Moody’s informó que ratificó en B1 la calificación crediticia de Petróleos Mexicanos (Pemex) y las calificaciones senior quirografarias de las notas existentes de la compañía, así como las calificaciones basadas en la garantía de la empresa productiva del Estado.

También reafirmó en Caa3 la evaluación del riesgo crediticio base de Pemex, la cual refleja su fortaleza crediticia intrínseca, sin embargo, cambió la perspectiva de las calificaciones a negativa.

Moody’s explica que la perspectiva negativa de las calificaciones de Pemex se debe a la falta de cambios fundamentales en su estrategia de negocio.

“Es probable que la compañía enfrente mayores riesgos crediticios debido a su incapacidad de aumentar las inversiones de capital y de mejorar su desempeño financiero y operativo, como resultado de las restricciones de liquidez”, indica.

Agrega que se prevé que el apoyo del Gobierno de México seguirá siendo muy alto en este año y 2024, pero ante la falta de un cambio en su modelo de negocio, le resultará cada vez más difícil.

“Esto se debe a que la perspectiva de una reducción del espacio fiscal en los próximos años restringiría la capacidad del soberano de brindar apoyo a niveles comparables a los registrados durante la administración saliente de Andrés Manuel López Obrador”, señala.

Moody’s dice que los factores que podrían ejercer presión a la baja sobre las calificaciones de Pemex incluyen la evidencia de una disminución de la producción y las reservas en el mediano plazo o si el desempeño operativo se ve afectado aún más por la falta de inversiones de mantenimiento.

Así como el aumento del flujo de efectivo libre negativo que hace que la trayectoria de la deuda se desplace al alza debido al aumento del ebitda (flujo operativo) negativo por el negocio de refinación o al aumento de los costos financieros.

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Un aspecto que destaca la agencia calificadora es que, aunque los precios internacionales del crudo están por debajo del presupuestado, espera que el negocio de exploración y producción de Pemex continúe respaldando su generación de efectivo.

Refiere que Pemex ha podido mantener estables la producción y las reservas de petróleo y gas, además de haber logrado un incremento de la producción a través de los condensados.

Pero “dada la inhabilidad de Pemex para invertir grandes sumas de capital en exploración y producción, Moody’s estima que en 2023 y 2024, la compañía solo podrá mantener la producción y las reservas en los niveles actuales”.

En cuanto a la ratificación de calificaciones de B1 de Pemex, apunta que se toman en cuenta el análisis de incumplimiento conjunto de Moody’s que incluye los supuestos de un apoyo muy alto del gobierno en caso de necesidad y una correlación de incumplimiento muy alta entre la empresa productiva del Estado y el Gobierno de México (Baa2 estable).

Desde 2016, y mayormente entre 2019 y 2023, el gobierno ha apoyado a Pemex de diversas maneras, incluyendo inyecciones de capital, reducciones fiscales y la redención anticipada de notas por cobrar del gobierno.

Moody’s considera que el gobierno, según lo prometido, seguirá financiando las necesidades de efectivo de Pemex en 2023 y 2024, además de ayudarla a cumplir con el pago de sus amortizaciones de deuda de 4,600 millones de dólares en 2023, 10,900 millones en 2024 y 4,900 millones en 2025.

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