Reuters.- En busca de una mejor vida para ella y sus hijas, Victoria Salazar dejó su natal El Salvador hace unos tres años para establecerse en México. Pero el sábado, la mujer de 36 años encontró un funesto destino luego de que policías municipales la sometieron en la vía pública y le rompieron dos vértebras.

Su homicidio ha generado indignación y ha despertado cuestionamientos sobre el trato a los migrantes en México, un país por donde cada año atraviesan miles de centroamericanos deseosos de llegar a Estados Unidos. Algunos, sin embargo, se terminan quedando en tierras aztecas.

“Ella se fue para allá (México), pero no merecía esa muerte”, se lamentó el lunes Rosibel Arriaza, la madre de Salazar.

Se supone que las autoridades están para proteger a los seres humanos (…) pero ese fue un abuso de autoridad. Aunque sé que mi hija ya no volverá a la vida (…) yo estaría más que satisfecha que esos señores pagaran, fue injusto“, agregó la mujer, visiblemente compungida, afuera de la cancillería salvadoreña, a donde fue para reconocer el cadáver a distancia.

Las primeras investigaciones, que derivaron en la detención de los cuatro policías supuestamente implicados en la muerte de Salazar, apuntan a que la presión de la rodilla de una uniformada sobre el cuello de la víctima fue tan “desproporcionada” que le rompió la primera y segunda vértebras.

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Según videos difundidos por medios de comunicación mexicanos, Salazar fue sometida por una policía municipal mientras otros tres uniformados observan la escena. Más tarde, los agentes cargan a la mujer, inconsciente y esposada, a una camioneta y abandonan el lugar.

En Tulum, la concurrida zona turística bañada por el mar Caribe donde sucedió el homicidio, se preparaba una protesta en contra de la policía local.

Salazar, quien tenía calidad de refugiada, trabajaba limpiando habitaciones de hoteles y sus hijas se le habían unido en México poco después de que consiguió trabajo. Ahora, sin embargo, la abuela de las dos huérfanas aseguró que una de sus nietas teme por su vida.

“Dice la niña que siente temor por la policía, no sé si ha quedado con algún trauma. Ella piensa de que la policía le puede llegar a hacer algo”, relató Arriaza.

En México, cada día, 10 mujeres son asesinadas en promedio. La mitad de aquellos homicidios queda impune.

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