- Trabajo constante y sentido común.
- Los inversionistas escogen startups si son creadas por jóvenes llenos de ideas y con un espíritu empresarial vehemente.
- Las verdaderas aptitudes a desarrollar son la capacidad de escucha, la capacidad de recuperarse de un fracaso y la pasión para animarse cada día.
- Aprender de los veteranos y su experiencia incomparable. La destreza que se transmite de generación en generación contribuirá en favor de su agilidad y su capacidad de innovar y de romper los modelos ya establecidos.
- Ponderar la lealtad en el trabajo, y tener el coraje de decir cuando es difícil.
- Saber rodearse de la gente indicada, y no ser arrogante si se tiene éxito.
No, los CEOs veteranos nunca pasarán de moda
No todo es Silicon Valley, y la experiencia y la madurez aún son factores clave en muchas industrias, como en el mundo del lujo.
Por Paola Sandoval
¿Los viejos a la tumba y los jóvenes al poder? Puede que sea sólo el caso de las startups. La trayectoria de un director general es necesaria, en especial en el sector de la gran industria y del mundo del lujo. El CEO del grupo hotelero Lucien Barrière, nos revela el por qué una larga trayectoria sí importa.
Ser CEO “es a la vez una elección personal y privada, pero es también una elección de responsabilidad, pues compromete toda la vida de una empresa y su futuro. Lo que quiere decir que tiene que analizarse sin interrupción para juzgar con lucidez la perennidad de sus capacidades”, dice a Forbes México, Dominique Desseigne, clasificado en el puesto 38 de los hombres más poderosos de Francia.
Desseigne, de 72 años, piensa que no es bueno forzar al retiro a los 65 años, ya que muchos CEOs comienzan su etapa más productiva después de esa edad, como Warren Buffet, Sheldon Adelson, o Alan Miller. “Los años aportan la experiencia, madurez, sabiduría sin atenuar por ello la audacia, muy al contrario. Pero dejo a otros decir si es ‘la edad de oro’”, precisa.
La audacia, requisito para el éxito
Los directores ejecutivos más jóvenes tienden a ser más enérgicos e innovadores. Los CEOs más experimentados son más hábiles en la gestión de personas y procesos, “son más equilibrados y matizados en su juicio ante cuestiones complejas y para llevar a cabo su amplia gama de experiencia en la solución rápida de problemas”, añade Desseigne.
Un estudio reciente de KPMG, denominado “Ahora o nunca”, explica también cómo en el contexto actual de la cuarta revolución industrial es importante la presencia de los CEOs veteranos con el apoyo de los directivos más jóvenes:
“Un joven dirigente tiene una mirada nueva y menos prejuicios, pero, atención, algunos vienen ya formateados por sus estudios, tienen sus certezas. Hay que dejarle avanzar y ayudarle a comprender sus errores. Un dirigente de más edad tiene también sus certezas, pero hay que escucharle y ayudarle a ser más inventivo. Es la audacia la que es creadora y debe repartirse”, añade.
La experiencia sí importa
La edad es un tema que debería ser cuestionada sólo cuando la salud sea un factor claro. “La experiencia es forzosamente decisiva (de cara a los inversionistas), hace ganar tiempo, permite sacar fruto de fracasos y éxitos forjados tras una larga trayectoria. Una mayor edad autoriza todas las audacias”.
La juventud es signo de velocidad y fuerza en una startup, pero no por ello la mejor aptitud profesional. “Los más jóvenes son a veces impacientes. Lo digital es su cotidianeidad, y eso ha contribuido a acelerar el tiempo. Pero, ojo, esa no es la regla en todos los demás sectores”.
“Por ejemplo, en el mundo del lujo, no hay que precipitarse, hay que tomarse un tiempo para observar, tener la obsesión del detalle y de lo bello, el know-how es muy importante, pues son oficios de arte”, subraya.
Desseigne nos comparte algunos consejos para los CEOs más jóvenes: