EFE.- El anuncio del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, de dejar de vender crudo al extranjero en 2024 y contener la producción -hoy desplomada- de petróleo parece a primera vista un guiño al medioambiente, pero expertos advierten de que se debe más a un ajuste a la realidad petrolera del país.

“Lo que estamos viendo ahora es un poco curarnos en salud. Estamos curándonos en salud diciendo que ya no vamos a exportar petróleo cuando la realidad en un futuro muy cercano es que ya nadie va a querer nuestro petróleo”, explicó este martes a Efe Daniel Chacón, experto en energía de la plataforma Iniciativa Climática de México.

Chacón detalló que la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) produce un crudo muy alto en azufre, lo que no lo hace “apetecible en un mundo donde cada vez se use menos” este material, además de destacar la falta de inversión e innovación en la compañía.

DETERIORO DE PEMEX

El consultor energético Gonzalo Monroy apuntó esa falta de inversión como la principal causa en la crisis de la petrolera más endeudada del mundo, enfrascada desde que López Obrador llegó al poder hace casi dos años en una batalla por aumentar la producción.

Ahora mismo, Pemex produce aproximadamente 1,6 millones de barriles diarios, una cifra alejada en más de 250.000 de los que contemplaba a estas alturas de 2020 la estrategia inicial del presidente.

“El plan no funciona. Lo que pretendía López Obrador era prácticamente un desarrollo acelerado: llevar 20 campos de rápido descubrimiento rápidamente a producción”, detalló Monroy, un proceso que lleva de 2 a 4 años y que el mandatario quería reducir a 8 meses, “un hito, literalmente”.

De esos 20 campos, en la actualidad hay 16 aprobados y solamente 6 produciendo; el objetivo de barriles diarios para el último año de mandato, 2024, también se ha reducido: empezó en 2,6 millones y ya está en 1,7 según se desprende del último informe de gobierno.

“Si te fijas, es solo 100.000 barriles más de los que produce hoy”, incidió el especialista.

PLANES IMPOSIBLES

Lo anunciado esta semana por el presidente implica buscar la “autosuficiencia” energética, es decir, no exportar petróleo pero no importar gasolinas y pasar a cubrir las necesidades de combustible con refinación llevada a cabo en México.

Perder los ingresos que supone la venta de crudo, que en el primer trimestre de este año supusieron para Pemex y por ende para el Estado 20,277 millones de dólares, sería un nuevo problema para cubrir la deuda de más de 107,000 millones de dólares que arrastra la petrolera.

“Aproximadamente un 80 % de la deuda está en moneda extranjera y solamente un 20 % en pesos mexicanos. Así que en este caso, que Pemex tuviera sus ingresos en pesos y una deuda en dólares, la dejaría en una gravísima exposición de riesgo cambiario”, advirtió Monroy.

La estrategia de refinación total en México tiene otro punto crítico: las seis refinerías de Pemex están operando por debajo del 40 % de su potencial, debido en gran parte a su mal estado.

López Obrador está impulsando la recuperación de esas refinerías con reformas y compra de materiales, además de poner en marcha la construcción de la refinería de Dos Bocas, al sureste del país, que debería estar terminada en 2022 con una capacidad de procesar 1.5 millones de barriles diarios.

Sin embargo, aseguró el consultor energético, se necesitan 5,000 millones de dólares (más los 8.000 a invertir en Dos Bocas) para que las refinerías funcionen al 80 % de su capacidad.

MANEJO DE LAS RENOVABLES

El pretexto dado por el presidente este lunes para este cambio de rumbo en la estrategia petrolera fue acabar con una “una sobreexplotación de crudo” para “dejar reservas a las futuras generaciones”.

El mandatario indicó en su anuncio que se trata de “una política distinta, nueva” basada en una gestión del petróleo “muy racional y muy acorde con la protección y la defensa del medioambiente porque son recursos no renovables”.

Ese argumento es “muy pobre” para Daniel Chacón, ya que en el futuro no se requerirá tanto combustible fósil.

“Lo que va a suceder es que si refinamos aquí en México toda la necesidad nacional nos vamos a llenar de combustolio”, lamentó el especialista por el riesgo que eso conlleva de “tener emisiones muy contaminantes que afectan a la salud y de gases invernadero”.

López Obrador manifestó también que de ahora en adelante pretende “alentar las fuentes de energía renovables” y en particular las centrales hidroeléctricas.

“Si eso fuera cierto, no se hubieran cancelado las subastas de electricidad limpia y no se hubiera puesto este intento que hubo por parte de la Secretaría de Energía de poner restricciones a las nuevas renovables”, sostuvo el experto antes de alertar sobre la insuficiencia de las hidroeléctricas.

Del 2010 a la fecha, esas centrales de energía dependientes de unas lluvias cada vez menos frecuentes en el mundo han aportado entre el 10 % y el 14 % de la generación en México.

 

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