El escándalo por el rendimiento del combustible de sus autos le está pasando la factura a Mitsubishi Motors y la llevará a sus primeros números rojos en ocho años, ya que la automotriz japonesa prevé que las pérdidas netas en el actual año fiscal ascenderán a unos 1,400 millones de dólares (mdd) por los fuertes costos de compensaciones y menores ventas previstas por este caso. Mitsubishi ya había reportado una caída en sus beneficios netos de 39% y este miércoles señaló en un comunicado que las pérdidas previstas son mucho mayores a la ganancia neta de 505 mdd que obtuvo en 2015. La empresa espera que esto afectará sus ingresos en 526 mdd, debido mayormente a una caída de casi 50% en las ventas minoristas domésticas como consecuencia del escándalo. Las pérdidas incluyen las compensaciones para Nissan –que adquirió una participación mayoritaria de un tercio de la automotriz japonesa tras el escándalo– y concesionarios, así como los pagos a empleados en su planta de Mizushima, donde se suspendieron las operaciones a raíz de esta situación, además de las indemnizaciones a los propietarios de los vehículos afectados. Lee también: Renuncia presidente de Mitsubishi tras escándalo de combustibles La compañía admitió en abril que exageró los datos de consumo de combustible en cuatro de sus minivehículos, problema que atribuyó a la presión por la competencia y una débil supervisión. También está anticipando menores ventas de vehículos en Europa y algunas otras regiones así como una caída en las ganancias por tipos de cambio menos favorables. Por otro lado, Mitsubishi planea reanudar la producción de los modelos involucrados en el escándalo a principios de julio próximo en su fábrica de Okayama, de acuerdo con reportes de la agencia japonesa de noticias Kyodo.

 

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