EFE.- Investigadores españoles del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) descubrieron que los neutrófilos, unas células del sistema inmune, se comportan de manera diferente en la sangre durante los procesos inflamatorios, y uno de ellos está asociado con las enfermedades cardiovasculares.

La información que aporta este estudio, liderado por Andrés Hidalgo, del CNIC, servirá para desarrollar nuevos tratamientos para minimizar las secuelas ocasionadas por los infartos de miocardio.

Los neutrófilos son un tipo de células inmunes que constituyen la principal línea de defensa del organismo, pero también son capaces de causar daño a las células sanas y al sistema cardiovascular.

De hecho, numerosos estudios han asociado la presencia de neutrófilos en sangre con un mayor severidad y riesgo de padecer problemas cardiovasculares, explica la primera autora del estudio, Georgiana Crainiciuc.

Sin embargo, eliminar estos neutrófilos para proteger el sistema cardiovascular no es una opción viable, porque “generaría un estado de indefensión ante cualquier patógeno que sería contraproducente para el organismo”, apunta Crainiciuc.

Para resolver esta paradoja, los autores buscaron identificar tipos específicos de neutrófilos responsables del daño vascular.

Para ello, analizaron el comportamiento de las células utilizando microscopía intravital de alta resolución, un tipo de tecnología que permite visualizar células dentro de los capilares sanguíneos en animales vivos.

El equipo diseñó un sistema computacional capaz de analizar cómo se comportan las células en los vasos mediante mediciones simples de cambios de tamaño, forma y movimiento de las células y descubrió que dichas células inmunes exhiben tres patrones de conducta durante los procesos inflamatorios, pero que solo una de ellas, caracterizada por un mayor tamaño y proximidad a las paredes de los vasos, estaba asociada al daño cardiovascular.

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Mediante análisis genéticos masivos en modelos animales, los autores utilizaron este sistema computacional para identificar las moléculas responsables de dichos comportamientos nocivos de los neutrófilos.

Así, demostraron que una única molécula, denominada Fgr, es la responsable de este comportamiento patológico, lo que a su vez fue clave para seleccionar un fármaco de una gran eficacia para prevenir la inflamación y la muerte celular tras un infarto de miocardio.

La idea ahora es continuar con los ensayos necesarios para que, en un futuro, se pueda utilizar este tratamiento en pacientes”, comenta Crainiciuc.

El estudio -publicado hoy en la revista Nature- no solo supone un gran paso a la hora de tratar enfermedades cardiovasculares, sino que también es un hito por la metodología desarrollada para estudiar las células inmunes, asegura Miguel Palomino-Segura, coprimer autor del estudio.

“Un aspecto clave es que los neutrófilos son capaces de cambiar su forma, actividad y capacidad migratoria en cuestión de segundos. Esta rápida metamorfosis solo puede ser capturada bajo el microscopio”, puntualiza Hidalgo.

Para extraer todo el potencial de estas imágenes los investigadores han colaborado con ingenieros de la Universidad Carlos III de Madrid, que han desarrollado nuevas técnicas de visión artificial para medidas en tejidos vivos.

Con esta nueva metodología, los autores esperan que otros ámbitos científicos se beneficien de su trabajo.

La idea ahora es aplicarlo a otros escenarios como infecciones o tumores, en el que las células inmunes también juegan un papel crucial en el desarrollo de la enfermedad”, indica Palomino-Segura.

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