Foro #MujeresPoderosas: El rompimiento de Angélica Fuentes y Jorge Vergara en lo personal y en los negocios generó muchos cuestionamientos en el mundo empresarial. La mayoría de las parejas que tienen un negocio no siempre considera qué sucedería en caso de enfrentar un problema legal. Este escenario pondría en jaque al matrimonio y la familia, e incluso la compañía. ¿Cómo enfrentarlo y evitar perderlo todo?   Por Estivaly Calva Tapia Conozco el caso excep­cional de unos estilis­tas: ella es una excelente admi­nistradora y él un peluquero-artista fuera de serie. Cuando se separaron tuvieron en cuenta el desenlace del salón si se vendiera o fragmentara, y al final de cuentas admiten que son interdependientes, que hacen un trabajo con una gran sinergia y decidieron seguir como socios, pero no como matrimonio. Es una forma más abierta de ver la vida. Lo normal no es así y menos aún en nuestra cultura latina”, comparte Imanol Belausteguigoitia Rius, director del Centro de Desarrollo de la Empresa Familiar (ITAM) y autor del best se­ller Empresas familiares. Dinámica, equilibrio y consolidación. Según expertos, la mayoría de los conflictos en las empresas familiares surge principalmente por la fricción entre el dinero y el poder. Además, las tensiones pueden llegar a ser tan altas en el manejo de los negocios, que si no existe la capacidad de separar lo que corresponde a la empresa y a la familia puede haber grandes dificultades. Para muestra un botón: Angélica Fuentes y Jorge Vergara cumplirían en mayo siete años de matrimonio. Sobresalieron por ser una pareja po­derosa en los negocios. Por separado, ya eran empresarios exitosos, pero juntos hicieron una mancuerna que consolidó su riqueza y el crecimiento de Grupo Omnilife-Angelíssima-Chi­vas, consorcio que genera alrededor de 1,700 millones de dólares (mdd) al año. ¿Cuál fue el secreto? En una alguna ocasión Jorge expresó: “Angélica dice que yo visualizo y ella aterriza. Ha sido una combinación muy efectiva”. Sin embargo, Angélica llegó a re­conocer que “era muy, muy difícil se­parar lo íntimo del trabajo con Jorge”. Pero, ¿en dónde queda la compañía cuando ocurre un grave desencuentro como pareja? Para algunos matrimonios es com­plicado seguir como socios y cónyuges, para otros resulta una excelente moti­vación el tema de los hijos, tener com­promisos económicos, y además, quizá juntos hacen muy bien su trabajo. “El éxito de una relación de trabajo armónica radica en el balance entre la unión de la pareja y su autonomía. Es decir, deben estar lo suficientemente unidos para caminar por la misma senda, y lo suficientemente separados para no tropezarse con la otra persona. Separar sí, pero manteniendo el con­tacto”, indica Belausteguigoitia. Él sugiere poner en práctica el perdón, dado que las empresas fami­liares se distinguen por su carácter emocional: “En estas organizaciones los conflictos suelen acumularse por años, sin que se resuelvan de una manera apropiada. Otorgar y pedir perdón llega a significar la diferencia entre construir una empresa próspera y una familia feliz, o destruir tanto a la familia como a la compañía”.   Para los más sentimenta­les… un notario “Hay muchos litigios y controver­sias que se terminan sin necesidad de llegar a una sentencia gracias a la intervención de un notario, quien es el mediador entre las partes sin tener que recurrir a un juez. A una notaría abierta también se le dice que existe un juzgado cerrado”, declara Marco Anto­nio Espinoza Rommynght, secretario del consejo del Colegio Nacional del Notariado Mexicano. Por su parte, Luis Eduardo Paredes Sánchez, presidente de la Comisión de Comunicación del Colegio de Notarios del Distrito Federal, opina que existen dos opciones: o ponerse de acuerdo y lograr un convenio razonable, aunque tal vez no sea el mejor, o vivir por lo menos dos años de litigio, y al final, los abogados serían los ganadores, con hasta 40% de lo recuperado: “Una vez que ya se está en un pleito legal, hay que tener la cabeza fría para arreglar la parte económica y salir con los menos daños posibles. Es mejor un mal arreglo que un buen pleito. Además, el litigio exacerba los ánimos”, dice.   Cuestión de gobierno corporativo Jesús González, socio líder de Gobier­no Corporativo de KMPG México, afirma que las empresas familiares que logran la meta de contar con un gobierno corporativo y un consejo de administración mejoran su desem­peño, se vuelven más confiables y obtienen mejores financiamientos, que aquellas donde los intereses, así como las responsabilidades, no están bien identificados. “La Bolsa Mexicana de Valores (BMV) tiene empresas familiares que han logrado establecer reglas muy claras, al grado de que pueden invitar a otros inversionistas. Sus marcos de gobierno son tan formales y transparentes que los interesados sa­ben qué puede pasar y de qué manera”, dice González. En el acta constitutiva está el Gobierno Corporativo de una firma, aclara el socio de KMPG. “El gran problema de la empresa familiar en México es que en un muy alto porcentaje de sus directivos no saben lo que dice el acta constitutiva hasta el día en que se pelean. En esa disputa e incertidumbre, resulta que empiezan a investigar para poder ganarle al otro. Desgraciadamente, ya están deman­dando y apenas se dieron cuenta de que no valen los dimes y diretes, sino lo que está escrito ante notario”. El acta constitutiva o protocolo familiar (el primer documento es legal y el segundo sólo moral) establece los puestos y funciones de los diferentes actores, y concreta el marco de poder: ¿Cómo será el porcentaje de acciones? ¿Quién estará más involucrado en la empresa? ¿Cómo se va a votar? ¿Qué decisiones se pueden tomar por cuen­ta propia? ¿Qué tipo de decisiones se hacen en Consejo y cuáles puede ejecutar el director general? “El gobierno corporativo es poner las reglas del juego y asegurar que tenemos un balance entre los roles de los accionistas, consejeros y operadores para una buena vigilancia de la firma”, opina Daniel Aguiñaga, socio líder de Gobierno Corporativo de Deloitte. Para empezar a crear esta estructu­ra de gobierno corporativo es esencial un consejo de administración con miembros externos, agrega. “Esto facilita la toma de decisiones y aporta mucho valor porque un tercero opina sobre el desempeño de la compañía. Además, a través del Consejo de Administración se hace la rendición de cuentas de una manera más trans­parente y realmente encuentras una tranquilidad de que estás manejando adecuadamente tu negocio”.   Love is in the air En México, sólo 12% de las empresas tiene reglamentado cómo manejar las relaciones sentimentales entre los empleados. “Hay organizaciones donde está absolutamente prohibido y si llegara a darse una relación sentimental o hasta un matrimonio, los involucrados tendrán que escoger quién de los dos renuncia. Por otro lado, existen compañías que ponen los candados suficientes en su código de ética. Por ejemplo, explican claramente que sí está permitido, pero los involucrados no pueden estar en la misma área ni tener líneas de reporte directas. Tam­poco pueden decidir el sueldo de la pareja ni las promociones o asistencia a cursos, con el fin de evitar conflictos de interés”, precisa Aguiñaga. Por otra parte, PwC México sugie­re que sea el fundador o director ge­neral quien establezca los lineamien­tos para las relaciones de pareja en el centro de trabajo, aunque advierten que la prohibición sería tanto como ir en contra de la ley. “Si los dueños o directivos con­sideran que los empleados pueden tener una pareja sentimental dentro de la empresa, lo respetamos. Pero nuestro consejo es que esté claro que siempre habrá un conflicto de interés. Entonces, tiene que regularse y que se haga del conocimiento público para que quienes establezcan una relación amorosa acuerden quién se va a quedar en la empresa y quién va a salir. Esto, evidentemente, no está en la ley sino en la política organiza­cional. La ley no permite despedir a una persona por tener una pareja en el trabajo”, expone Mayra Gómez, gerente de la práctica de la Industria Familiar de PwC. Mario Zavala, gerente senior de Desarrollo de Talento de KPMG Mé­xico, recomienda a partir del estricto respeto a la persona y de reconocer el ejercicio de la libertad: “Cada quién define los rumbos de su vida de acuerdo con sus proyectos y eso es algo que como asesores no podemos evitar”. Estas situaciones hay que manejarlas con total transparencia y honestidad, sobre todo para preve­nir cualquier conflicto de interés, abunda Zavala, así como preservar siempre un comportamiento estricta­mente profesional. “Es obvio que a las propias parejas esto les puede resultar difícil”, explica el consultor. “Supongamos que a una de las partes le van a dar una promo­ción importante, pero como están en una relación y ambos se encuentran en la misma área no les darán este beneficio. Lamentablemente estas mismas normas terminan provocan­do autogoles. ¡Por eso lo que conviene es ser tremendamente transparente!”. Es necesario establecer los códigos y normas que van a regir esa dinámica de relaciones de pareja en la oficina, añade Zavala, “tratemos de establecer con delicadeza y pruden­cia las fronteras en estos campos de lo profesional y lo personal: si una norma prohíbe relaciones formales de pareja, pero en el primer nivel de la organización (ejecu­tivos y gerentes) no la respetan porque ellos tienen el poder, desde luego que los emplea­dos van a censurar tal conducta”. La fortaleza de las Pymes es justamente su naturaleza familiar o de pareja, “la pareja empuja al propio negocio y acaba siendo una sinergia muy interesante”, asegu­ra. Concluye que establecer una relación sentimental en el trabajo plantea dos escenarios: ser perjudi­cial y afectar el rendimiento de los implicados, o mejorar su productivi­dad. Sin embargo, la regla de oro si­gue siendo la misma: separar la vida personal de la profesional, porque es indispensable la madurez de ambos si llegaran a enfrentar una prueba de fuego: el rompimiento.

 

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