De acuerdo a George Friedman -The Next 100 Years (2009)-, México está destinado a ser una potencia y a equilibrar su relación con Estados Unidos. ¿Por qué? Por el tamaño de su mercado, por su situación geográfica, por su desarrollo industrial-comercial, por su apertura comercial y por el grado de desarrollo en su población. Pero aún no somos potencia y hay algunos temas en la agenda que debemos entender para poder serlo. El más importante de todos es agregar a nuestro vocabulario la frase “pongámoslo a prueba”. Somos muy dados a perdernos en teorías, diagnósticos académicos, opiniones no fundamentadas y discusiones políticas. Estados Unidos (EU) nos supera tremendamente en su filosofía pragmática e innovadora. Si algo no está funcionando, es indispensable cuestionarlo y cambiarlo, y la mejor manera de hacerlo es poniendo a prueba alguna idea diferente. No hay sistemas perfectos, hay sistemas perfectibles; es necesario cambiar nuestra idea de perfección absoluta y a la primera (que en el fondo es miedo al fracaso) por una de experimentación e iteración. ¿Qué podríamos probar? Aquí hay cinco ideas con las que podemos empezar:
  1. Regulación de drogas. Podríamos empezar por la marihuana (la más fácil de regular) y con el cultivo de la amapola. Si lo hacemos, entenderemos que la mayor parte de la violencia y la corrupción del país se derivan del comercio oscuro de estas dos plantas, podríamos además convertirnos en un país exportador de opiáceos con fines médicos; crear fuentes de empleo y de progreso en estados rezagados; y revitalizar nuestra industria turística. Urge probar un esquema de regulación, ya que el de la prohibición y la sumisión ante EU sólo nos ha traído problemas. La prohibición nos frena, nos cuesta y nos inhabilita para hacer cambios más profundos. ¿Se imaginan un México en paz?
  2. Reforma administrativa. Tenemos un gobierno ineficaz y corrupto que nos baja tremendamente la competitividad. Urge probar lo que muchos países hicieron en los años 90 y nosotros dejamos a medias. Urge separar lo administrativo de lo político, darle herramientas y conceptos de la Administración de Calidad a los funcionarios y poner a prueba nuevos esquemas administrativos y presupuestales. Nosotros iniciamos esta reforma en la administración del presidente Ernesto Zedillo con el Promap -Programa de Modernización de la Administración Pública-, pero se quedó a medias ya que cuando empezó a generar las primeras turbulencias (necesarias para el cambio) se abortó por falta de entendimiento y de liderazgo. Desafortunadamente, nunca contamos con el apoyo de Zedillo. Ninguno de los gobiernos que lo sucedieron lo entendieron. Sigue pendiente esa reforma. ¿Se imaginan qué sería de México con un gobierno de calidad?
  3. Transparencia y contraloría total. Salimos muy mal evaluados en corrupción, ocupamos el lugar 103 a nivel mundial. Ése es un lastre para el desarrollo de México. Equivocadamente suponemos que los esquemas de mayor control, los cuerpos especializados de contraloría y la penalización de sus consecuencias pueden con la corrupción. Es justo al revés: hay que prevenirla, tener menos controles sobre la actividad y más énfasis en resultados, y una Contraloría Total ejercida por la comunidad a través de la Internet. Urge probar esto. Póker abierto, manos sobre la mesa. ¿Se imaginan un gobierno que detecta rápidamente a los funcionarios corruptos?
  4. Menos dependencia y sumisión con EU. Nuestro gran socio comercial es EU, pero pagamos cara esta relación cuando se convierte en dependencia. Asimismo, dejamos que nos dicten políticas de seguridad nacional (ver punto 1). Es tiempo de probar ser más independientes de EU tanto comercial como políticamente. Podemos fortalecer el mercado interno y expandir nuestro comercio con otras regiones.  Además, debemos entender que la fricción con EU en el futuro muy próximo será por ver quién retiene a los mejores mexicanos no por la inmigración ilegal; su economía requiere de mexicanos valiosos, la nuestra también. Por tanto, probemos más independencia y defendamos lo nuestro como debe ser. ¿Se imaginan un país que sabe defender sus intereses?
  5. Sociedad más crítica pero mejor informada. Nos hemos vuelto críticos, pero no nos hemos informado y somos sumamente negativos. Muchos siguen creyendo que lo que se requiere es un gran líder político. Esto no es así. Probemos ser mejores ciudadanos con más y mejor información. No podremos avanzar en ninguno de los temas anteriores si no hacemos nuestra parte como sociedad. No cedamos el poder personal a nadie: a ningún líder político, religioso, académico o económico. Probemos esto y en el proceso aprendamos a ser nuestros propios líderes con una visión positiva del futuro. ¿Se imaginan una sociedad bien informada, optimista e innovadora?
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