EFE.- Nueva Zelanda, donde sus más de 5 millones de pobladores volvieron al confinamiento al reportarse un caso de Covid-19, enfrenta su primer brote con la variante Delta, que desde esta mañana acumula diez casos de infecciones locales.

“Los resultados de anoche (del confinamiento) confirmaron que se trata de la variante Delta y que está ligada, mediante la secuencia genómica, a infecciones del brote de Nueva Gales del Sur (epicentro de la tercera ola de Covid-19 en Nueva Zelanda)”, dijo a periodistas en Wellington, la primera ministra neozelandesa, Jacinda Ardern.

La mandataria de Nueva Zelanda, elogiada mundialmente por su gestión frente al Covid-19, había decretado la víspera el confinamiento por tres días de los más de 5 millones de habitantes del país, aunque aquellos que viven en Auckland y la aledaña península de Coromandel vivirán el proceso durante siete días.

Esta medida drástica y temprana de Nueva Zelanda respecto del confinamiento de su población se adoptó tras detectarse, por primera vez en casi 6 meses, el contagio de un residente en Auckland, quien se desplazó el fin de semana a Coromandel, infectado con Covid-19.

Desde entonces Nueva Zelanda ha reportado nueve infecciones más, entre ellas una persona que trabaja en un hospital de Auckland, que tiene 1.7 millones de habitantes y es la ciudad más poblada del país oceánico, aunque los expertos creen que entre 50 y 120 personas se habrían infectado antes del confinamiento.

En esta jornada, la Policía neozelandesa informó que se produjeron tres pequeñas protestas contra las medidas de confinamiento en Auckland, Tauranga y Nelson, que resultaron en la detención de ocho personas.

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El gobierno de las Islas Cook suspendió por 72 horas la burbuja de viajes libre de cuarentenas con Nueva Zelanda, que acumula 2,580 casos confirmados y otros 56 probables de Covid-19, incluyendo 26 fallecidos y una cuarentena de casos activos, casi todos en los centros de cuarentena.

Autoridades en Nueva Zelanda aceleraron la semana pasada su campaña de vacunación, que se inició en febrero pasado con los trabajadores de fronteras y comenzó a inocular dosis de Pfizer a la población en general, de más de 5 millones de habitantes, a finales de julio.

El Ejecutivo pretende terminar de vacunar antes de finales de año para reabrir sus fronteras, que cerró en marzo de 2020, a partir del primer trimestre de 2021 mediante un plan individualizado que sopesa el riesgo del país de origen del viajero internacional y su estatus de inmunización.

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