El “pecado original” de los males económicos que nos aquejan, está en el abandono de los metales preciosos.   En un excelente artículo en inglés publicado hace unos días en el portal Plata.com.mx, el empresario Hugo Salinas Price explica cómo y por qué nada ni nadie puede “escaparse” hoy en día del oro y plata. Lo que quiere decir, es que todo lo que conocemos y usamos a diario como “dinero” –divisas o monedas de curso legal como los pesos, dólares, libras, etc., tiene una historia detrás cuyos orígenes, van a dar siempre a estos metales preciosos. Tiene razón. Por desgracia, la absoluta mayoría de seres humanos desconoce este hecho, y por tanto, llevan a cabo cientos de millones de operaciones con ese falso dinero, sin tener la menor idea del por qué suben los precios de manera infinita, y mucho menos, del por qué el “valor” de sus billetes, monedas y cuentas bancarias siempre se está diluyendo. De hecho, ya ni siquiera les asusta que el objetivo declarado de sus gobiernos y bancos centrales sea que haya inflación. La simple amenaza de una baja de precios, es considerada una catástrofe para los funcionarios, por lo que la impresión masiva de billetes, es una “necesidad”. Es una pena que los humanos, dice Salinas Price, nos quedemos “tan absortos con la tecnología, el Dios de la época actual, que tenemos pocas ganas de dirigir nuestra atención hacia otra parte.” Pone como ejemplo al Bitcoin, que al ser vista por algunos como una maravilla tecnológica, se cree que tendrá un futuro exitoso. Nada más alejado de la verdad. Pero el hecho es que, como decíamos al principio, todas las divisas del presente incorporan un elemento histórico que no se pierde ni siquiera con la digitalización de las mismas. “Las divisas digitales derivan de las de papel, y las de papel, todas ellas, derivan de las unidades monetarias originales que eran varias cantidades de oro y plata”, explica el autor. De hecho, muchos de los nombres de las unidades monetarias que usamos como “peso”, “dólar”, “libra”, etc., hacen referencia justo a aquellas viejas cantidades de metal fino que antes se empleaba. La tecnología, no puede borrar esta condición. Los seres humanos parecemos dispuestos a atribuir valores derivados de las monedas fiduciarias incluso cuando estos están expresados en muchos millones de unidades, como ha ocurrido en incontables ocasiones a lo largo de la historia y en diferentes latitudes, como Zimbabwe –que es un caso extremo, y México, donde por decreto se eliminaron tres ceros de nuestro “viejo peso” para facilitar las operaciones. Dice Hugo Salinas: “Zimbabwe tuvo su divisa con el 1 seguido de 22 ceros, antes de que finalmente fuera arrojada a la basura. ¡Así de tolerante es la humanidad!” De modo que solo cuando esas unidades se vuelven inmanejables, es que la moneda que se está inflando es por fin rechazada a favor de una nueva, otra vez, derivada en origen del oro y la plata. En este sentido, el peso mexicano tiene una equivalencia real de más de 18 millones por una onza de oro puro (a precios del viernes pasado), y no de más de 18 mil pesos, como se dice. En opinión de Hugo Salinas, los críticos de las monedas fiduciarias (fíat) han pasado por alto este componente histórico. Eso es un serio problema, pues vemos cómo nuestros “gurús” actuales no dejan de denostar primero que nada al oro, al que con frecuencia califican como “reliquia barbárica”, ignorando u omitiendo con alevosía que las divisas “descienden del oro o la plata, y que no podrían existir sin esa descendencia.” Por ello, la esencia monetaria de esos metales preciosos permanece intacta, y sin importar las leyes que los mantienen desmonetizados por la fuerza, fueron, son y seguirán siendo el dinero supremo y auténtico. Todas las divisas que se cargan en los bolsillos y cuentas bancarias del mundo, son testigos de su propio origen en esos metales. Quizás por eso Salinas Price concluye: “El Bitcoin no es un derivado del oro o la plata, es un huérfano y así, no puede circular y no circulará jamás como un tipo de divisa fíat, no importa qué tan perfecta sea su concepción tecnológica”. Y ni siquiera eso. Recordemos que las vulnerabilidades o errores de esa “criptodivisa”, han provocado ya varios fraudes multimillonarios que propiciaron incluso el cierre de su otrora más importante bolsa de intercambio: Mt.Gox. No podemos escaparnos del oro y la plata. En lugar de eso, luchemos por reivindicar su posición original en el trono del dinero, por un auténtico mundo libre y honesto en el que los gobiernos, dejen de coartar la voluntad de las personas y de meter las manos en sus bolsillos. El “pecado original” de los males económicos que nos aquejan, está en el abandono de los metales preciosos y en la consecuente corrupción monetaria oficial para beneficiar a una insaciable élite. Algo, que sin duda, tenemos que cambiar.   Contacto: Twitter: @memobarba Facebook: facebook.com/memobarba email: [email protected] Blog: http://inteligenciafinancieraglobal.blogspot.mx   *Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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