La expectativa de crecimiento de la institución se ajustó en mayo desde un 2.8% que tenían previsto, sin embargo, se anticipa una mayor debilidad económica por menores exportaciones.   Aunque el consumo y las inversiones se han fortalecido en el último trimestre, la economía mexicana reporta exportaciones menores a las esperadas al inicio del 2015, este factor, sumado a las políticas monetarias y fiscales restrictivas eventualmente frenarían el crecimiento del gasto doméstico. Este es el diagnóstico de BofA Merrill Lynch Global Research, que ajustó su previsión de crecimiento de 2.8 a 2.5 % para 2015 y de 3.2 a 3% en 2016. “Las exportaciones se han desacelerado ante la débil actividad industrial en Estados Unidos y la caída en la producción de petróleo en México. El Banco de México (Banxico) seguramente seguirá a la Reserva Federal (Fed) en su ciclo de aumento de tasas, pero creemos que lo hará de manera gradual, ya que la inflación se encuentra en el objetivo de Banxico y la economía no se encuentra aún en pleno empleo”, señala el análisis económico de la institución correspondiente a mayo. Las exportaciones manufactureras en México, excluyendo automóviles, cayeron 14.9% trimestral ajustado por estacionalidad; una tasa muy baja, comparable a los números de las recesiones de 2001-2002 y 2009. De acuerdo con los resultados del indicador mensual del PIB, el Índice General de la Actividad Económica (IGAE), creció 2.3% interanual durante los dos primeros meses de 2015; esto se compara de manera favorable con el 1.4% interanual del año pasado, pero de manera poco favorable con el 2.7% interanual de los últimos dos meses de 2014 La principal desaceleración se dio en la industria, la producción industrial se desaceleró a 1.2% interanual en el periodo enero-febrero, comparado al 2.4% interanual en noviembre-diciembre 2014. Asimismo, los servicios se desaceleraron de a 2.5% interanual desde el 2.7%  en el mismo periodo. En materia de industria, la principal razón por la cual se observa una desaceleración en manufactura es la debilidad de la producción manufacturera en Estados Unidos que cayó 1.3% en tasa trimestral anualizada.   Los principales riesgos Bank of América señala que los comicios electorales harán que aumente el ruido político, sobre todo ante la implementación de las reformas estructurales. Sin embargo, el mayor riesgo se vislumbra en una caída adicional en la producción o precio del petróleo, pues puede amenazar a las finanzas públicas y al crecimiento del PIB. El petróleo es el componente más importante de la producción minera, que comprende el 24.2% del índice de producción industrial. Durante el primer trimestre se produjeron 2.3 millones de barriles diarios (bpd), que representa una caída de 7.6% interanual y 5.3% por debajo de la producción promedio en 2014, que ya se encontraba a la baja para el año. De la misma forma, la producción promedio durante los primeros 12 días de abril fue de 2.14 millones de barriles diarios, 15.4% por debajo de la producción promedio de 2012 y 2013. El otro riesgo tiene que ver con el crecimiento del gasto agregado ante la reducción de 2.5% en el gasto público en 2016. “Dados los bajos ingresos petroleros, los recortes al gasto son una política bien recibida que beneficia la estabilidad macroeconómica, pero una política fiscal restrictiva eventualmente frenará el crecimiento del gasto agregado”, señala el reporte.

 

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