La suspensión de una medida precautoria que no permitía a la autoridad federal otorgar permisos para la siembra de maíz transgénico, permitiría este año que Monsanto, Dow Agrosciences y DuPont Pioneer siembren el grano de forma comercial.   Monsanto, Dow Agrosciences y DuPont Pioneer podrían obtener los primeros permisos en México para sembrar maíz transgénico de forma comercial antes de que termine este año, asegura Alejandro Monteagudo,  presidente ejecutivo y director general de AgroBio México. El Juzgado Décimo Segundo de Distrito en Materia Civil del Primer Circuito resolvió ayer dejar sin efecto la medida precautoria que impedía a la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) evaluar nuevas solicitudes y entregar permisos para la siembra de maíz genéticamente modificado. “La evaluación de las solicitudes se tiene que retomar justo en el momento en que se quedaron, es decir, que si consideramos un tiempo máximo de tres meses (para el otorgamiento de permisos) y que muchas de las solicitudes que fueron hechas antes de la suspensión legal ya estaban avanzadas, en las próximas semanas o antes de que concluya este año ya tendremos resoluciones de liberación en las tres etapas: experimental, piloto y comercial”, asegura Monteagudo. En la actualidad, el maíz genéticamente modificado se siembra de forma comercial en más de 55 millones de hectáreas de 17 países a nivel mundial, y su consumo está autorizado en 65 países. “Después de dos años de haberse impuesto la medida judicial que detuvo la actividad de evaluación para las solicitudes de siembra comercial de maíz transgénico, experimental y de prueba piloto, por fin se deja sin efecto”, dice el director de AgroBio, organización que reúne a las principales empresas de biotecnología. Hasta el momento, suman 89 solicitudes de siembra en sus diversas etapas, por lo que la decisión judicial permitiría que las autoridades gubernamentales continúen con el análisis de las autorizaciones de los organismos genéticamente modificados. “El juez consideró que la parte demandante no demostró ninguna evidencia científica”, dice Alejandro Monteagudo. Desde 1998, el país vivó una moratoria de 11años en los que no se permitió la siembra del grano en sus distintas modalidades, con el fin de garantizar las condiciones de inocuidad y seguridad del consumidor mexicano. En la actualidad, Brasil  siembra 44 millones de hectáreas de cultivos genéticamente modificados, de los cuales 12 millones son de maíz; Argentina 24 millones de hectáreas de transgénicos, en los que el cultivo del grano asciende a más de 3 millones. “En México, sólo podemos contar unas cientos de hectáreas con cultivos modificados genéticamente modificados en etapa experimental y programa piloto… No podemos ser ciegos ni sordos a las estadísticas que se han generado después de 20 años de siembras comerciales a nivel mundial con este cultivo en 17 países en donde se siembra, como Estados Unidos, Brasil, Canadá, Sudáfrica, Colombia y Honduras, con beneficios económicos entre 1996 y 2013 por 44,600 mdd”, dice Monteagudo. Tan sólo en 2013, los beneficios económicos fueron por 9,400 mdd, en donde las mayores ganancias se han dado en países en desarrollo.   Nueva batalla legal Sin embargo, no todos están de acuerdo con la interpretación que hacen las empresas biotecnológicas de la resolución judicial sobre el maíz transgénico. La coalición de científicos y campesinos que promovió la medida precautoria que suspendía la siembra del grano genéticamente modificado asegura que la resolución ya fue apelada. “La Colectividad del maíz que promovió el juicio de acción colectiva contra la siembra de maíz transgénico que por dos años ha impedido judicialmente su siembra, denunció que Monsanto ha iniciado una nueva campaña de mentiras, puesto que es falso que la siembra de maíz transgénico esté liberada, lo cierto es que está suspendida por la apelación que promovimos inmediatamente que fuimos notificados”, declaró en un comunicado René Sánchez Galindo, abogado del grupo ciudadano. De acuerdo con el abogado, la apelación a la decisión del juzgado mantiene la suspensión de la siembra de transgénicos, ya que la ley dispone que el recurso legal deba  tramitarse con efectos suspensivos y devolutivos. La apelación del colectivo re realizó a las nueve horas de ayer. “La decisión judicial omitió resolver sobre todos nuestros argumentos y pruebas”, asegura Adelita San Vicente, representante de la colectividad afectada por la posible siembra de maíz. Para las organizaciones en contra de la siembra de maíz transgénico los argumentos de Monsanto fueron los únicos escuchados por la autoridad y no los de la oposición, por lo que esperan que la apelación permitirpa que sus argumentos sean escuchados y la última decisión sea favorable. Alejandro Monteagudo reconoce que existen mecanismos legales para frenar la decisión, pero espera que la decisión tomada ayer sea definitiva. “Estamos confiados en que las autoridades que conozcan el caso tendrán que privilegiar la evidencia científica, la aplicación de la ley y tendrán que privilegiar la opinión de instancias conocedoras… Los argumentos científicos están de nuestro lado”

 

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