Los juegos de carreara siguen vivos, y uno de los mejores ejemplos de esto es la serie Need for Speed, que durante los últimos 23 años prácticamente ha logrado poner un juego en el mercado de forma anual. Esta franquicia ha logrado amasar un inmenso grupo de fans y seguidores que abarca distintas generaciones, vendiendo más de 150 millones de copias en total. Por esto no es de sorprenderse de que en 2015 Electronic Arts haya decido hacer un reboot de la serie completa, y comenzar desde cero con un juego simplemente llamado Need for Speed. En días recientes llegó al mercado Need for Speed Payback (Electronic Arts, PS4 / Xbox One / Windows, 2017), que es la última entrega para consolas caseras de la serie. Éste título continúa la tradición de carreras de autos clandestinas de estilo arcade, o sea que no se enfoca en ser un simulador híper realista, como lo son por ejemplo Gran Turismo o Forza Motorsport. Payback es el equivalente en videojuegos de una película de acción: tiene una historia con personajes que buscan venganza, autos de lujo, carreras clandestinas, y acrobacias que esperaríamos de una película como The Fast and the Furious. Este juego nos cuenta la historia de Tyler Morgan, un corredor del circuito underground en Fortune Valley, que es un área con grandes casinos que se encuentra en medio del desierto, muy similar a Las Vegas. Tyler es traicionado y emboscado después de robar un auto de lujo, por lo cual debe trabajar para el dueño de un casino en pago. Payback se centra en la busca de venganza de parte de Tyler, por lo que deberá ganar las carreas de la mafia para y destruir su organización criminal, para lo cual requerirá de la ayuda dos amigos corredores y un mecánico. A diferencia de Need for Speed (2015), Need for Speed Payback, no requiere de una conexión a Internet constante, y se enfoca en la narrativa. El juego está ubicado en un mundo abierto, por lo que podemos movernos a través de los alrededores de Fortune Valley a placer, pero al mismo tiempo vamos progresando con la historia del juego. La historia se cuenta mediante secuencias cinemáticas donde conocemos a los personajes, pero éstas se entremezclan con las escenas de acción durante las carreras. Al ser un juego de mundo abierto, no estamos obligados a continuar con la historia de manera constante, ya que podemos tomar descansos de ésta, para explorar a nuestro antojo. Como es típico de los juegos de mundo abierto, los objetivos van cambiando constantemente. A veces se requiere de nosotros que ganemos una carrera, o que escapeamos de la policía, pero también se requerirán algunas acciones muy específicas, como llegar a determinados checkpoints o lograr algunos stunts. Mientras vamos manejando, estaremos en contacto constante con nuestros amigos a través de la radio, lo cual puede ser un poco molesto a veces, pero no hay gran consecuencia por no prestar atención a sus diálogos. El juego lo probé en su versión de PlayStation 4, que tiene la ventaja de contar con bocinas en sus controles inalámbricos, lo que permite que mientras la música y los efectos de sonidos se escuchan en la pantalla, en el control escucharemos la conversación de radio frecuencia. Algo interesante de Payback es que en medio de una secuencia de acción en la cual participan los dos amigos de Tyler podremos cambiar a controlarlos a ellos. Esto no lo decide el jugador, sino que es parte de un guion, al igual que algunas explosiones y momentos clave necesarios para mantener la acción narrativa. A veces durante estas secuencias en las que ya estamos controlando algún personaje al volante, se introducen clips cinemáticos con stunts de acción. De alguna forma esto funciona de manera fluida, y permite que el foco del jugador sea siempre el conducir. En cuanto a la acrobacias, varias veces tendremos que hacer saltos poco realistas y los autos pueden dar incluso vueltas en el aire sin sufrir daños severos; esto es tan criticable como lo sería cualquier película de The Fast and the Furious; debido a que éste es un juego arcade, podemos esperar realismo en cuanto a los gráficos, pero no en la acción. Conforme avanza la historia iremos accediendo a nuevos autos y a modificaciones para éstos. Desafortunadamente el juego incluye un sistema de cartas y micro transacciones (que se pagan con dinero real) para quienes buscan personalizar y mejorar su auto más rápidamente. Por el otro lado, éstas no son indispensables para avanzar en el juego, y después de la respuesta del público ante la situación de Star Wars Battlefront II, Electronic Arts decidió quitarles aún más relevancia en Payback. La selección de los autos y su modelado es ciertamente muy realista, y el motor gráfico que impulsa a Payback, el Frostbite 3, logra crear una experiencia visual bastante agradable. Para ser un juego más relajado y que se enfoca en la diversión y su narrativa, éste hace un trabajo bastante decente por lucir bien. En cuanto a los controles, al principio éstos pueden sentirse algo flojos, pero esto es un asunto de la calibración; luego de 15 minutos manejando, uno ya puede manejar de manera precisa. Además, al ser un juego tipo arcade, los controles son bastante sencillos; no se necesita de mucho para tomar curvas cerradas o aprender los rudimentos para manejar agresivamente. En general Need for Speed Payback tiene todo lo que podemos esperar de un juego de su tipo: autos de súper lujo, persecuciones desenfrenadas, carreras emocionantes y una historia que no tiene mucho sentido, pero entretiene. No se rompe ningún paradigma ni se revoluciona el género. Sólo nos entrega un juego de carreras para sentarse por horas, y pasarla bien sin tanta preocupación: exactamente lo que la serie ha prometido desde su inicio.   Contacto: Correo: [email protected] Twitter: @IrvingPeres Podcast: El Beastcast Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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