La llegada de remesas a México no se detiene; de hecho, se incrementa, contra cualquier pronóstico adverso en la economía. Pero, ¿qué hay detrás de la llegada de esos dólares? La respuesta está en el esfuerzo de mexicanos incansables.

Durante 2020, uno de los años más catastróficos para la economía, las remesas enviadas a México crecieron 11.4%, al pasar de 36,048 millones de dólares (mdd), en 2019, a 40,607 mdd al cierre de 2020. De hecho, en el primer trimestre del año, se acumularon más de 10,600 mdd en envíos, un avance de 13% con respecto al mismo periodo de 2021.

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Aun cuando en el mundo se percibía incertidumbre por la pandemia, la cifra de remesas repuntó, ello debido a diversos factores, explica Juan José Li Ng, economista senior para BBVA México.

El primero de estos factores fueron los programas de apoyo. En Estados Unidos hay cerca de 12 millones de mexicanos; de ellos, 7 millones son personas que tienen ciudadanía o una Tarjeta Verde que les permite trabajar de manera formal. Todos ellos fueron elegibles para los programas de apoyo que permitieron enviar dinero a sus familias, las cuales, quizá, pasaban por un momento económico más complejo en México que en Estados Unidos.

Otro de los factores que incidieron fue que, al registrarse el cierre de la frontera terrestre, muchos trabajadores mexicanos que cruzaban la frontera para trabajar de México a Estados Unidos tuvieron que quedarse en suelo estadounidense y enviar dinero a sus familias, que suelen vivir en los estados fronterizos.

Por otro lado, el envío de remesas también puede asociarse con los nuevos migrantes que llegaron a Estados Unidos, pues, explica Juan Li, cruzar la frontera tiene un costo de 8,000 dólares, que muchos migrantes cubren con deudas en sus localidades de origen. De ahí que, al llegar a Estados Unidos y hacerse de un ingreso, los migrantes intenten reembolsar ese monto a la familia o amigos que financiaron el viaje.

México y la dependencia de remesas

Los más de 40,000 mdd que ingresaron vía remesas en 2020 representaron 3.8% del PIB nacional. Sin embargo, el indicador no alcanza las proporciones vistas en Centroamérica, pues en Honduras o El Salvador, la proporción de las remesas con respecto al pib alcanza hasta un 25%.

Sin embargo, el monto de remesas (40,607 mdd) se vuelve un indicador considerable, pues resulta mayor que los 29,079 mdd que ingresaron por Inversión Extranjera Directa en 2020, o los 14,613 mdd que se obtuvieron por la venta de petróleo crudo.

Juan Li estima que uno de cada 20 hogares en México es receptor de remesas. Un análisis de Banco Base arroja que Quintana Roo, Tabasco, Chiapas, Baja California Sur y la Ciudad de México fueron los estados con mayor aumento en recepción de remesas, con crecimientos superiores a 30% en el primer trimestre.

“En línea con lo esperado, la recuperación del mercado laboral en el sector de servicios generó el impulso adicional sobre las remesas de marzo, y es probable que esta tendencia continúe durante el segundo trimestre”, anticipa Gabriela Siller, directora de Análisis de Banco Base.

Oportunidad dorada

En diciembre, el Senado discutía una propuesta para reformar la Ley del Banco de México. Ésta permitiría que el banco central comprara el excedente de dólares en efectivo captados por los bancos. El argumento esencial era que, como parte de las remesas, ingresan al país más de 270 mdd en efectivo; sin embargo, ese monto representa menos del 1%.

Como consecuencia, los bancos y la Secretaría de Hacienda trabajaron analizando las diferentes alternativas para que los mexicanos puedan abrir cuentas del Banco del Bienestar en el extranjero y ello disminuya las transferencias en efectivo.

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Para Carlos López Moctezuma, recientemente nombrado director de BanCoppel, ante los bancos se ha abierto una oportunidad importante para lograr extender su penetración financiera, al ser pagadores de remesas para sus clientes.

“Debemos apuntar a que, además del pago de efectivo, las personas que reciben estos recursos puedan tener acceso a productos de crédito y seguros”, señala.

Juan Li, economista senior para BBVA México, afirma que las comisiones por envío de remesas han disminuido en 50% desde el año 2000. Sin embargo, si se considera que el costo promedio es de 5 dólares por cada 300 enviados, hablamos de un mercado de más de 600 millones al año para las remesadoras, oportunidad de negocio que resulta imperdible para el sector financiero.

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