Los gobiernos de los distintos países deberían implementar dentro de sus estructuras institucionales las funciones realizadas por OFAC, de EU, que identifica y da a conocer negocios en manos del crimen organizado.   Una de las noticias relevantes durante la semana pasada en el obscuro mundo de la delincuencia organizada fue la inclusión en la lista negra de la Oficina de Control y Bienes Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos de 18 personas y 15 empresas ligadas a Rafael Caro Quintero, autor intelectual del secuestro y asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar, en 1985. Anabel Hernández en su libro Los Señores del Narco, de Editorial Grijalbo, menciona: “A la postre, Caro Quintero y Miguel Ángel Félix Gallardo también fueron detenidos como responsables de la muerte de El Kiki Camarena. Sin embargo, la DEA continuó la investigación durante casi cinco años más…Así fue como inició la llamada Operación Leyenda. La investigación de la muerte de Camarena suscitó uno de los episodios más perversos de la relación México-Estados Unidos en el ámbito del narcotráfico”. A propósito de la inclusión reciente en la lista de OFAC de negocios ligados a Caro Quintero ubicados en la ciudad mexicana de Guadalajara, se encuentran una gasolinera, empresas dedicadas al giro de baño y productos de belleza, calzado, un spa resort, inmobiliarias, una constructora, un bar, restaurante y piscinas. Negocios que muy probablemente para muchas personas que los visitaron no despertaron ninguna sospecha antes de ser designados por OFAC. Las consecuencias de estar incluidos en dichas listas negras son que con fundamento en la Ley Kingpin, el gobierno de Estados Unidos, con base en estas designaciones de OFAC, tiene las facultades de confiscar cualquier bien de dichas empresas y personas en ese país, así como la de prohibir cualquier transacción económica con ellas. La función que realiza OFAC con la publicación de dichos listados de personas y empresas designadas me parece de suma importancia y utilidad pues hace del conocimiento público información a la que de otra forma no tendrían acceso los ciudadanos en general y, en especial, los que tienen obligaciones de prevención, detección y reporte de operaciones ante las autoridades encargadas de combatir el lavado de dinero. Es de llamar la atención los giros de los negocios que operan personas ligadas con la delincuencia organizada, pues son lugares a los que se puede acudir como cliente sin tener la menor idea de las personas que están atrás de ellos ni el que sus ganancias se mezclan con dinero de procedencia ilícita. Se preguntará usted, estimado lector ¿cuántos de ellos todavía no se han detectado e identificado y siguen operando en la total impunidad? Tal como lo he mencionado en anteriores colaboraciones, el lavador de dinero busca deshacerse de ese gran cúmulo de dinero en efectivo que obtiene de diversos delitos generadores del mismo, y una de las opciones que tiene es crear o adquirir empresas que tengan un objeto lícito que les permita obtener ganancias y mezclar las mismas con dinero sucio, situación que, a menos que se cuente con investigadores que sepan leer perfectamente estados financieros e identificar ilicitud en estructuras corporativas, su detección resulta complicada. Es muy recomendable que los gobiernos de los distintos países implementen o imiten dentro de sus estructuras institucionales las muy importantes funciones realizadas por OFAC, a fin de emitir sus propios listados de personas y empresas designadas y no esperar a que dicha oficina las haga públicas para poder actuar en consecuencia. Bien lo ha dicho el creador de Facebook, Mark Zuckerberg: “Hay mucho material que ninguno de nosotros ha visto alguna vez. Eso es bueno por una parte, pero nos limita por otra”. Desde mi punto de vista, en el campo de la lucha contra la delincuencia organizada que han emprendido los sectores tanto público como privado, no conocer información sensible de manera oportuna para dichos fines definitivamente los limita. ¿Coincide usted estimado, lector?     Contacto: www.garciagibson-consultores.com [email protected] www.twitter.com/garciagibson

 

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