Dice una antigua frase de la sabiduría popular mexicana que “tras la tormenta siempre viene la calma”, y es justo este pensamiento el que, desde hace ya casi un año, los emprendedores de nuestro país están buscando materializar.

El culpable de la borrasca es un ser microscópico que hoy se ha convertido en el principal y mas visible obstáculo, no sólo para las empresas, sino para todo el mundo.

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Estamos hablando del nuevo coronavirus SARS-Cov-2, cuya enfermedad, Covid-19, se ha encargado de casi paralizar (debido a las restricciones que se han tenido que establecer para evitar su propagación), a la mayoría de las sociedades del orbe.

El coronavirus le dio un golpe importante a las economías del mundo, entre ellas, inevitablemente, la mexicana, la cual, el año pasado, experimentó una caída, según distintas estimaciones, de alrededor del 9%.

Derivado de este drástico y nunca visto descenso económico, prácticamente no hubo compañía o startup que no se viera tocada, de una u otra manera, por las consecuencias que vivieron, producto del intento de mitigar los contagios a costa de frenar la productividad.

Siguiendo muy de cerca cada paso de la pandemia y sus repercusiones sobre las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), Fernando Mendivil, quien se desempeña como presidente de la Asociación de Emprendedores de Latinoamérica (Asela) y es miembro del consejo directivo de la Asociación de Emprendedores de México (Asem), ha llegado a algunas conclusiones al respecto.

Lo que pudo observar detenidamente desde su trinchera fue, de acuerdo con sus propias palabras, más que complejo.

“Si tuviera que hacer un balance, en términos generales, de lo que fue el año 2020, te diría que, para mí, se trata del peor año que me ha tocado presenciar desde que estoy involucrado en el mundo del emprendimiento y de los negocios”, confiesa, con preocupación.

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Foto: © Oswaldo Ramírez / Forbes México

Desde su perspectiva, ninguna empresa, ya sea grande, micro o pyme, estaba preparada realmente para vivir un cierre económico tan fuerte y prolongado como el que se tuvo que realizar por la pandemia el año pasado.

“Lo que sucedió, en este caso, fue una parálisis económica. El [hecho de] que se detuviera un gran número de industrias, acabó por dar un golpe muy fuerte a muchísimos emprendedores, que ya no pudieron recuperarse de esta situación”, advierte Mendivil.

Hay datos que demuestran esta afirmación con contundencia. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), poco más de 1.01 millones de Pymes tuvieron que cerrar sus puertas el año pasado debido a que no pudieron resistir los efectos económicos que generó la pandemia por este tipo de coronavirus.

Concretamente, el país pasó de tener, a principios del año pasado, 4.9 millones de empresas micro, pequeñas y medianas, a cerrar 2020 con apenas 3.8 millones de estas compañías.

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Pero esta cifra de cierres pudo haber sido, incluso, más alta, toda vez que al menos 43% de las empresas mexicanas pertenecientes a esta categoría, de acuerdo con el “Termómetro de percepción del ecosistema emprendedor” (un estudio elaborado por Capital Invent), aseguraron haber estado, en algún momento del año, en riesgo de supervivencia.

Pivotear, la respuesta

A pesar de todas estas dificultades, es una realidad que algunos negocios prosperaron de manera muy positiva durante la pandemia. Los mismos están relacionados, principalmente, con sectores como comercio electrónico, logística, tecnología financiera (fintech) y salud, tal como lo reporta el análisis de Endeavor Review, “Impacto Covid-19”.

Empresas como 99 Minutos, especializada en entregas de última milla, o el neobanco Albo, lograron no sólo posicionarse, sino inclusive incrementar varias veces sus operaciones, derivado de la situación del confinamiento. En contraste, como se ha dicho, muchas otras empresas no corrieron esta misma suerte.

La mejor manera que encontraron algunas de éstas para hacer frente a esta situación fue transformar o “pivotear” (como se conoce esta medida en el ecosistema emprendedor) casi completamente, sus negocios para conseguir que sus ingresos pudieran recuperarse poco a poco.

“Me parece imprescindible que los emprendedores sepan darse cuenta cuándo deben pivotear su modelo de negocios, como sucedió con muchas empresas durante esta pandemia. Resulta muy importante que se concentren en encontrar nuevos caminos cuando su idea, ya sea por el Covid o por otra cosa, no esté funcionando”, explica Emilio Botín d’Ornano, especialista en startups.

Con él coincide Armando Sanders, inversionista independiente de diversas compañías en países como México y Colombia, quien advierte que, a final de cuentas, lo más relevante es que el management team del emprendimiento sepa tomar al vuelo las decisiones que les eviten caer en baches de los cuales ya no puedan levantarse después.

“Se necesita, ante todo, capacidad de los emprendedores para decidir. Por eso, desde mi perspectiva, es muy importante siempre hacer inversiones, no sólo pensando en modelos de negocio (ésos pueden llegar a ser variables, como en este caso), sino en emprendedores: ver que ellos sean capaces de pivotear sus ideas cuando no sean viables”, asegura.

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Como ejemplo de este tipo de pivotes están los que hicieron emprendimientos como Mi Dulce Hogar, proyecto encabezado por Estefanía Hernández, que pasó de ofrecer un servicio típico de limpieza de casa, a dar servicios de desinfección para evitar la propagación del virus; o Come Bien, startup encabezada por Denis y Evandro Cantú, que saltó de vender comidas saludables a oficinas, a volverse una dark kitchen de entrega de comida congelada, lista para servirse en minutos.

“Se trata justamente de eso, de que las empresas se adapten a los contextos. Es posible que, cuando esto termine, vuelvan a su modelo anterior o que se conviertan en un híbrido que mezcle ambos. La cuestión es que sigan desarrollándose, a pesar de las circunstancias”, agrega Botín d’Ornano.

Aprendizajes del Covid-19

Con todo y estas dificultades registradas, existe una serie de lecciones importantes que esta larga pandemia dejará a los emprendedores, destaca Jana Boltvinik, Managing Partner del fondo Capital Invent.

La primera, apunta, se relaciona con el liderazgo de los emprendedores, el cual fue sometido a una muy dura prueba durante estos momentos complejos.

“Los emprendedores se vieron obligados a tomar decisiones complicadas en estos últimos meses, como mandar a sus colaboradores, de la noche a la mañana, a trabajar en casa, o tener que hacer recortes de personal. Todo esto les formó un carácter importante, que les servirá para seguir empujando el futuro de sus compañías”, dice Boltvinik.

Después está, como segunda lección, el desarrollo que los emprendedores dieron a su producto durante este tiempo, en lo tocante al servicio que brindan y también la manera en que lo distribuyen. Para ello, se apoyaron mucho en plataformas digitales de compra y venta.

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“El nivel tan alto y necesario de digitalización que se experimentó durante los últimos meses permitió que startups y emprendimientos refinaran su trabajo y ahora ofrecieran a sus clientes mejores soluciones”, dice la experta.

Finalmente, la líder de Capital Invent destaca también un aprendizaje de peso para los emprendedores en el terreno administrativo y de finanzas, algo que se vieron obligados a entender, aun mejor de lo que ya lo hacían, a lo largo de 2020.

“El entendimiento de los emprendedores con los números de sus empresas debe también de ser, hoy, mucho mejor que antes de la pandemia. Los que venían de un levantamiento de capital tuvieron que ver cómo no quemar ese dinero tan pronto y, quienes no venían de uno, debieron ver qué hacer para que su flujo de caja se mantuviera con vida. Todo esto será de mucho valor a posteriori para ellos”, cierra el apartado Boltvinik.

Entre incertidumbres por el Covid-19

Es difícil saber exactamente qué comportamiento tendrá la pandemia en el mundo este 2021; sin embargo, pese a las complejidades, es un hecho que la incertidumbre que se vivirá este año será muy distinta a la de los 12 meses anteriores.

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“Para mí, el mayor enemigo de los emprendedores sí es la incertidumbre, porque es un hecho que nadie sabe si, en dos o tres semanas, le cerrarán su negocio por la pandemia. Pero, a diferencia de lo que se vivió a principios de la misma, hoy, esa incertidumbre es distinta porque ya se conoce más sobre cómo se desplaza el virus y lo que se debe hacer, más certeramente, para evitar contagiarse”, comenta Emilio Botín d’Ornano.

Asimismo, agrega Jana Boltvinik, de Capital Invent, todos estos aprendizajes que hoy ya adquirieron los emprendedores les permitirán reaccionar de mejor manera ante las distintas circunstancias que se vayan presentando.

“Hay una evolución importante de los emprendedores durante el último año, que servirá completamente para hacer frente a lo que venga. Es cierto que hoy la situación no es sencilla, por el invierno y el alto volumen de contagios que hemos tenido, pero creo que eso, eventualmente, irá cediendo… y, claro, está también el tema de la vacuna”, apunta.

Sea como sea, los emprendedores deben tener en la cabeza, dice el inversionista Armando Sanders, que, en un panorama como en el que nos encontramos, ahora mismo lo único cierto es lo incierto.

“Hoy, la única seguridad que tenemos es que vivimos en un mundo incierto; nadie tiene certeza de lo que viene. Pero es un hecho que los emprendedores deben seguir avanzando”, dice.

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