Por Fernando Lorenzo y Gerardo Vázquez Gómez* Llegó el momento, el 16 de agosto comienzan en Estados Unidos las pláticas de renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Los representantes por México, encabezados por Kenneth Smith Ramos y Salvador Behar Lavalle, este último experto en derecho internacional y en asuntos de comercio, estarán acompañados por un grupo clave: el cuarto de junto empresarial mexicano, liderado por Moisés Kalach Balas, director del Consejo Estratégico de Negociaciones Internacionales del Consejo Coordinador Empresarial y uno de los más prominentes empresarios del país. Los términos de la discusión al parecer serán más prácticos y menos radicales que lo que se anticipó, y donde el gobierno estadounidense busca reducir su déficit comercial. Por su parte, México buscará poner en la mesa varios temas: acceso a bienes y servicios sin restricciones, fortalecer mecanismos de resolución de controversias, modernización de procesos aduanales, integración de mercados laborales, medidas anticorrupción, comercio electrónico, propiedad intelectual, medidas sanitarias y fitosanitarias, telecomunicaciones y compras gubernamentales. Además del comercio digital y lo relacionado con el sector energético. También se priorizarían sectores como manufactura, agroindustria, el apoyo a las pequeñas y medianas empresas (Pymes), y la introducción de un moderno comercio digital ante el avance de la tecnología. Capítulo 19, un mecanismo de certidumbre Un tema por demás fundamental es el de resolución de controversias. La intención de Estados Unidos de eliminar el Capítulo 19 (subvenciones y dumping) obedece a un proteccionismo para ciertos sectores, principalmente el agrícola, no obstante, para México y para el bien del tratado, este capítulo ha demostrado ser un mecanismo imparcial para resolver conflictos. Resaltan los casos de la madera blanca y el de transporte, donde tanto Canadá como México han ganado los argumentos para que Estados Unidos acate en lo posible los acuerdos alcanzados. El Capítulo 19 es necesario y nuestro país estaría dispuesto a negociarlo para convertirlo en una disposición más ágil, sin trastocarse los intereses nacionales ni debilitar al árbitro en su independencia resolutiva. Habilidad negociadora de México, sólida y sin miedos México tiene la gran oportunidad de utilizar su probada capacidad negociadora para lograr un tratado moderno, abriendo áreas de oportunidad hacia la competitividad del país y sus empresarios. Esto se logrará de dos formas: no ceder ante los intereses del país y aceptar los cambios que también nos beneficien, con mecanismos más ágiles. La experiencia de los negociadores mexicanos se ha demostrado en diferentes tratados de libre comercio, y seguramente pesará en las renegociaciones del TLCAN. Sin duda se concederá terreno en algunos aspectos, pero es prioridad mantener firmeza en otros, como acceder a una política migratoria más flexible, competencia laboral y un canal abierto para las Pymes mexicanas en iguales condiciones que las estadounidenses. Nuestro país, ¿preparado para un tratado sin EU? El TLCAN es un acuerdo comercial de tal amplitud que, prácticamente, a nadie le conviene su desaparición o fractura. El grado de integración es tan alto en esta relación trilateral, que para Estados Unidos implicaría pérdidas de aproximadamente 14 millones de empleos directos e indirectos. Pero en el hipotético caso de que Estados Unidos dejará el TLCAN, ¿cuál sería el impacto para México? Los 12 tratados de libre comercio que actualmente México tiene firmados con 46 países en América Latina, Europa y Asia, le dan la posibilidad de diversificar su entorno comercial (no olvidemos las 4,400 empresas mexicanas que generan empleos en Estados Unidos). Además, las posibilidades de expansión son sólidas con la concreción de tratados con Corea del Sur y la Unión Europea, aunque sin duda el Acuerdo Transpacífico (TPP) sería esencial para impulsar el panorama comercial de México. No obstante, la mira está puesta en esta renegociación entre Estados Unidos, Canadá y México, para impulsar un acuerdo que fomente con mayor fuerza la integración y la competitividad de este bloque comercial tan significativo. *Fernando Lorenzo y Gerardo Vázquez Gómez son socio y director, respectivamente, de Resolución de Controversias Fiscales, PwC México.   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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