Es necesario, ahora sí, que el gobierno se apriete el cinturón. El Estado se encuentra ante la gran oportunidad, y a la vez obligación, de limpiar la corrupción mediante el gasto público.   Con la presentación del paquete económico 2016, realizada el pasado 8 de septiembre, inició el proceso para la aprobación de las iniciativas de la Ley de Ingresos y del Presupuesto de Egresos, las cuales, conforme al calendario establecido en la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, deben estar aprobadas a más tardar el 20 de octubre. La discusión del paquete económico marca el punto de partida de la segunda mitad del sexenio, así como el inicio de una legislatura cuya actividad para este periodo tendrá una gran trascendencia, no sólo para las finanzas públicas, sino también por varios pendientes, y ningún tema resulta más impostergable que la corrupción. El entorno en el que ocurrirá la discusión es el de una caída de los ingresos petroleros, la depreciación del peso y una marcada incertidumbre internacional. Ante este panorama es imperativo que se envíe el mensaje de que el recorte presupuestal permitirá combatir la corrupción y optimizar el gasto, hacer “más con menos”, un arte que las familias mexicanas han perfeccionado. Lo anterior resultará crítico, puesto que prevalece la tendencia decreciente de las expectativas de crecimiento para este año y el siguiente. No sólo los analistas las han reducido; el propio gobierno federal estima un crecimiento de entre 2.0 y 2.8% para este año, luego que en los Criterios Generales para 2015 la estimación era de 3.7%. En este tenor, las autoridades financieras han señalado que con el Proyecto de Egresos de la Federación se busca un enfoque responsable y pragmático que contenga estrictas medidas de austeridad. Al respecto, si bien se sabía que resultaría imposible elaborar un presupuesto “base cero” con todo lo que implica, sí destaca que se hayan hecho los análisis correspondientes y se haya decidido recortar o eliminar un número importante de programas que no demostraban su efectividad o se duplicaban. Continúa la estrategia de asegurar el precio del barril de crudo con coberturas y se cuenta con el Fondo de Estabilización de Ingresos Petroleros, que propone establecer una subcuenta denominada “Complemento de Cobertura 2016”, por 3,700 millones de pesos (mdp), lo cual es importante si se considera que con base en los Criterios Generales, se proyecta que la producción de crudo será de 2.24 millones de barriles diarios (mbd), mientras que la exportación será de 1.09 mbd, menor a 2015. Hay un ajuste a la baja en el presupuesto de 92,680 mdp, menor a los 150,000 mdp que se esperaban. A pesar de la reducción en el gasto, se le da prioridad a los programas de combate a la pobreza, seguridad, impulso al crecimiento económico, educación superior, ciencia y tecnología. Destacan también los estímulos a la inversión como la deducción inmediata de activos para las pymes y los proyectos energéticos durante 2016 y 2017. Al menos en el papel, el paquete económico muestra que se está actuando frente a la coyuntura, sin descuidar áreas prioritarias; ahora es necesario reforzar este mensaje con acciones contundentes. Se debe aprovechar este momento para que queden claras reglas aplicables de transparencia y eficiencia en el gasto, tanto en el gobierno federal (el Ejecutivo) como en el Legislativo y el Judicial, y de manera destacada en estados, municipios y entidades autónomas como el INE, la CNDH y los partidos políticos. El que no ande derecho, la va a pasar mal. De acuerdo con el Reporte de Competitividad del Foro Económico Mundial, la corrupción representa el primer obstáculo para hacer negocios en México. Adicionalmente, recientes estudios señalan que la percepción de la corrupción en el país tiene un costo equivalente a 2% del PIB. Las acciones en materia de transparencia y combate a la corrupción tomarán un tiempo en materializarse, por lo que si bien no podemos esperar a ver recuperado ese porcentaje del PIB, sí debe ser una meta a considerar con un escenario donde, de hacerse bien las cosas, pueda agregarse un medio punto porcentual al PIB. Tenemos el plan de trabajo en materia presupuestal para 2016. Ahora toca que el Congreso sea congruente al aprobarlo y no se deje llevar por presiones ya conocidas. Para ello se requiere el apoyo de la iniciativa privada y de la sociedad civil. Es necesario que, ahora sí, el gobierno se apriete el cinturón. El Estado se encuentra ante la gran oportunidad, y a la vez obligación, de limpiar la corrupción mediante el gasto público; debe fluir la información y enfatizarse la transparencia. Hay que aprender a hacer más con menos.   Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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