MOOCs, la revolución que saca el estudio de las aulas
Prestigiosas instituciones educativas avalan un sistema que permite acceder a más de 100,000 alumnos por curso. ¿El objetivo? Un conjunto de contenidos y materiales digitales utilizados en entornos virtuales colaborativos de aprendizaje.
Por Elena Crespo
Tienen tres bazas fundamentales: la gratuidad, la apertura total de los contenidos y la interacción entre los participantes. La barreras físicas han desaparecido. Por eso, los cursos online, abiertos y masivos (MOOCs por sus siglas en inglés) están cambiando el modelo del aprendizaje actual. Sin limitación en las inscripciones, pretenden ser una alternativa para alcanzar una educación global.
La llegada de los MOOCs supone que con acceso a Internet, con tan solo un “clic”, cualquier persona de las zonas más apartadas de Cotuí —hasta de la península de Samaná— podría consultar materiales de grandes universidades internacionales, tener acceso a profesores de primera línea y compartir experiencias o dudas con alumnos cualquier parte del mundo.
En España, por ejemplo, un tercio de sus universidades oferta este tipo de cursos online y gratuitos como una alternativa económica para adquirir conocimientos, actualizar el perfil profesional o mejorar el expediente académico de una manera sencilla y barata.
Todo tiene un origen. En otoño de 2011, la Universidad de Stanford en Estados Unidos fue la precursora de este tipo de enseñanza a distancia, abierta y gratuita. En concreto, el profesor Sebastián Thrun fue el docente pionero en esta práctica. Su curso sobre inteligencia artificial contó con el respaldo más de 120,000 alumnos.
Experiencia dominicana. La Universidad Abierta para Adultos (UAPA), con su curso Competencias transversales del emprendedor, ha sido pionera en el país en formar parte de una plataforma MOOC. En concreto, de la comunidad unX, y la primera plataforma de este tipo en español y portugués dirigida a emprendedores de Iberoamérica, que busca favorecer la creación de competencias y habilidades al emprendedor local, que quiere poner en práctica su idea de negocio o mejorar la rentabilidad de sus inversiones.
¿Cómo funciona un MOOC? Como norma general, el MOOC tiene una serie de videos interactivos con los que los profesores explican los contenidos del curso, plantean preguntas y ejercicios interactivos para que los alumnos comprueben sus habilidades.
El MOOC incluye material complementario con explicaciones de otros profesores, material de referencia y enlaces a sitios con recursos adicionales, a fin de que el participante profundice en la información.
La estructura de los cursos incluye foros para que los estudiantes discutan los contenidos entre ellos y aclaren sus dudas, bajo la supervisión y orientación del docente que modera el curso. Los foros y la existencia de otros canales en las redes sociales promueven la participación conjunta y propician un aprendizaje colaborativo, en donde en el centro está el estudiante.
Fortalezas a la vista
Un avance tecnológico que hace la vida más fácil. Eso implica un cambio de enfoque y una nueva aproximación global e integral en todo lo que respecta al mundo de la educación. Vamos hacia modelos híbridos que combinan lo presencial y lo virtual, que fomentan y facilitan la sensación de pertenencia y en donde la participación entre pares dentro de los entornos de aprendizaje es algo fundamental.
• Aprendizaje personalizado. La idea es que a través de los MOOCs cada quien pueda elaborar su propio itinerario de aprendizaje, pero con el apoyo en todo el proceso de facilitadores y curadores.
• La formación ubicua y el aprendizaje móvil abren un campo inmenso de investigación. Eso supone innovar en la educación a nivel superior y, sobre todo, en la educación permanente, para toda la vida.
• Son parte del open learning del nuevo aprendizaje. El software sirve a los docentes para que tomen mejores decisiones. Hay que dar responsabilidad a los estudiantes para que hagan comentarios en blogs, empleen aplicaciones abiertas o se motiven a través de Mozilla Open Badges (iniciativa de software libre, a través de la cual pueden mostrarse las habilidades adquiridas a modo de logros o insignias, también conocidas como badges). Así, equipo docente y participantes deciden la intensidad del curso.
• Acceso universal a educación de alta calidad. Los conocimientos provienen de profesionales e instituciones prestigiosas.
Puntos débiles
• Alto abandono. El avance de los MOOCs es imparable, pero algunas estadísticas, como la de la Escuela Europea de Dirección de Empresa (EUDE), muestran que más que de 90% de los estudiantes inscritos abandona los cursos sin completarlos. La soledad en el aprendizaje online y la demanda de un mayor acompañamiento son los principales factores.
• Confusión. Existen dificultades para comprender las necesidades de los usuarios debido a su diversidad tanto en edad como profesión, estudios, interés por el curso y objetivos.
• Certificación. Hay serias dudas de la “O” de Open, ya que el curso es gratuito, pero hay que pagar si quieres un certificado oficial (con el sello de la universidad). Un precio ínfimo, pero un coste al fin y al cabo.
• Calidad. La calidad se mide por el prestigio de la institución que los imparte. Sin embargo, no se potencia lo suficiente la figura del profesor.
• El tipo de colaboración. Actualmente suele pedirse una cooperación “peer to peer” (P2P) a los participantes. Por ejemplo, para la evaluación, unos alumnos califican a otros. Sin embargo, esta cooperación no solo debe servir para evaluar, sino para crear recursos, mejorar los existentes, opinar, matizar y debatir.
• Inversión. El capital que requieren estas plataformas gratuitas son muy altos y muy difíciles de rentabilizar. La Universidad de Harvard y el MIT han invertido US$30 millones cada uno en montar su plataforma, a la que se ha unido Google.
• Dificultades para equipararlo a un título universitario al uso. Salvo en Estados Unidos, no hay una campaña de difusión positiva para dar validez real en el mundo empresarial y en los departamentos de recursos humanos a las competencias adquiridas a través de los MOOCs.