Por Kelly Phillips Erb La filtración de los documentos de Mossack Fonseca ha dominado los titulares en los últimos días. Nombres notables han sido vinculados al escándalo –desde el primer ministro de Islandia Sigmundur Davíð Gunnlaugsson, quien renunció en respuesta a la controversia, hasta el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, quien admitió una participación en la empresa offshore de su padre–, y las preguntas siguen surgiendo. La gran pregunta: ¿dónde están los estadounidenses? Con 11.5 millones de documentos confidenciales en juego, incluidos los registros financieros y legales de más de 14,000 clientes de Mossack Fonseca, la falta de nombres estadounidenses ha motivado el surgimiento de teorías de la conspiración, pero la realidad es que sí hay nombres en los Panama Papers. Los informes preliminares indican que hay más de 200 personas con domicilios en EU nombradas en los documentos filtrados. Eso no quiere decir que haya más de 200 ciudadanos estadounidenses implicados –desde luego, una dirección no equivale a la ciudadanía–, pero es indicativo de que hay estadounidenses involucrados. ¿Por qué no escuchamos sobre más estadounidenses? Podría haber varias razones. Una respuesta muy simple es que la información aún no ha terminado de revisarse. Con millones de documentos afectados, simplemente puede ser que los nombres estadounidenses sí estén en los papeles, pero aún no se han hecho públicos porque hay más análisis por hacer. También puede darse el caso de que Mossack Fonseca no haya sido el bufete favorito entre los estadounidenses que buscan crear entidades offshore. Muchos bufetes, entre éstos los ubicados en Estados Unidos, están involucrados en la gestión de activos offshore. Las cuentas y los fondos, sin duda, están ahí y no en Mossack. Y no hay que olvidar que Estados Unidos se considera una especie de paraíso fiscal. La estructura corporativa flexible, la exención de impuestos corporativos y las ganancias de capital con ventajas fiscales pueden dar lugar a una carga tributaria relativamente baja, por lo que es un lugar atractivo para hacer negocios. Además, Delaware y Nevada tienen estructuras fiscales y leyes corporativas consideradas favorables en muchas partes del mundo. Ambos estados ofrecen atractivas protecciones legales a las empresas, incluyendo una fuerte protección de responsabilidad civil, así como un grado de anonimato para sus propietarios. El sistema judicial también es favorable: Delaware incluso tiene su propia “Chancery Court”, un tribunal que se enfoca principalmente en asuntos corporativos. En cuanto al rumor que circula en internet sobre que el Servicio de Impuestos Internos (IRS) ha suprimido de alguna manera la divulgación de información relacionada con los estadounidenses, el comisionado del IRS John Koskinen dice que no es verdad, y afirma que el IRS no tiene “control” sobre la liberación de esa información, como lo tiene el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ). Se dice que el IRS tiene “interés por la información” que viene de todas las fuentes, pero rechaza la noción de que el IRS se interpondría en el camino cuando se trate transparencia fiscal. Es, dice, todo lo contrario, y señaló que como parte del Foro de la OCDE sobre Administración Tributaria se unirá a los jefes de los organismos fiscales de 46 países en el Órgano Conjunto de Colaboración Internacional Fiscal Mixta (JITSIC, por sus siglas en inglés) para revisar la información relacionada con los Panama Papers y discutir formas en que podrían mejorar la cooperación cuando se trata de intercambio de información. El IRS, además de las agencias tributarias de otros países, tienen un “gran interés” en asuntos relacionados con la evasión de impuestos. En cuanto a si puede haber investigaciones en curso relacionadas con los documentos de Panamá, Koskinen dijo que el IRS no habla de casos particulares. Dicho esto, hay algunos nombres que se han hecho públicos. He aquí un vistazo a algunos que quizá te suenen: Liesel Matthews. Ella no sólo fue parte de la realeza en la pantalla grande (sí, ella fue quien protagonizó la cinta de 1995 The Little Princess), Matthews, cuyo nombre verdadero es Liesel Pritzker Simmons, era prácticamente una princesa estadounidense. Nacida en una familia rica (10 pritzkers aparecen en la lista Forbes 400 más reciente), Simmons heredó unos 500 millones, que desde entonces han crecido hasta los 600 millones. Simmons, sin embargo, no se ha unido a las filas de otras celebridades en la escena social: en cambio, ella ha invertido sus fondos en fundaciones caritativas y trabajando en iniciativas sociales. Ella dijo a Forbes, en 2013, “Yo no gané ese dinero. ¡Y sería una vergüenza desperdiciarlo!” Aunque la familia Pritzker no es ajena a los controvertidos fideicomisos offshore, la imagen absolutamente limpia de Simmons podría llevar a algunos a preguntarse cómo ella, junto con su esposo, Ian, terminó en los Panama Papers. La pareja aparece como accionistas de una empresa llamada Blue Valley Agroinvestment. Simmons ha confirmado su propiedad a McClatchy, diciendo: “Mi esposo, Ian Simmons, y yo somos inversionistas minoritarios en Blue Valley Agroinvestment, un proyecto de agricultura sustentable en Colombia. Cualquier ingreso que tenemos queda totalmente gravado. Nos enorgullece crear empleo y desarrollo comunitario que este proyecto lleva a una parte marginada de Colombia.” Igor Olenicoff tampoco es ajeno a los activos offshore. El multimillonario desarrollador inmobiliario fue condenado a dos años de libertad condicional en 2008 por mentir en su declaración de impuestos federales sobre sus 200 millones de dólares (mdd) en cuentas en el extranjero. Olenicoff demandó a UBS en 2008, alegando, entre otras cosas, que el banco le ayudó a romper la ley y luego lo entregó; la demanda fue desestimada. A cambio, UBS demandó a Olenicoff en 2012, alegando que su demanda previa sólo tenía por objeto “desviar la culpa” de sus propias acciones; en julio pasado, citando la doctrina “manos sucias”, un juez falló en contra de UBS. Como parte de su acuerdo para evitar la cárcel por no informar sobre sus cuentas en el extranjero, Olenicoff aceptó no mover activos al extranjero. Su nombre, sin embargo, aparece en los Panama Papers, nombrándolo como accionista en Olen Oil Management Limited. Olenicoff ha negado cualquier implicación en cualquiera de las empresas en Panamá, incluyendo Olen Oil Management. John Michael “Red” Crim fue condenado por conspiración para defraudar a Estados Unidos. Crim fue cofundador de la Trust Company Commonwealth (CTC) con sede en Conroe, Texas. De acuerdo con el Departamento de Justicia, CTC vende dos paquetes fiduciarios nacionales y un paquete offshore a sus clientes y “convenció a los inversionistas de colocar ingresos y bienes en fideicomisos con el fin de evitar el pago de impuestos federales”. Crim inicialmente fue condenado a la pena máxima de ocho años de prisión. Además de la prisión, a Crim se le ordenó pagar 17.2 mdd en restitución, una multa de 175,000 y a servir tres años bajo libertad supervisada. La investigación sobre CTC finalmente llevó a levantar cargos contra el actor Wesley Snipes. El nombre de Crim se encuentra en los Panama Papers como un intermediario que ha registrado una empresa con Mossack Fonseca. Mientras Crim y Olenicoff están asociados a delitos financieros, Andrew Moguilianski tiene una reputación diferente: delincuente sexual. El millonario de Bucks County se declaró culpable en 2009 de viajar con el propósito de participar en una conducta sexual ilícita y tres cargos de participar en una conducta sexual ilícita en lugares extranjeros. Ha sido acusado de viajar a Rusia para tener relaciones sexuales niñas de 13 y 14 años de edad, las cuales consiguió en un orfanato. Según la acusación, Moguilianski también llevó a sus víctimas a Moscú donde las hizo trabajar como prostitutas (Moguilianski ha negado esto último, diciendo que fue emboscado por las agencias de espionaje de Putin). Después de su declaración de culpabilidad, Moguilianski fue condenado a ocho años de prisión y al pago de la restitución. Moguilianski creó tres empresas con Mossack Fonseca y, según los fiscales, los gastos de sus viajes de Moscú fueron pagados a través de una de esas empresas, IFEX Global Ltd. Cossack descubrió los cargos en 2014 y, pese a los antecedentes penales de Moguilianski, continuó trabajando con él. El productor cinematográfico y musical estadounidense David Geffen es sinónimo de éxito. Entre sus disqueras se han contado Asylum Records (ahora parte de Elektra/Asylum Records) y Geffen Records (ahora Interscope-Geffen-A&M, división de Universal Music Group) y en 1994, fue cofundador del estudio cinematográfico DreamWorks SKG con Steven Spielberg y Jeffrey Katzenberg (Geffen dejó DreamWorks en 2008). Geffen es ahora un multimillonario con un patrimonio neto estimado de 6,800 mdd, que lo ubica en el puesto 176 en la lista de multimillonarios de Forbes y en el 70 en la Forbes 400 de Geffen aparece en los documentos como director de una compañía de Delaware llamada Barham Maritime LLC, que vendió acciones de una compañía en las Islas Caimán creada para mantener el título de Pelorus, un yate que Geffen compró a la ex esposa de Roman Abramovich, Irina, en 2011 por un estimado de 300 mdd. Geffen vendió posteriormente Pelorus a una empresa offshore en Panamá llamada Marfleet Limited S.A.; los Panama Papers indican que el propietario actual es el Royal Group Companies Managament, una empresa con vínculos con los Emiratos Árabes Unidos enfocada en bienes raíces, turismo y comercio internacional y desarrollo. Por su parte, el abogado de Geffen dice que Geffen “nunca ha usado una cuenta offshore para fines comerciales o de negocios ni tiene ningún tipo de paraíso fiscal”. Marianna Olszewski, autora de Live it, Love it, Earn it (A Woman’s Guide to  Financial Freedom) construyó su fortuna como coach de vida y experta en finanzas personales. Proveniente de una familia de modestos recursos, se abrió camino en Wall Street hasta convertirse en fundadora y CEO de Madison Financial Management LLC, una compañía de correduría y marketing de fondos de inversión. Olszewski no huyó a los reflectores, pero prefirió mantener su identidad en secreto cuando supuestamente guardó aproximadamente 1.8 mdd fuera del país. ¿Cuánto se esforzó para lograrlo? Según la BBC, trabajó con Mossack Fonseca para contratar a un intermediario (un británico de 90 años de edad) para mantener su identidad y su cuenta en secreto. Sanford Weill ganó 150 dólares a la semana durante su primer trabajo como corredor para Bear Stearns. Hoy, Forbes estima el patrimonio del ex CEO de Citigroup en 1,050 mdd, lo que lo ubica en el sitio 1,694 en la lista de multimillonarios 2016 (509 entre los estadounidenses). De acuerdo con McClatchy, Weill tiene una participación en dos compañías: April FoolLtd. (en las Islas Vírgenes Británicas, y la que ya no está activa) y Brightao Corp (en Islas Vírgenes Británicas), ambas mencionadas en los Panama Papers. Antes de que hagas conclusiones, recuerda: tener tu nombre en la lista no significa que hayas hecho algo malo. Ser propietario de una empresa offshore o crear un fideicomiso offshore no es ilegal. De hecho, es perfectamente legal en la mayoría de los países, incluso en Estados Unidos. Lo que es ilegal, sin embargo, es el uso de fideicomisos offshore para ocultar bienes a los acreedores conocidos o evadir impuestos. Y a pesar del puñado de individuos estadounidenses (comparativamente hablando), no hay bancos de Estados Unidos incluidos en la lista, que incluye a firmas con sede en Europa como HSBC Private Bank (Mónaco), HSBC Private Bank (Suiza), Credit Suisse Channel Islands Limited y UBS AG. Ciertamente irán surgiendo más nombres. En los primeros días de mayo, ICIJ dará a conocer los nombres de las más de 214,000 entidades offshore y los nombres revelados en las filtraciones.

 

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