- El capital humano es el principal activo y fuente de generación de valor a corto y largo plazo que las organizaciones deben priorizar, motivarlos y estimularlos lo suficiente para lograr un objetivo común con trabajo en equipo que, sumados a la diversidad de razas, géneros, religiones y clases sociales, puedan generar resultados sorprendentes que ningún robot de Inteligencia Artificial podría hacerlo o sustituirlo.
- Seguir invirtiendo en el desarrollo de las personas mediante capacitación en diferentes áreas de expertise para la gestión de crisis y un plan de comunicación efectivo, con el objetivo de que puedan estar preparados para situaciones extremas, como la ocurrida en días pasados, de manera que puedan dar continuidad a los negocios, en su vida social y familiar.
- Sabiendo que las pérdidas materiales no son tan críticas como las humanas, las empresas podrían considerar, apoyados en sus áreas de Recursos Humanos y Finanzas, algunas acciones internas preventivas en beneficios de sus empleados, tales como: anticipos de fondo de ahorro, aguinaldo, préstamos, creación de una caja de ahorro, contar con una reserva para situaciones de crisis de forma que minimice las pérdidas económicas y materiales de los trabajadores, además de considerar flexibilidad de horario, apoyo psicológico, atención médica preventiva al personal y sus familiares, y todas las acciones de Responsabilidad Social Empresarial, entre otras, para poder recuperar así la productividad y retención, minimizando los riesgos laborales, pero principalmente, devolviendo la confianza y motivación para que los trabajadores despierten todas las mañanas con ganas de producir, vivir y ser felices. No olvidemos también brindar capacitación en Salud (en inglés Wellness), Financiera y Salario Emocional.
- Nunca ha sido tan importante, como hoy, el contar con un seguro para desastres naturales con cobertura de pérdidas de vidas y de activos propios o de terceros, dado que en México las corporaciones y personas no tienen la cultura de asegurar cuando no están obligados. Adicionalmente, es vital conocer las coberturas, condiciones, montos y la forma de activar el seguro, todo esto se convierte en algo de extrema importancia, dado el desconocimiento y falta de comunicación que puede darse al no dar a conocer esto. Para efecto de las fusiones y adquisiciones, el contar con un seguro puede hacer la diferencia en un negocio, al evaluar los riesgos, negociar los montos de contingencias, términos y condiciones de las pólizas, y estipular las garantías, tanto para compradores y vendedores, en los contratos.
- La actualización del plan de continuidad de los negocios y los procedimientos de seguridad en las instalaciones, ante tales situaciones de crisis, pueden hacer la diferencia en una diligencia en un proceso de fusión, primeramente por la seguridad de sus empleados, riesgos laborales y el impacto en el capital humano, seguido de los riesgos de continuidad de los negocios, lo anterior también permitirá que se pueda conocer la capacidad de reacción, exposición e impacto que una compañía puede sufrir ante una catástrofe o situación extrema, que empiezan a ser ya más comunes en México y en el mundo, por los efectos de la madre naturaleza.
Nueva era en fusiones y adquisiciones tras sismos
Contemos con una gestión de crisis o plan de continuidad del negocio adecuado para que podamos seguir aprovechando todas las oportunidades de crecimiento que se han generado ya en el país
Antes de reflexionar sobre cualquier impacto que pudiera tener una catástrofe natural, como un sismo, en fusiones y adquisiciones, tengo que aprovechar el espacio para compartir mis sentimientos y decir que son lamentables las pérdidas que han sufrido muchos de los ciudadanos que viven en las diferentes partes de la República Mexicana. Principalmente sentimos las pérdidas de seres queridos o cercanos que nos causan un efecto psicológico irreparable; las pérdidas materiales, y sin sonar a cliché, las podemos volver a construir mediante la unión y solidaridad como sociedad, como lo hemos visto en estos días.
Es importante ayudar, tanto a las personas como las empresas, para que puedan seguir adelante y minimizar lo más posible los impactos económicos, psicológicos y físicos que esos eventos causaron y pueden seguir ocasionando, en caso de que no tomemos las medidas de contingencia. Contemos con una gestión de crisis o plan de continuidad del negocio adecuado para que podamos seguir aprovechando todas las oportunidades de crecimiento que se han generado ya en el país, pues nos quedó claro que cuando logramos unión entre las personas y trabajo en equipo, se pueden obtener resultados transcendentes.
Estamos seguros que por más que se generen daños significativos a corto y mediano plazo, México no será menos atractivo a las inversiones extranjeras que ya han estado presentes en los últimos años y, mucho menos, que las firmas mexicanas y foráneas no seguirán creciendo inorgánicamente, a través de las fusiones y adquisiciones, tanto dentro como fuera del país.
Los datos hablan por sí solos, del 2011 al 2016, el número de operaciones de fusiones y adquisiciones en México ha crecido 17%, mientras que en países como Estados Unidos y Brasil por ejemplo, ha sido del 6% y 7%, respectivamente. Si México mantiene este ritmo de crecimiento, este sector puede llegar a representar hasta un 20% del Producto Interno Bruto (PIB) del país en el valor de transacciones para los próximos 10 años. De hecho, México ya es un protagonista en el escenario global, ocupando la posición número 13 en el ranking mundial en cuanto al PIB nominal y ubicándose como uno de los principales polos de desarrollo e innovación en las diferentes industrias como son tecnología, aeroespacial, y automotriz, entre otras muchas más en Latinoamérica, de donde se exportan talentos y know-how para el mundo.
Entre las lecciones y acciones que las compañías podrían reflexionar y realizar para seguir con sus planes de crecimiento inorgánico, a través de fusiones de adquisiciones, sugiero las siguientes:
