El cohete, de una longitud equivalente a un edificio de 20 pisos, despegó de la estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral con cuatro satélites científicos de la agencia espacial. Reuters   Un cohete Atlas V despegó de Florida con cuatro satélites científicos de la NASA diseñados para mapear explosiones de energía y partículas cargadas provocadas por campos magnéticos alrededor de la Tierra. El cohete, de una longitud equivalente a un edificio de 20 pisos, construido y lanzado por United Launch Alliance -un emprendimiento conjunto de Lockheed Martin y Boeing-, despegó de la estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral el viernes a las 0244 GMT. En la punta del cohete viajaban cuatro satélites idénticos, diseñados para volar en formación piramidal sobre la Tierra. Los aparatos fueron desplegados exitosamente en sus órbitas iniciales menos de dos horas después del lanzamiento. Cada satélite está equipado con 25 sensores para registrar en detalle qué pasa cuando las líneas del campo magnético de la Tierra se rompen y se vuelven a conectar. Los datos recopilados por los cuatro satélites serán combinados para producir mapas tridimensionales del proceso. La reconexión magnética, como es conocido el fenómeno, es algo común en el Universo, pero poco entendido hasta ahora. Los campos magnéticos son generados por planetas, estrellas, galaxias, agujeros negros y otros objetos celestes. Cuando las líneas de los campos se cortan y vuelven a conectarse, son expulsadas al espacio partículas cargadas a casi la velocidad de la luz, a unos 300,000 kilómetros por segundo. En el Sol, la reconexión magnética desata erupciones solares, cada una de ellas tan poderosa como un millón de bombas atómicas. Dicha actividad solar puede provocar tormentas magnéticas y la aparición de auroras en la Tierra. La NASA está gastando cerca de 1,100 millones de dólares en el proyecto, conocido como Multiescala Magnetosférica, o MMS, en un esfuerzo por entender cómo se genera y libera la energía. Los satélites volarán directamente a zonas de reconexión, a entre 70,811 y 152,888 kilómetros sobre la Tierra, y mapearán lo que sucede cuando se realinean las líneas del campo magnético. “La misión MMS realizará un experimento definitivo en el espacio que finalmente nos permitirá entender cómo funciona la reconexión magnética”, dijo a los periodistas el investigador jefe Jim Burch, del Southwest Research Institute en San Antonio, Texas, durante una conferencia de prensa previa al lanzamiento. La investigación también podría tener usos prácticos. Los esfuerzos por controlar la fusión nuclear en laboratorios han sido obstaculizados por la reconexión magnética, que hace que las temperaturas caigan en las cámaras de fusión. También podría ayudar a pronosticar mejor tormentas solares peligrosas, que pueden provocar caídas de redes eléctricas en la Tierra e interrumpir señales de radio, GPS y de satélites. La misión fue diseñada para durar dos años.  

 

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