Los sueños infantiles de José Freig nunca se enfocaron en los aviones ni, mucho menos, en imaginar que un día sus responsabilidades estarían vinculadas a las aeronaves que surcan el cielo. Nogales, Sonora, su tierra natal, tenía apenas un pequeño aeropuerto, que era visitado muy pocas veces, pero eso no fue un obstáculo para alzar el vuelo en una de las aerolíneas más grandes del mundo.

“Para mí, es un orgullo estar en esta posición y poderles ayudar con una responsabilidad internacional”, dice, en entrevista, José Freig, quien hace poco fue nombrado vicepresidente de Operaciones Internacionales para American Airlines. Es el primer mexicano en ocupar esta posición.

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La división internacional de American Airlines considera más de 110 destinos, con un equipo de más de 6,000 empleados. Durante 2021, la firma planifica continuar con su recuperación en el planeta tras la pandemia y dará servicio a nuevos destinos.

Formalmente, Freig se incorporó a la aerolínea en 2008, como director general de Asuntos Gubernamentales Internacionales y director de Seguridad. A partir de 2018, se desempeñó como director general de American para América Latina y el Caribe.

El pasado 12 abril, José Freig fue nombrado vicepresidente de Operaciones Internacionales para American Airlines, posición que lo pone al frente de la operación de la firma en Latinoamérica, el Caribe, Canadá, Europa y Asia-Pacífico, así como de Premium Guest Services, que se encarga de los clubes en los aeropuertos.

El año 2020 pareciera que se convirtió, para José Freig, en el mejor entrenamiento para afrontar la transición hacia su nuevo encargo. “Para mí, la lección es que debemos ayudarnos para llegar a una posición mejor de la que teníamos antes de la pandemia, y eso nos va a ayudar a salir de esta crisis”, dice.

“Lo que he aprendido es que tenemos una oportunidad internacional […], que nos entregaron como una hoja en blanco”, dice el ejecutivo, al reconocer que el mundo ha cambiado.

American Airlines vio cómo los destinos comenzaban a presentar síntomas de una pandemia. Entre el final de enero y el principio de febrero de 2020, la empresa ya realizaba reuniones para estar listos y enfrentar la situación.

Los cuidados preventivos frente a la pandemia desde el centro de operaciones fueron clave para evitar que la aerolínea colapsara. Covid-19 dividió las operaciones internacionales en diversas unidades; pero, ahora, es momento de levantar el vuelo.

“En Latinoamérica y el Caribe hemos visto que, en países como México, el tráfico no ha cambiado y, en ciertas ciudades, ahora somos incluso más grandes que en 2019 […] Nos está yendo super bien”.

La idea era mantener la operación internacional unida en una misma estrategia para seguir operando, con miras a atender a todos los viajeros y trabajar con todos los gobiernos.

El desafío principal de American Airlines se encuentra en desarrollar un trabajo conjunto con los gobiernos en ciertas partes del mundo, como Europa, Asia, y el Cono Sur de Latinoamérica, en donde se encuentran Brasil, Argentina y Chile, para recuperar el vuelo en la operación internacional.

“Es en todos los vuelos largos donde estamos batallando. En los vuelos cortos tenemos menos desafíos. Me siento muy confiado en que las vacunas se apliquen alrededor del mundo y ayuden a bajar los contagios por Covid-19”, explica.

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Desde el año pasado, la aerolínea ejecuta un plan para aprovechar el retorno a las actividades. “Como en las carreras de autos, hoy pensamos que tenemos una bandera amarilla, es decir, la que indica que los pasajeros aún no están muy seguros de querer viajar; pero, en el momento en que cae la bandera verde, la empresa debe estar lista para poder transportar a los usuarios”, asegura el directivo.

En el caso de América Latina y el Caribe, la bandera verde ya cayó: eso fue entre junio y agosto del año pasado. Pero en Europa están esperando el arranque de la carrera en la llamada “nueva normalidad”, con pasajeros dispuestos a transportarse.

La expectativa es que las limitantes de viaje establecidas por los países ante la pandemia sean flexibilizadas por el avance de la inoculación de viajeros en el mundo. “Me siento muy optimista ante el caso de Europa. El verano que entra [2022] podría verse como el verano de 2019 o hasta mejor”, asegura el mexicano José Freig.

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