabía poca cosa. A lo mucho que su contratación por parte del Real Madrid, en el 2009, se había convertido en la más costosa hasta entonces. O al menos eso decían los medios deportivos. Pero, ¿y los demás cracks del futbol? ¿Por qué no conocía al argentino Lionel Messi que muchos se empeñan en colocar como rival de rivales de Ronaldo? Tal vez la historia tenga que ver con la mercadotecnia deportiva de cada uno de esos deportistas, e incluso con su carrera en el futbol. Recuerdo cuando el Real Madrid fichó al portugués Cristiano Ronaldo. La operación financiera fue de 96 millones de euros, transacción calificada entonces como “el traspaso más costoso en la historia del futbol”. La llegada del delantero ameritó todo un espectáculo y despliegue mediático en el estadio Santiago Bernabéu en el año 2009, lo que significó que medios en general dedicaran sus planas deportivas a la llegada de aquel hombre que en medio de los aplausos lucía un par de calcetas blanquísimas. Por varios días de aquel 2009, parte del centro de atención era la joven promesa que vendría a darle un toque y ritmo muy particular a los encuentros deportivos. Al día de hoy, Ronaldo tiene un valor en el mercado de 100 millones de euros, de acuerdo con la página Transfermark.es, ocupando el segundo escaño como el futbolista más caro del mundo. ¿Era Ronaldo un gran personaje que ameritara que los medios acapararan la atención sobre él? La verdad tal vez no en este momento. En aquel 2009, llegaba a las “grandes ligas” del futbol para hacer contrapeso al cada vez más creciente desempeño de otro gran personaje del futbol: Lionel Messi. Messi creció y se fogueó en la selección nacional de futbol de su natal Argentina. Con tan sólo 17 años, fue fichado por el Barcelona en el año 2004. En esa ocasión su valor en el mercado era de 3 millones de euros, según el sitio de internet Transfermarkt.es; al siguiente, año su valor ascendió a los 5 millones. Actualmente, el valor en el mercado de “La Pulga” es de 120 millones de euros. Es decir, Messi -quien hasta hace un par de años era para mí un desconocido- se ha embolsado más dinero y atrae más la atención de los medios que su colega portugués. Eso sin contar los cuatro Balones de Oro que ha obtenido al hilo. Tal vez este fenómeno es parecido al que conté en este mismo espacio el 30 de mayo pasado. En mi post “Neymar, las Relaciones Públicas sí existen”, conté un poco cómo se fue fabricando la imagen del brasileño Neymar para su inminente llegada al Barcelona. Portadas en revistas internacionales, videos casuales de cómo interactúa con sus colegas e incluso de la ocasión que fue sorprendido por la visita del comediante mexicano “kiko”, fue parte del trabajo de medios que tuvo el carioca. Con Ronaldo sucede algo parecido: puede llegar a ser más identificado por su presencia como imagen de ropa interior o de marcas de artículos deportivos. Eso sin contar su presencia en las redes sociales que no duda en utilizar para difundir sus nuevos patrocinios. Campo en el que Messi está algo más rezagado. Sin ninguna cuenta oficial de Twitter, y apoyado en su perfil en Facebook, Messi apuesta más a sus logros deportivos que a su vida en las redes sociales. También el argentino se ha mantenido más reservado de su vida privada, alejándose del modelaje y la presencia en todos los espacios publicitarios posibles como hace Ronaldo. A lo mejor por eso por un tiempo para mí Messi fue un gran desconocido. Y tú lector, ¿qué opinas?       Contacto: Sígueme en Twitter: @miguelcolunga1       *Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.  

 

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