Reuters.- El expresidente colombiano Álvaro Uribe informó este martes que la Corte Suprema de Justicia ordenó su detención, en una investigación por supuesto fraude y soborno de testigos en un proceso en el que es acusado de vínculos con escuadrones paramilitares de ultraderecha.

Es la primera vez en la historia reciente de Colombia que el tribunal ordena privar de la libertad a un expresidente. Uribe es el exmandatario más popular y polémico del país.

“La privación de mi libertad me causa profunda tristeza por mi señora, por mi familia y por los colombianos que todavía creen que algo bueno he hecho por la patria”, escribió el exmandatario en su cuenta de Twitter.

La Corte Suprema de Justicia, que tiene prevista una declaración, no se pronunció de inmediato sobre el caso.

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Uribe es en la actualidad un prominente senador y es el mentor de Iván Duque, el actual mandatario del país sudamericano.

La orden de captura podría ahondar la tormenta judicial y política en el país, similar a la que desató el llamado a indagatoria del exmandatario. También amenaza con incrementar la polarización en un país políticamente dividido.

Uribe y el congresista Álvaro Hernán Prada son acusados de soborno y fraude, delitos para los que la legislación colombiana establece prisión de hasta 12 años.

El expresidente acusó en 2012 al senador izquierdista Iván Cepeda de organizar un complot para vincularlo falsamente con escuadrones paramilitares durante visitas a exintegrantes de esos grupos en cárceles.

Pero en febrero de 2018, el tribunal que investiga todos los asuntos penales que involucran a legisladores dijo que Cepeda había recopilado información como parte de su trabajo y que no había pagado ni presionado a exparamilitares. En cambio, la corte aseguró que Uribe presionó testigos a través de terceros.

Expresidentes en prisión

 Álvaro Uribe Vélez tras su llegada a la Corte Suprema de Justicia a rendir indagatoria, en Bogotá (Colombia) Foto: EFE

El exmandatario colombiano se une a otros expresidentes de América Latina que terminaron implicados en procesos judiciales y en la cárcel después de gobernar sus países como el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva y el peruano Alberto Fujimori.

Antes de que Uribe divulgara la decisión del tribunal, el presidente Duque dijo que el exmandatario debía poder defenderse en libertad con todas las garantías.

Uribe, quien durante su gobierno entre 2002 y 2010 lanzó una ofensiva militar contra las guerrillas izquierdistas, ha cuestionado la independencia de la corte y ha declarado su inocencia.

“En mi designio de vida está combatir la infamia, desde la libertad o desde la cárcel. Que se sepa toda la verdad sobre estos hechos”, dijo recientemente Uribe, de 68 años. “Yo soy un hombre de honor y por eso quiero que se conozca toda la verdad”.

Con la detención de Uribe, quien es un político muy popular en Colombia, el partido Centro Democrático pierde a su principal líder en el Congreso, donde Duque busca impulsar reformas económicas y sociales para aliviar los estragos de la pandemia del coronavirus.

La ausencia del Congreso y de la actividad política del expresidente podría debilitar la cohesión de su partido Centro Democrático. La agrupación tiene 51 de los 280 “curules” del parlamento y necesita alianzas para impulsar su agenda.

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Uribe y algunos de sus familiares han sido señalados por sus opositores de supuestos lazos con escuadrones paramilitares de ultraderecha, que han sido acusados de violaciones a los derechos humanos, pero la actual investigación de la Corte es la única que ha avanzado en el tema.

Los escuadrones paramilitares fueron grupos armados ilegales que surgieron en la década de 1980 financiados por ganaderos, terratenientes y comerciantes para protegerse de los ataques de la guerrilla izquierdista pero que se desbordaron con sus sangrientos ataques.

Enemigo de las FARC

Álvaro Uribe gobernó el país entre 2002 y 2010 y dejó la Presidencia con una inédita popularidad del 75 %, aclamado por la mayor parte de los colombianos por los logros de su política de seguridad democrática y principalmente de la lucha contra las FARC, a las que asestó los primeros grandes golpes en el campo militar después de varias décadas de dominio guerrillero.

La determinación de combatir a las FARC fue una obsesión suya tras el asesinato de su padre, el ganadero Alberto Uribe Sierra, a manos de esa guerrilla en 1983.

Con un estilo personalista, carácter recio y encendido discurso patriotero resumido en su lema de “mano firme y corazón grande”, Uribe recorrió campos y ciudades y se ganó el favor del empresariado, que junto con las Fuerzas Armadas fueron pilares de su gobierno.

Álvaro Uribe llegó a la Presidencia a los 50 años de edad, como candidato disidente del Partido Liberal, después de una exitosa carrera pública que lo llevó a ocupar, entre otros cargos, los de director de la Aeronáutica Civil, senador, alcalde de su natal Medellín y gobernador del departamento de Antioquia.

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