DW.- La carrera – aún no definida – por la Casa Blanca entre Donald Trump y Joe Biden aumenta el nerviosismo, también en la economía.

DW consultó a Gabriel Felbermayr, el director del Instituto de Economía Mundial.

DW: ¿Siguió las elecciones?

Gabriel Felbermayr: Es increíblemente excitante. Y esta vez es quizás más cierto que de costumbre que esta elección también decide el futuro de la economía mundial y las relaciones transatlánticas.

A usted, como presidente del Instituto de Economía Mundial de Kiel, ¿le sorprende que los resultados aparezcan tan reñidos?

Sí, estoy sorprendido. Hace cuatro años, los investigadores electorales también se equivocaron. Y no fue diferente con otras decisiones como el referéndum de “brexit”. Sorprendentemente, Trump recibió más votos de los latinos y los afroamericanos de lo que nadie pensaba.

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Los años comprendidos entre 2017 y 2019 fueron años económicamente buenos para estos grupos, con un crecimiento salarial relativamente alto, y esto probablemente ha dado más frutos para Trump de lo que se pensaba. Los expertos en mercados de valores esperaban un resultado claro. Pero ahora reina la incertidumbre.

¿Qué significa esta fase de incertidumbre prolongada para la vida económica?

Esta fase de incertidumbre no es buena económicamente. Está retrasando las decisiones sobre inversión y consumo. Podría dar lugar a una resaca, por ejemplo con respecto a un nuevo programa económico de ayuda en la pandemia en Estados Unidos. Todo esto tiene un impacto negativo en la economía mundial. Pero tampoco lo sobreestimaría, porque las cosas tienen que estar resueltas para mediados de diciembre. Y el hecho de que pueda llevar un poco de tiempo tener claridad en EE.UU. tampoco es nuevo.

En caso de que Trump ganara, ¿espera cambios en su política económica o se estará aún más desenfrenado que antes?

Creo que una constante en los cuatro años de Trump en el cargo ha sido su imprevisibilidad. Y si ahora todos asumimos que continuará con su política sobre China, por ejemplo, como lo ha hecho hasta ahora, entonces podríamos tener una sorpresa. No está claro. No tiene una verdadera plataforma electoral.

En algunos puntos continuaría como empezó: en la política medioambiental o en la política fiscal; no creo que haya ningún cambio aquí. Pero puedo imaginar que podría haber ajustes en la política exterior, especialmente si Trump se preguntara qué podría asegurarle un lugar en la historia. Y hemos visto en los últimos meses que también puede llevar a cabo una política exterior constructiva, por ejemplo en el Oriente Medio.

¿Y si Joe Biden ganara? ¿Cómo cambiaría entonces la política económica de Estados Unidos?

Los demócratas quieren un nuevo acuerdo para Estados Unidos y darle prioridad a la política climática. Quieren grandes inversiones en infraestructura. Además, quieren derogar partes de la reforma fiscal de Trump, aumentar un poco los impuestos a las empresas y los ricos.

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Biden está examinando más de cerca las cuestiones de seguridad social, la política ambiental y el sistema de salud. Este es un cuadro más equilibrado, pero puede que no traiga el mismo crecimiento económico dinámico que podríamos esperar con Trump.

¿Tendría que seguir Biden el curso proteccionista para no dividir más al país?

Esa es ciertamente una razón por la que no podemos esperar que Biden retire muchas de las medidas que Trump impusó, que son desagradables para nosotros. Y como regla general, Joe Biden no es un amante del libre mercado. Él también es parte de esa fracción de “América primero” y ya bajo Barack Obama impulsó políticas de “Compra productos de Estados Unidos”.

Éstas favorecen sistemáticamente a los proveedores nacionales frente a los extranjeros, por ejemplo en la contratación pública. Debido a que las proporciones de la mayoría están ahora tan cerca, incluso en el Congreso, podemos asumir que Biden no podrá hacer grandes saltos en la política exterior o la política comercial.

Especialmente porque la llamada Autoridad de Vía Rápida (que da al presidente de EE.UU. más poder en la política comercial frente al Congreso) pronto expirará. Por lo tanto, la elaboración de la política comercial se hará más difícil. Trump ya ha dicho que ha ganado las elecciones. Ahora pide que se detenga el conteo y quiere apelar a la Corte Suprema, sin que quede claro sobre qué base.

¿Cree que hay alguna posibilidad de que algo imprevisto pueda ocurrir?

No es del todo imposible. Pero creo que gran parte de las instituciones – los tribunales, el Partido Republicano, el Ejército, otras autoridades, la Policía – están en el terreno de la Constitución. También creo que la gran mayoría de los estadounidenses no tiene interés en una escalada. Por lo tanto, tengo la esperanza de que no haya disturbios. Pero no se puede descartar nada en esta situación calurosa y polarizada.


El austríaco Gabriel Felbermayr es presidente del Instituto de Economía Mundial de Kiel y profesor de economía en la Universidad de Kiel.

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