Por: Javier De la Calle Pardo*

Pedir prestado no es una decisión sencilla, y empeñar una prenda que involucra un sentimiento, suele representar un reto adicional. Ya sea el primer reloj de nuestro padre, el collar favorito de nuestra madre o cualquier prenda que nos haga recordar a nuestros seres queridos, tienen un valor único en nuestras vidas. Bien sea que por delante tengamos el emprendimiento de un nuevo negocio o la necesidad de solventar una situación emergente, tomar la decisión de empeñar siempre será un proceso emotivo.

Existen mitos sobre el préstamo prendario, pero hay tres que habitualmente causan incertidumbre entre las personas. El primero, consiste en que los valuadores van a castigar el precio de nuestras pertenencias y nos darán un préstamo insuficiente. El segundo, es que será tan caro el préstamo al punto de decir que es impagable, y el tercero es que seguramente vamos a perder nuestra prenda.

Sin embargo, la realidad es distinta. En México existen diferentes establecimientos en los que se otorgan préstamos justos, con tasas de interés que realmente benefician tanto la economía familiar, como personal y que trabajan diariamente por devolver las prendas en perfectas condiciones a sus respectivos dueños. 

Vamos por partes. Si es la primera vez que una persona se acerca a una casa de empeño con una alhaja, por poner un ejemplo de prenda, puede recibir hasta el 65% de su valor, pero en ocasiones el préstamo puede ser de hasta el 90% del valor original, dependiendo del comportamiento de los clientes y su historial con las distintas Instituciones o compañías dedicadas al préstamo prendario.

Asimismo, es importante poner de relieve que, desde 1931, se estableció en México el primer Instituto de Valuadores. Dicha Institución se encarga de certificar y calificar peritos valuadores expertos en inspección de metales, diamantes y otro tipo de piedras preciosas; así como en automóviles y electrónicos. Lo que se busca con esto es que el préstamo sea siempre justo, a fin de auxiliar a los clientes con los recursos necesarios para enfrentar un periodo de incertidumbre económica, como el que vivimos actualmente, para mantener un estilo de vida o para emprender un proyecto.

Por otro lado, el segundo y tercer mito -préstamos impagables y no recuperar la prenda- van muy ligados. Esto suele relacionarse comúnmente a la tasa de interés mensual. Por ello, lo ideal es siempre evaluar las diferentes opciones que existen en el mercado y examinar cuáles de ellas son las que mejor se ajustan a nuestras posibilidades de pago. Algunas de ellas oscilan entre el 3 y 5% mensual. En ese sentido, el préstamo prendario se convierte en una de las mejores alternativas de financiamiento, en relación con las tarjetas de crédito, créditos personales o bancarios que, en puntos extremos, superan la barrera del 10% de interés mensual.

Existen registros que avalan que un crédito con una tasa accesible nos lleva a una tasa de recuperación del 90%, es decir, que nueve de cada 10 de personas recuperan los artículos que empeñaron.

Y, por si fuera poco, el préstamo prendario también funciona como un importante motor de la economía mexicana. ¿Cómo es esto? Bien, pues el empeño es una de las mejores opciones de financiamiento percibidas por el ecosistema emprendedor mexicano. Desde automóviles, hasta alta relojería, este tipo de artículos son empeñados para obtener recursos, adquirir materia prima, abastecer el negocio o hacer el pago de la nómina.

Considero que otras de las bondades del préstamo prendario es la transformación social de México. Esto es porque algunas de las grandes casas de empeño están constituidas como Instituciones de Asistencia Privada, misma que trabajan por ayudar a aquellas personas que viven en situación de vulnerabilidad, a través de una estrategia de inversión social que permite a Organizaciones de la Sociedad Civil mejorar sus procesos operativos y extender su ayuda a lo largo y ancho de la república mexicana. En particular, parte de mi labor es contribuir a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, apoyando a la resolución de Problemas Sociales Diversos y a la Formación para Trabajo Digno.

Finalmente, mi labor como director general de una Institución con una experiencia legendaria de 245 años, me ha dado la oportunidad de colaborar con personas dedicadas a su trabajo, enfocadas en ayudar a la sociedad y a transformar la vida de millones de mexicanos. Sin duda, con su esfuerzo y dedicación diaria, hemos logrado consolidar nuestro equipo de trabajo de manera integral y tener una solidez institucional que nos permite trabajar todos los días para cerrar las brechas de desigualdad y combatir la pobreza en el país; objetivos que seguiremos desarrollando y mejorando para seguir transformando a México, por lo menos, por 245 años más.

Contacto:

Javier De la Calle Pardo, director general de Nacional Monte de Piedad.*

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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