La situación que presenta el sector turístico es bastante resaltable en la tribuna pública. Dada la naturaleza de una crisis sin precedentes como la que hoy nos acontece, el sector servicios, encabezado por el sector turístico, ha sido uno de los sectores más afectados por una pandemia que, ante la necesidad de activar las medidas de distanciamiento social y de contención del virus, ha paralizado los movimientos de personas en todo el planeta. Unos movimientos que, para el sector turístico, suponen el grueso de su fuente de ingresos, previendo pérdidas que, ante la incapacidad de adoptar medidas para fomentar la llegada de turistas durante los próximos meses, suponen un batacazo devastador para un sector con tanto peso en la economía a nivel global.

Para hacernos una idea de lo que comentamos, el sector turístico supedita cerca del 10,5% del producto interior bruto (PIB) a nivel mundial. Con una contribución superior a los 8,8 billones de dólares, el sector se posiciona como uno de los sectores con mayor crecimiento del planeta, siendo superado únicamente por el sector manufacturero. Eso sí, muy por delante de otros sectores de gran relevancia como el sector de los servicios financieros, el sanitario o el tecnológico. A su vez, la contribución que realiza dicho sector al empleo también es de destacar, pues hablamos de un sector que emplea a 319 millones de personas en el planeta, esperando que esta cifra se multiplique hasta los 421 millones de ocupados, según las estimaciones que hace la Organización Mundial del Turismo (OMT) para 2029. Además, con retrospectiva, si analizamos el empleo generado en el planeta desde el año 2013, el 20% de todo el empleo que se ha generado desde el año citado en el planeta, ha sido generado por el sector turístico; mostrando, dicho sea de paso, esa capacidad que presenta el sector para crear empleo.

Así, ante la pandemia que hoy sacude a la economía a nivel global, el gran peso del turismo ha provocado que sus pérdidas sean tenidas muy en cuenta, en especial, en aquellos países que más dependencia presentan del sector turístico. En este sentido, las pérdidas que estima la Organización Mundial del Turismo (OMT) se sitúan en los 320.000 millones de dólares; unas perdidas notablemente superiores a las registradas en la crisis financiera de 2008, llegando a triplicar las pérdidas registradas durante la crisis pasada. Todo ello, como consecuencia de una caída en la actividad turística que, en este momento, sitúa la caída de viajeros, habiendo contabilizado y contrastado los cinco meses pasados, en un 56% respecto a años anteriores. Para hacernos una idea, hablamos de 300 millones de pasajeros que, este año, no han viajado. Una situación que, como vemos, deja al sector turístico, tal como han concluido los principales organismos, como el sector más damnificado durante esta crisis.

Sin embargo, hasta el momento hemos estado hablando de cifras globales, pero no nos hemos centrado en países concretos. En este sentido, la CNN realizaba un artículo en el que hablaba de la importancia del turismo para países como España o México, los cuales, y en contraste con las magnitudes presentadas a nivel global, presentan una mayor dependencia de un sector turístico, el cual se enfrenta a una situación de la que será difícil el recuperarse; tanto es así que muchas empresas del sector no prevén una recuperación hasta el año 2027. En este sentido, como decíamos, si tomamos los datos que presentan países como España o México, hablamos de una situación incluso peor, pues la dependencia de estas economías del sector turístico, igual que a priori suponían una fortaleza por el crecimiento que experimentaba dicho sector, a día de hoy, bajo el contexto presente, se muestran como una vulnerabilidad a la que es imposible ignorar.

Tanto es así que, atendiendo a la composición del PIB en ambos países, la contribución del sector turístico en economías como España o México representa el 14,3% y el 15,5% de sus respectivos niveles de PIB. Con estos datos en la mano, hablamos de que, tal y como ha establecido en el ranking la OMT, España y México ocupan los primeros puestos del ranking de países más dependientes del sector turístico, seguidos, ambos, por Italia y Francia. A su vez, la contribución al empleo en ambos países no deja de crecer. Mientras que, en el caso de España, la contribución de dicho sector supone el 14,7% sobre el total de empleos en el país, en México la cifra se sitúa en un nivel cercano al 10%; de esta forma, supeditando, a la misma vez que ambas economías, gran parte de su empleo.

Así, ante la realidad que ofrecen los datos y el fuerte deterioro que ha experimentado el sector, las pérdidas previstas para ambos países, tal y como recogen los principales organismos para ambas economías, sitúan las pérdidas para el caso de España, teniendo en cuenta el escenario previsto, en los 92.000 millones de euros. Mientras que, por otro lado, en el caso de México, las pérdidas podrían ascender a los 14.000 millones de dólares. Unas pérdidas muy destacables para ambos países, teniendo en cuenta la situación que ambas economías presentaban antes de entrar a la crisis. Una situación que, mientras España se encontraba ahogada en deuda y ante una incapacidad de hacer frente al conjunto de sus obligaciones, México cerraba el año con un crecimiento nulo, así como unas previsiones de su contracción que le situaban por delante del promedio previsto para el conjunto de economías de América Latina.

Por tanto, hablamos de una situación que, como poco, debería preocupar a ambos mandatarios. Ya que no solo estamos hablando de la caída de un sector de importancia para España y México, sino de uno de los sectores que, especialmente para estas dos economías, se comporta como un sector estratégico para las mismas, teniendo un aporte fundamental en ellas que, de tener que prescindir de el, condiciona la recuperación económica futura de ambos países.

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