Reuters.- Un año después de que Rusia enviara sus tropas a Ucrania en lo que llamó una “operación militar especial”, los ánimos en la capital rusa el viernes eran moderados pero desafiantes, y algunos ciudadanos decían que no veían otra opción que luchar hasta lograr la victoria.
Cientos de miles de rusos que no están de acuerdo con la decisión o temen ser reclutados han huido del país. Los que se quedan corren el riesgo de ser encarcelados si se considera que han desacreditado al ejército, lo que significa que la gente tiene cuidado con lo que dice en público.
“La guerra es, por supuesto, mala, pero este año ha demostrado que no se podía tomar otra decisión y que estamos defendiendo nuestra independencia, la libertad, una oportunidad para el futuro, el futuro de nuestros hijos. Por lo tanto, estamos a favor de la victoria”, dijo una residente de Moscú llamada Marina.
Con la temperatura bajo cero y ocasionales ráfagas de nieve, otro moscovita llamado Yevgeny sostenía a su hijo en brazos mientras decía a Reuters que esperaba que Rusia saliera victoriosa este año.
“Quiero que esto acabe lo antes posible”, dijo. “Por supuesto, estamos esperando nuestra victoria en la operación militar especial. El mundo entero está contra nosotros. Los países de la OTAN nos combaten a través de Ucrania, suministrándoles material. Esperamos ganar este año, ojalá”.
Rusia sufrió tres importantes reveses en el campo de batalla en Ucrania el año pasado, pero sigue controlando alrededor de una quinta parte del territorio de su vecino y continúa haciendo pequeños avances, y el presidente Vladimir Putin está prometiendo la victoria total.
Apoyado por la poderosa maquinaria mediática del Estado, Putin ha dicho a los rusos que la propia existencia de su país está en juego y ha afirmado que Rusia no tenía otra opción que lanzar lo que ha descrito como un ataque preventivo para proteger a los rusoparlantes de Ucrania y defender su propia seguridad de un Occidente agresivo.
El punto de vista de Ucrania —que es víctima de una guerra de agresión no provocada al estilo colonial— no tiene cabida en los medios estatales, dominados por programas de entrevistas de horas de duración en los que presentadores e invitados refuerzan la narrativa preferida del Kremlin.
Otros moscovitas se mostraban más melancólicos el viernes y se declaraban disgustados por lo que estaba ocurriendo.
“No puedo hacer comentarios. Estoy muy triste, triste”, dijo una mujer llamada Yekaterina, mientras afirmaba que pensaba que al final todo “iría bien”.
Vera, una jubilada, aludió a las presiones financieras que la gente estaba sintiendo como consecuencia del impacto de las sanciones occidentales en la economía rusa, aunque hasta ahora ha demostrado ser mucho más resistente de lo que muchos esperaban.
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“Quiero la paz, quiero que todo termine lo antes posible”, dijo. “Hay demasiadas víctimas, tanto morales como materiales. Los pensionistas sentimos de verdad todo esto”.
Igor y Viktor, dos hombres que paseaban por el centro de Moscú, dijeron que Rusia no tenía otra opción que ganar en Ucrania.
“Esperamos que termine con éxito. Es lo único que podemos esperar. No tenemos otras opciones”, dijo Igor.
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