Por Raúl Camba* El sector petrolero experimenta una de las recesiones más importantes de los últimos años. La oferta es mayor que la demanda y eso ha mantenido deprimidos los precios del petróleo. En la última década hemos presenciado grandes hitos que forjaron el panorama actual de abundancia de hidrocarburos. Algunos ejemplos son la apertura de las reservas de petróleo de Irak tras la guerra, el desarrollo de petróleo no convencional en Estados Unidos y, finalmente, la apertura de México. Todo esto implica un fuerte cambio de paradigma, donde la abundancia de reservas a nivel global hará que sólo los productores más eficientes capten sus beneficios. Nuestro país tiene una posición privilegiada para lograrlo, pero requiere además del éxito de nuevos modelos de negocio habilitados por la Reforma Energética, de un aumento dramático de la productividad de la mano de la transformación tecnológica. México ha diseñado ya un modelo de industria de hidrocarburos basado en las mejores prácticas para gobierno, instituciones y compañías. Como todo modelo, es perfectible, pero ha logrado atraer atención de la industria. Ahora tenemos que considerar que en la nueva realidad de la industria será necesario ser cada vez más agresivos al establecer condiciones adecuadas para asegurar la inversión. El escenario a evitar es tener una riqueza ficticia: petróleo que se quede bajo tierra. Desde la perspectiva de los inversionistas podemos considerar dos factores principales a tomar en cuenta para invertir en la industria petrolera mexicana. El primero es el económico, que se analiza en el contexto de un portafolio global para determinar la factibilidad financiera y técnica de un proyecto. El segundo factor corresponde al riesgo no técnico, que cada vez jugará un papel más importante. El riesgo no técnico incluye la gestión de actores interesados como gobierno, reguladores, comunidades locales y también elementos como la disponibilidad de capital humano y la calidad de proveedores dentro de la cadena de suministro. La falta de respuesta clara a las preguntas clave para este tipo de riesgos puede afectar negativamente al Valor Presente Neto (VPN) de un proyecto típico del sector hasta en un 30%. A pesar de que la evaluación del riesgo no técnico es relativamente más subjetiva que la del económico, tiene un rol fundamental en la toma de decisiones. Por ejemplo, un reto enorme está en la relación con la sociedad. La industria petrolera no ha sido capaz de generar un buen nivel de confianza: de acuerdo con una encuesta Gallup, la industria del petróleo y gas está rankeada en último lugar de confianza empatada con la industria del tabaco. Hasta ahora el enfoque típico para luchar contra esta percepción negativa ha sido comunicar más los problemas técnicos, pero el entorno demanda otro tipo de respuesta. Hoy las comunidades globales exigen más transparencia y mayor nivel de divulgación. Es por esto que resulta fundamental integrar las expectativas de las comunidades dentro del modelo, así como abordar el impacto ambiental de proyectos y apalancarse de herramientas como redes sociales y crowdsourcing para entender mejor cuáles son las expectativas de la comunidad. En este contexto los cambios tecnológicos también son un aspecto fundamental en el nuevo panorama. A pesar del desplome de precios del petróleo, la mayoría de las empresas de petróleo y gas invierten en tecnologías digitales incluyendo Movilita, Big Data, Internet of Tingas (Iota) y Analytics, dado que permiten aumentar la eficiencia operativa de manera estructural. México necesita mantener un enfoque consistente en desarrollar la industria petrolera local. La receta no es sencilla, pero requiere de una combinación de condiciones atractivas de negocio, fomento al desarrollo de recursos humanos y habilitar el desarrollo tecnológico requerido para nuestros recursos petroleros. Con esta combinación, México podrá ser un nicho atractivo dentro de los portafolios de inversión de las grandes petroleras y la industria seguirá contribuyendo como motor de desarrollo interno. *Raúl Camba es Socio Director de Accenture Strategy de Accenture, para la que dirige la Oficina de los Países Andinos y México. Tiene un Ph.D. en Química por la Universidad de Oxford.   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

Siguientes artículos

diesel
Sin gasolinazo por tercer mes consecutivo, anuncia la SHCP
Por

Los precios de las gasolinas y el diésel no tendrán cambios durante diciembre, siendo el tercer mes consecutivo sin alza...