Reuters.- Grupo Aeroméxico parece estar listo para salir en unos días de la bancarrota, pero analistas piensan que la aerolínea mexicana afronta desafíos difíciles al enfrentarse a competidores de bajo costo como Volaris, convertida en el jugador más activo del mercado local.

Aeroméxico, que se declaró en quiebra en 2020 en medio de una fuerte caída de la demanda debido a la pandemia del coronavirus, obtuvo el viernes la aprobación final de una corte estadounidense para su plan de reestructuración financiera.

Pero incluso después de reducir su carga de deuda y costos operativos bajo la protección del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras estadounidense, la firma podría tener dificultades para recuperar el terreno perdido ante rivales como Volaris , que la ha superado como la aerolínea más grande de México por transporte de pasajeros.

La convaleciente línea aérea mexicana “pudo haber ido más lejos para reducir costos”, opinó René Armas, vicepresidente comercial y consultor aeronáutico de Jet Link International.

Aeroméxico logró reducir la cantidad de empleados por avión a 109 a inicios de 2021 desde los 133 que tenía en 2019, pero aún contaba con alrededor de 14 empleados adicionales a tiempo completo por cada nave en comparación con sus pares a fines del año pasado, agregó el experto.

La relación empleado-aeronave incluye a todos los trabajadores, desde pilotos hasta personal administrativo en tierra.

En total, Aeroméxico, que opera más de 120 aviones, tiene un exceso de personal de 1,600 empleados, según un índice de referencia de aerolíneas internacionales elaborado por Armas.

Un representante de la compañía se negó a comentar sobre el cronograma para su salida oficial de la bancarrota y su estrategia más allá de ese hito.

VIAJEROS DE NEGOCIOS

Con Apollo Global Management convirtiéndose en el mayor accionista de la aerolínea como resultado de un canje de deuda por capital relacionado con la quiebra, la hoja de ruta más probable de los inversionistas controladores será reducir el tamaño de la compañía “para hacerla más eficiente”, dijo Jacobo Rodríguez, analista de la consultoría Black Wallstreet Capital.

Rodríguez agregó que los nuevos propietarios podrían vender partes de la empresa o ciertos activos como su flota o espacios en los aeropuertos para aumentar la rentabilidad y mantener el negocio en funcionamiento.

El presidente ejecutivo de Aeroméxico, Andrés Conesa, quien ocupa el cargo desde 2005, expresó el viernes su agradecimiento a su equipo y al nuevo grupo de inversionistas por la confianza depositada en la aerolínea en un comunicado.

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Aeroméxico tendría dificultades para asumir la estructura de costos más bajos de Volaris incluso después de recortar sus gastos, manteniéndose como una aerolínea tradicional más enfocada en los viajeros de negocios, que siguen siendo escasos a medida que continúa la pandemia, opinó Marco Antonio Montañez, analista de la casa de bolsa Vector.

“La empresa podrá recuperar poco a poco su cuota de mercado, aunque está claro que la recuperación será lenta”, dijo. “Aeroméxico debe explorar formas de bajar sus costos y competir, pero no considero posible que se convierta en una aerolínea de bajo costo”.

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