Un enemigo silencioso habita las ciudades del mundo. La contaminación y su contribución a la emergencia climática se agrava en las grandes urbes, como la Ciudad de México, y la única forma de atacar esta problemática se encuentra en mejorar la movilidad y en pensar cómo deben ser las ciudades del futuro.

En la capital del país, la contaminación del aire cobró la vida de 11,000 personas durante la primera mitad de 2020, posicionando a esta metrópoli como la quinta más contaminada del planeta, con un costo para la economía de 5,500 millones de dólares (mdd), de acuerdo con estimaciones hechas por Greenpeace.

“Es muy importante poner atención en las ciudades porque, por primera vez en la historia de la humanidad, desde 2008 vivimos más personas en éstas que en el campo, y es una tendencia irreversible. Los problemas y soluciones que hoy enfrentamos se tendrían que dar en las urbes, y por eso hay que darles más foco”, explica Enrique de la Madrid, director del Centro para el Futuro de las Ciudades, del Tecnológico de Monterrey.

La pandemia de Covid-19 ha mostrado la importancia de atender a los enemigos invisibles de la humanidad, como los virus o la contaminación del aire.

El despertar de nuevas políticas de movilidad tras el confinamiento es la próxima tarea que deberán abordar los gobiernos y darle viabilidad a los proyectos de las próximas ciudades del futuro.

Sin embargo, el reto no es sencillo para las autoridades y la sociedad, ya que atender las necesidades de movilidad también representa una batalla contra la desigualdad económica de la población.

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En la Ciudad de México, 30.6% de sus habitantes viven en situación de pobreza, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), lo que se traduce en un acceso deficiente en la calidad y espacios de vivienda, alimentación, acceso educativo, social y movilidad.

“Es importante tener herramientas. [Saber] cómo medimos la calidad del aire en tiempo real, cómo vamos conociendo cuáles son los elementos que inciden; qué tanto es la industria [la que contamina], qué tanto son los autos, qué tanto es la producción de energía. El tema en nuestras ciudades es que, hoy en día, tenemos más formas de hacernos de información y más oportunidades para darle solución [al problema de la contaminación]”, explica el extitular de la Secretaría de Turismo en la pasada Administración Federal.

Las respuestas a las emergencias medioambientales son diversas y residen en impulsar inversiones en movilidad, el uso de nuevas tecnologías y aprovechamiento de los datos, además de una urbanización más incluyente. “Tenemos que hablar de una urbanización inclusiva y sostenible que esté enfocada en una planificación integral, donde también participen la sociedad, el gobierno y las industrias, para establecer los lineamientos importantes dentro de una ciudad”, explica María Julia Martínez, directora de la Iniciativa de Objetivos de Desarrollo Sustentable, del Tecnológico de Monterrey.

Históricamente, la mala planificación urbana en la Ciudad de México provocó el crecimiento desenfrenado de la mancha urbana en el Estado de México y hacia los lados, lo cual impide impulsar áreas compactas y verticales que atenderían el crecimiento poblacional.

“Nos faltan mecanismos de acción. No tenemos un instituto de planeación de la Zona Metropolitana del Valle de México. Apenas se está desarrollando uno para la Ciudad de México”, dice el director del Centro para el Futuro de las Ciudades, del Tecnológico de Monterrey.

“Si pensamos en tener viviendas que estén al alcance de la población, una de las políticas más importantes sería la redensificación de las ciudades; empezar a reconstruir otra vez los centros urbanos en donde está la gran comunicación, los sistemas de transportes”, explicó María Julia Martínez, directora de la Iniciativa de Objetivos de Desarrollo Sustentable, del Tecnológico de Monterrey.

Es necesario distribuir los centros de trabajo y educación en diferentes zonas de la Ciudad de México y no enfocarse sólo en áreas como Polanco, Santa Fe y la colonia Cuauhtémoc, para no crear un “conflicto de movilidad”, evitar las horas pico y garantizar los servicios públicos cercanos a las viviendas.

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Además, es preciso darle prioridad a las zonas peatonales, apostar por un sistema de transporte público eléctrico y disminuir el uso del automóvil.

“Hoy en día se habla mucho del concepto de la ‘ciudad de los 15 minutos’, que es la ciudad de la proximidad y la que, en un radio cercano, ofrece todos los servicios necesarios. Barcelona lleva trabajando en esto desde hace tiempo”, comenta Pilar Conesa, ceo de Anteverti y comisaria del Smart City Expo World Congress y Smart City Expo Latam Congress.

Datos e inversiones

Hoy, más que nunca, en el contexto de la pandemia del coronavirus SARS-Cov-2, son necesarias las inversiones en el transporte público para que sea más limpio, espacioso y sustentable.

Sin embargo, para lograrlo será indispensable establecer subsidios a fin de que los usuarios puedan pagar el servicio de un transporte de calidad, advierte Enrique de la Madrid.

“Las estadísticas nos indican que el transporte público no es el área donde más invierten los gobiernos, mientras que representa más del 70% de todos los viajes. Los gobiernos le dedican a veces [tan sólo] el 20% del presupuesto, y realmente lo que necesita la gente es la movilidad en transporte público”, explica el académico.

Enrique de la Madrid asegura que, para crear ciudades del futuro sostenibles e inclusivas, es necesario saber cómo usamos la tecnología digital para generar información, procesarla y tomar decisiones inteligentes, con el fin de promover los mejores servicios que sea posible.

La aplicación de la tecnología en áreas clave, como la instalación de sensores en los autobuses y contenedores de basura para conocer su capacidad, así como la adopción de alternativas de transporte no motorizadas, generan un cambio real en la movilidad y el medio ambiente.

“En el mundo, la tendencia es que los últimos cinco kilómetros donde te mueves se realicen en transporte no motorizado, como bicicleta, patineta, caminando, [y es que sólo] hasta ciertos lugares debe llegar el transporte público y, después, complementarlo con transporte alternativo”, dice el director del Centro para el Futuro de las Ciudades, del Tecnológico de Monterrey.

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Julia Martínez, de la Iniciativa de Objetivos de Desarrollo Sustentable, afirma que es necesario que el transporte público brinde un acceso sencillo para todos los habitantes, sin importar la edad ni el sexo, y que esté al alcance de los grupos más vulnerables, como lo son las personas de la tercera edad, los menores y personas con alguna discapacidad.

Dentro de las piezas clave para mejorar la movilidad en las metrópolis, y muy señaladamente en la gigantesca Ciudad de México, reitera la importancia de liberar carriles para hacerlos exclusivos para la bicicleta, dándole prioridad a este tipo de transporte y enfocarse en la electromovilidad de los sistemas de transporte masivo.

“En el corto plazo, lo más importante sería reordenar el sistema de movilidad, y no sólo me refiero a que necesitamos miles de camiones nuevos, cosa que es complicada por los recursos, sino partir de lo que la ciudad tiene hoy en día. Me refiero a que se debe hacer una ‘liberalización’ de las vialidades; [una limpia de] autos abandonados y [sancionar] a quienes apartan las calles [habitualmente con botes, postes u otros objetos] para que la gente pueda desplazarse a pie”, comenta Martínez.

Asimismo, la especialista resalta que, en el caso de la capital del país, debe generarse una cooperativa de transportistas para integrar el mismo esquema, para que las rutas y las paradas estén ordenadas, además de que se debe invertir más en el Sistema de Transporte Colectivo Metro y en el Metrobús.

“Tendríamos que enfocarnos en un transporte que sea incluyente, donde todos los sistemas de transporte estén vinculados dentro de uno solo. Tenemos muchos ejemplos en Estados Unidos y Europa, en donde, con una sola tarjeta o desde tu celular, tienes acceso al metro, a los camiones y a algunos otros sistemas privados, como bicicletas”, dice.

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Foto: © Guillermo Gutiérrez / Getty Images

Ciudad modelo

Desde hace más de 13 años, Barcelona se ha coronado como una smart city o ciudad inteligente en Europa, integrando tecnología, innovación y políticas públicas, para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, a nivel de movilidad, espacio público, seguridad, mantenimiento de las calles, planificación urbana y sostenibilidad.

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“Barcelona, históricamente, ha sido una insignia como ciudad digital, de uso de tecnología e innovación, y es una referencia en lo que respecta al uso de bases de datos centralizada, con un mismo código por habitante, vivienda y servicio público”, explica Pilar Conesa, ceo de Anteverti y Comisaria del Smart City Expo World Congress y Smart City Expo Latam Congress.

La experta en Tecnologías de la Información y Comunicación destaca que, para impulsar las smart cities en México y América Latina, es necesario adoptar la movilidad intermodal, la cual integra el uso de diferentes transportes para garantizar una movilidad segura para las mujeres, eficiencia y practicidad y que se apegue a la tecnología y las innovaciones.

“La dimensión de movilidad es un eje central de la calidad de vida de las ciudades, y que, además, está muy vinculada con la planificación y cómo se incide en la movilidad intermodal del uso de transporte público, para llegar a todos los barrios de la ciudad y con toda la visión del espacio público para las personas, tanto para pasear como para hacer otros desplazamientos. Incluye también todo lo referente a la política de sostenibilidad para reducir el impacto climático de las ciudades, generando energía renovable; y con políticas de inclusión social”, explica Conesa.

La movilidad intermodal utiliza la tecnología para que el usuario conozca todos los sistemas de transporte existentes y sus horarios en tiempo real, a fin de combinarlos y tomar la decisión sobre qué trayectos realizará. El sistema integra metro, red de autobuses y servicios de bicicleta, por mencionar algunos.

Actualmente, la capital catalana impulsa las “súper islas”, concepto que considera que, por cada seis calles de viviendas o determinada cantidad de manzanas, se recuperan las calles y se evita que circulen los autos por ellas, para que sean usadas por la ciudadanía como espacios de recreación.

“Lograr eso es complejo porque requiere de un cambio de planificación en lo tocante a cómo se mueven el transporte público y los autos en esos espacios, pero ha significado un beneficio en los barrios de Barcelona donde se está implementando una recuperación de espacio para las personas. Ésa es una tendencia clara para recuperar el espacio público”, dice la experta.

Una ciudad inteligente apela por la sostenibilidad y Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) impulsados por las Naciones Unidos. Ante esto, Barcelona impulsa una cultura de reciclaje para separar de forma detallada los residuos y, posteriormente, estructurar su tratamiento, eliminando los vertederos, que representan un foco de infección y contaminación.

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“En la ciudad de Barcelona, el gasto más importante a nivel de los servicios urbanos en la ciudad es el destinado a la gestión de residuos. Esto es lo que se llama un ‘porcentaje mayor’, porque tratar residuos tiene determinados costos de inversión para la implantación de los diferentes contenedores destinados a distintos tipos de residuos, [así] como para mantener una recolección constante”, dice Conesa.

Cambios estructurales

Cuando la pandemia de Covid-19 se considere superada, se espera la realización de cambios estructurales en la movilidad de las urbes. Como la Ciudad de México es una metrópolis con más de 21 millones de habitantes, de los cuales, cerca de 4.6 millones son pasajeros que se movilizan en Metro día con día, el cambio es absolutamente necesario.

El establecimiento de políticas públicas será crucial para garantizar un nuevo orden tras el confinamiento.

“Entre todo lo malo que nos ha traído Covid-19, podemos encontrar una cosa buena [que ha cobrado relevancia] y es la importancia del espacio público. Cuando hemos tenido que estar más tiempo en las ciudades resalta la importancia de contar con espacios verdes para pasear y caminar. Eso va a ayudar a transitar el poscovid-19 a fin de recuperar las calles para las personas”, enfatiza la comisaria del Smart City Expo World Congress.

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