Es cada vez más popular el factor de reproducción R, o sea el potencial de propagación que tiene un virus. Si el número de reproducción es mayor que 1, cada persona infectada transmite la enfermedad a, al menos, una persona más. Así, el virus se propaga. Si el número de reproducción es menor que 1, se infectan cada vez menos personas y el número de infectados disminuye. Para contener la propagación de un virus, su número de reproducción debe ser inferior a 1. Matemáticamente hablando: R < 1.

El epidemiólogo Adam Kucharski explica qué factores juegan un rol principal aquí y trabaja en modelos matemáticos de enfermedades infecciosas para entender mejor su curso. La comprensión de los datos puede ayudar a los políticos a tomar decisiones para contener la propagación de un virus, pero también hace que los ciudadanos teman por sus libertades.

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Cuatro parámetros

Kucharski tiene experiencia haciendo investigaciones de enfermedades como el Ébola, el SARS y la gripe, ahora con COVID-19. En su libro The Rules of Contagion: Why Things Spread – and Why They Stop (Las reglas del contagio: por qué se propagan los virus y por qué se detienen) menciona cuatro parámetros que describen el potencial de contagio de una enfermedad. En inglés, comienzan con las iniciales D,O,T,S:

1.    Duración (Duration): Corresponde a la duración de la infección. Cuanto más tiempo esté una persona enferma, más tiempo podrá infectar a otras personas. Cuanto más rápido se aísle a una persona de los demás, menos tiempo tendrá para transmitir el virus a otros. El problema con el SARS-CoV-2 es que las personas afectadas parecen infectarse dos o tres días antes de que comiencen los síntomas. Tiempo en el que pueden infectar a otras personas sin ser darse cuenta.

2.    Oportunidad (Opportunity): ¿Con cuántas personas tiene contacto un individuo infectado para que el virus pueda pasar al siguiente? Según Kucharski, en circunstancias normales esto es, en promedio, unas cinco veces al día. La variable refleja nuestro comportamiento social. Puede reducirse si aumentamos la distancia social, por ejemplo, saludando de lejos, en lugar de dar un abrazo.

3.    Probabilidad de transmisión (Transmission probability): ¿Qué probabilidad hay de que el virus se transmita realmente de una persona a otra cuando dos personas se encuentran? Kucharski y su equipo suponen que esto podría suceder en una de cada tres oportunidades.

4.    Susceptibilidad (Susceptibility): ahora que tenemos tiempo, oportunidad y probabilidad de transmisión, ¿qué probabilidades hay de que una persona adquiera el virus y se enferme? Como todavía no existe una vacuna y la tasa de infección (y con eso la tasa de células inmunes potenciales) es bastante baja, esta variable está cerca del 100%. Con el aumento de la inmunización disminuirá. Sin embargo, es probable que solo pueda reducirse significativamente con una vacuna integral.

Referencia para decisiones políticas

El resto son matemáticas: al hacer la multiplicación con los puntos D, O, T y S se obtiene el número de reproducción. Los cuatro parámetros son los pilares para detener la propagación del virus. Normalmente, las vacunas son efectivas para este fin. Pero como estas no existen en este momento, solo se puede trabajar con D, O y T: aislando a los enfermos, evitando contactos sociales, tosiendo en el brazo o lavándose las manos.

El número de reproducción efectivo R debe ser distinguido del número de reproducción básico Ro. Mientras que R indica cuántas personas se infectan, en promedio, después de tomar medidas de contención o una parte de la población es inmune, Ro describe cuántas personas son contagiadas por una persona infectada sin medidas de contención. De modo que, R0 asume que nadie ha sido vacunado, nadie tuvo la enfermedad y, por lo tanto, es inmune y que no hay manera de frenar la propagación.

El instituto alemán de virología Robert Koch supone que la tasa básica de reproducción del SARS-CoV-2 está entre 2,4 y 3,3. Sin medidas de contención, cada persona infectada contagiaría por lo tanto a otras dos o tres personas. En otras palabras, para controlar la epidemia (es decir, R < 1), se deben evitar cerca de dos tercios de todos las contagios posibles.

Las medidas que se aplican actualmente tienen como objetivo “aplanar la curva”. El número de casos no debe exceder la capacidad de los sistemas de salud. Para que los médicos no se tengan que enfrentar a la difícil decisión sobre a cuáles pacientes atender, y a quiénes no.

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