Reuters.- Los anfitriones británicos de la conferencia climática COP26 de la ONU en Glasgow han propuesto que los países eleven sus ambiciones de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para el próximo año, en un proyecto de decisión política que se negociará durante los próximos tres días.

La propuesta subraya las preocupaciones de los expertos y activistas climáticos ante la enorme brecha entre las promesas nacionales actuales y los rápidos recortes de emisiones que se necesitan para evitar que el mundo caiga en una crisis climática en toda regla.

El primer borrador de la decisión política, que Naciones Unidas publicó el miércoles por la mañana, pide a los países que “revisen y fortalezcan las metas de 2030 en sus contribuciones determinadas a nivel nacional, según sea necesario para alinearse con la meta de temperatura del Acuerdo de París para fines de 2022”.

En pocas palabras, eso obligaría a los países a establecer objetivos climáticos más estrictos el próximo año, una solicitud clave de los países más vulnerables a los impactos del cambio climático.

Los países acordaron en virtud del acuerdo de París limitar el calentamiento global muy por debajo de los 2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales y tratar de limitarlo a 1.5 grados centígrados.

Los científicos dicen que cruzar el umbral de 1.5 °C desencadenaría aumentos del nivel del mar, inundaciones, sequías, incendios forestales y tormentas significativamente peores que los que ya se están experimentando, con algunos impactos potencialmente irreversibles.

El borrador también instó a los países a acelerar los esfuerzos para dejar de quemar carbón y eliminar gradualmente los subsidios a los combustibles fósiles, apuntando directamente al carbón, el petróleo y el gas que producen dióxido de carbono, el principal contribuyente al cambio climático provocado por el hombre.

No estableció una fecha fija para eliminarlos gradualmente, pero el énfasis en los combustibles fósiles podría enfrentar el rechazo de los grandes productores de energía.

Helen Mountford, vicepresidenta del Instituto de Recursos Mundiales, dijo que la referencia explícita al carbón, el petróleo y el gas era un avance en las cumbres climáticas anteriores. “El verdadero problema será si se puede mantener”.

El grupo de campaña ambiental Greenpeace descartó el borrador como una respuesta inadecuada a la crisis climática y lo calificó como “una solicitud cortés de que los países tal vez, posiblemente, hagan más el próximo año”.

¿QUIÉN PAGA?

El borrador del documento recuerda a los países que para detener el calentamiento del planeta más allá del umbral crítico de 1.5°C, las emisiones globales de gases de efecto invernadero deben caer un 45% para 2030 desde los niveles de 2010, en camino de detener su aumento por completo para 2050.

Según los compromisos climáticos nacionales presentados a las Naciones Unidas hasta ahora, las emisiones estarán un 14% por encima de los niveles de 2010 para 2030.

El borrador pide a los países que presenten promesas mejoradas el próximo año, pero no confirma si esto se convertirá en un requisito anual, lo que podría dejar una decisión sobre revisiones futuras a Egipto, que será el anfitrión de la próxima conferencia climática de la ONU.

El texto también elude las demandas de los países más pobres de garantías de que los países ricos, cuyas emisiones de gases de efecto invernadero son en gran parte responsables del cambio climático, proporcionarán mucho más dinero para ayudarlos a hacer frente al cambio climático y reducir las emisiones de CO2. 

Insuficiente y poco sólido el borrador de la COP26: Ecologistas

Diversas organizaciones ecologistas coinciden en que el primer borrador de acuerdo para la COP26 de Glasgow presentado este miércoles es “insuficiente y poco sólido”, por lo que todo indica que habrá que “seguir peleando” para alcanzar un acuerdo ambicioso.

La presidencia británica de la COP26 publicó este miércoles un primer borrador que, según dijo a EFE el presidente de la Comisión para la Transición Ecológica en el Congreso de los Diputados de España, Juan Antonio López de Uralde, evidencia “una fuerte lucha de los grupos de presión de las empresas de combustibles fósiles”, para que “no se avance mucho”.

López de Uralde -líder del partido ecologista español Alianza Verde- declaró que “lo que siempre sucede en estas cumbres, especialmente debido a la falta del carácter vinculante de los acuerdos, enfrenta a esos grupos de presión contra “quienes creemos que hay que tomar medidas urgentes”.

Por ello, “aunque hay que seguir peleando para que se llegue a un acuerdo ambicioso”, la lucha contra la crisis climática continuará “en nuestros parlamentos” para “seguir legislando y garantizando que los acuerdos se cumplen”, señaló.

El coordinador de energía y clima de la ONG española Ecologistas en Acción, Javier Andaluz, explicó que “un borrador de texto tan de mínimos como el que han presentado esta madrugada es inadmisible”.

Andaluz subrayó que “tras más de diez días de negociación”, el borrador que ha presentado el presidente de la COP26, Alok Sharma, “no dice nada que no supiéramos antes de venir”.

“Ya sabíamos que los compromisos y la financiación eran insuficientes”, pero “lo que se esperaba de los países es que solucionaran eso en esta cumbre” y, a la luz de los textos presentados, “no lo están haciendo”.

Irene Rubiera, delegada de Ecologistas en Acción en Glasgow, añadió que “si este borrador de acuerdo se convierte en el resultado final de la cumbre, la comunidad internacional habrá perdido otra vez la oportunidad de tomar medidas que cumplan con las indicaciones científicas, en un momento clave de la lucha contra la emergencia climática”.

Por su lado, el responsable de energía y clima de la organización SEO/Birdlife, David Howell, señaló a Efe que esperan “una apuesta sólida y seria para proteger la naturaleza” y que los países presionen para “atar en el texto final todo lo relacionado con la conservación de los ecosistemas para 2030”, porque “es la única opción para alcanzar el objetivo de 1,5 grados”.

“Los ecosistemas son esponjas naturales de CO2” y representan una “infraestructura natural para reducir las emisiones”, por lo que “invertir en la naturaleza es invertir en mitigación y adaptación” ante los impactos del cambio climático.

Por su parte, Greenpeace señaló en un comunicado que “este borrador del texto final no es un plan para resolver la crisis climática, es un acuerdo para que todos crucemos los dedos y esperemos que salga lo mejor posible”.

“Se trata de una petición para que los países, quizás, puedan hacer más el próximo año”, algo que para Greenpeace “es insuficiente”.

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En su opinión ,“el texto debe ser mucho más sólido en materia de financiación y adaptación”, además de incluir “cifras reales de cientos de miles de millones para que los países más ricos apoyen a las naciones menos desarrolladas”.

“Los negociadores no deberían ni pensar en salir de esta ciudad hasta que hayan llegado a un acuerdo a la altura del momento”, porque “con toda seguridad, este no lo está” sentenciaron. 

Con información de Efe.

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