Porfirio Muñoz Ledo, crítico con la actuación de la Guardia Nacional para contener a migrantes en la frontera sur y molesto porque su propia bancada, Morena, le impidió exhibir videos al respecto en el Congreso, seguirá esperando en el corto plazo una audiencia con el presidente. El diputado, uno de los líderes de la izquierda desde hace décadas, se volvió a erigir esta semana en una voz discordante en Morena al acusar a la Guardia Nacional de violar los derechos humanos de migrantes centroamericanos que quieren entrar a México para llegar a Estados Unidos. En la presentación del informe anual de la presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Rosario Piedra Ibarra, ante legisladores hace dos días, Muñoz Ledo quiso tomar la palabra y mostrar videos de la “salvaje represión a migrantes”, pero tras una votación, los diputados de Morena le negaron el uso de la palabra. No te pierdas: ONU, preocupada por uso excesivo de la fuerza de México contra migrantes Tras ello, el expresidente de San Lázaro dijo en entrevista con reporteros que sus compañeros legisladores habían actuado como un partido de línea, más eficaz que el PRI de años pasados. “Lo que hubo aquí fue miedo a la verdad, fue clausura del pensamiento, fue cerrazón y miedo a la verdad”, expresó. “Yo no sé de dónde llegó la instrucción, fue muy doloroso ver a mis amigos votando tan agresivamente”.
En declaraciones al periódico El Universal, el legislador afirmó que él cree en un partido democrático y si Morena no lo es, él no saldría del movimiento, sino al revés. “Morena se sale de mi corazón, de mi ilusión, y eso me da una pena inmensa”, dijo. Además, pidió una audiencia con el presidente Andrés Manuel López Obrador y resaltó que ha coincidido en todo con él hasta hora. Cuestionado al respecto, el titular del Poder Ejecutivo se limitó a decir que respeta mucho la opinión de Muñoz Ledo, pero no dio una fecha para una reunión con él. —¿Se va a reunir con él? Le pidió audiencia, presidente —le preguntó un reportero en la conferencia matutina de este día. —Vamos a ver en su momento, cuando yo pueda —replicó. López Obrador justificó que no puede recibir a todos porque no tiene tiempo y también tiene que cuidar que no se le “vaya a faltar al respeto a la investidura presidencial”, ya que tiene adversarios. “¿Quiénes son nuestros adversarios? Pues los conservadores, los que no quieren los cambios, los que están molestos por lo que hacemos. Entonces, imagínense. Si hay una falta de respeto al presidente, pues es nota mundial, o sea, se sabría en todos lados”, afirmó el mandatario. Lee también: Ni crisis ni represión a migrantes, aseguran Sánchez Cordero y Ebrard

 

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