El Assassination Market permite fondear colectivamente una recompensa por la vida de un político. Su fundador quiere “destruir a todos los gobiernos de todas partes”.   Por Andy Greenberg   A medida que el Bitcoin se convierte en una forma cada vez más popular de dinero digital, la criptomoneda comienza a ser aceptada para la compra de una gran variedad de productos, desde calcetines hasta sushi e incluso heroína. Si un anarquista se sale con la suya, pronto será utilizada también para pagar por asesinatos. El mes pasado recibí un correo electrónico encriptado de alguien que se hace llamar Kuwabatake Sanjuro, notificándome de su reciente creación: el sitio de internet Assassination Market, un servicio de crowfunding que permite a cualquier persona contribuir de forma anónima a través de bitcoins a una recompensa por la cabeza de cualquier político –una especie de Kickstarter para el asesinato de políticos—. De acuerdo con las reglas del mercado virtual, si alguien en su lista de buscados es asesinado —y sí, Sanjuro espera que muchos lo sean— cualquier asesino a sueldo que pueda demostrar que él o ella ha sido responsable de su muerte, recibirá los fondos recaudados. Por ahora, las recompensas del sitio son pequeñas pero no insignificantes. En los cuatro meses que el sitio ha estado en línea, los usuarios han agregado seis objetivos y las recompensas suman desde diez bitcoins por el asesinato del director de la NSA, Keith Alexander, 40 bitcoins por el del presidente Barack Obama y hasta 124.14 bitcoins, la mayor recompensa hasta el momento, por la cabeza de Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal y enemigo público número uno de muchos de los usuarios de Bitcoin por su resistencia a la moneda virtual. En momentos en que el valor de la moneda sube con vigor, hablamos de cerca de 75,000 dólares por la vida de Bernanke. Las espeluznantes ambiciones de Sanjuro van más allá de la recaudación de fondos para financiar algunos asesinatos políticos. Él cree que si el Assassination Market logra persistir y ganar suficientes usuarios, con el tiempo permitirá los asesinatos de tantos políticos que nadie se atrevería a ocupar el cargo. Él dice que tiene la intención de que su página destruya a “todos los gobiernos, en todas partes”. “Creo que va a cambiar el mundo para mejor”, escribe Sanjuro, que comparte nombre con el samurai protagonista en la película de Akira Kurosawa Yojimbo. (Me dice que lo eligió en homenaje al creador del mercado negro en línea Ruta de la Seda, que se hacía llamar el temible pirata Roberts, así como al creador del Bitcoin, Satoshi Nakamoto.) “Gracias a este sistema, un mundo sin guerras, vigilancia permanente, armas nucleares, ejércitos, represión, manipulación de monedas y límites al comercio está firmemente a nuestro alcance, por unos cuantos bitcoins por persona. También creo que tan pronto como algunos políticos salgan de la escena y se den cuenta que han perdido la guerra contra la privacidad, los asesinatos pueden parar y podremos volver a una fase de la paz, privacidad y dejar hacer, dejar pasar.” Me puse en contacto el Servicio Secreto y el FBI para preguntarles si están investigando al Assassination Market, y ambos se negaron a comentar. Al igual que otros denominados sitios de “web oscura”, el Assassination Market se ejecuta en la red anónima Tor, que está diseñada para evitar que cualquier persona identifique a los usuarios del sitio o al mismo Sanjuro. La decisión de Sanjuro de aceptar sólo Bitcoins también busca proteger a los usuarios, Sanjuro y a cualquie asesino potencial de ser identificados a través de sus transacciones financieras. Los Bitcoins, después de todo, pueden ser enviados y recibidos sin que necesariamente se les vincule a ninguna identidad en el mundo real. En las instrucciones del sitio para los usuarios, Sanjuro sugiere que dirijan sus fondos a través de un servicio de “lavado” para asegurarse de que las monedas sean anónimas antes de contribuir al fondo de la muerte. En cuanto a la demostración de que un asesino es en verdad responsable de la muerte de un blanco, Assassination Market pide a sus asesinos crear un archivo de texto con la fecha de la muerte antes de tiempo, y usar una función criptográfica conocida como un hash para convertirlo en una única cadena de caracteres. Antes del asesinato, el asesino incrusta esos datos en una donación de un bitcoin o más a la de la recompensa por la víctima. Cuando un objetivo es asesinado con éxito, él o ella podrá enviar a Sanjuro el archivo de texto, que Sanjuro coteja para comprobar que los resultados coincidan con los datos enviados antes de la muerte del objetivo. Si el archivo de texto es legítimo y se predijo con éxito la fecha de la muerte, el remitente debe haber sido responsable de la muerte, de acuerdo con la lógica de Sanjuro, quien dice que se quedará con el uno por ciento de la recompensa en concepto de comisión por sus servicios. Es probable que la sola lectura de ese sistema de violencia letal tan fríamente calculador inspire sentimientos de indignación, pero Sanjuro dice que el aborrecimiento del público no impedirá que el sistema funcione. Y como una cuestión de ética, señala que aceptará sólo los objetivos sugeridos por los usuarios y “hayan usado algún tipo de fuerza contra otros seres humanos. En concreto, sólo las personas que están fuera del alcance de la ley, ya que se ha subvertido y corrompido, y cuyas víctimas no tienen otra manera de tomar venganza que hacerlo de forma anónima.” Incluso dejando a un lado la inmoralidad de la muerte, ¿acaso la idea de permitir que una pequeña minoría de los donantes enojados asesinen a funcionarios electos, no es un intento de paralizar a la democracia? “Por supuesto, pero también limita a la democracia tener una constitución”, responde Sanjuro. “El apoyo mayoritario no hace legítimo a un líder más de lo que legitimó la esclavitud. En este mercado las grandes fuerzas compensadoras del capitalismo tienen la oportunidad de trabajar también en la política. Un bitcoin es un voto más a un veto de cualquier legislación que no te guste.” Sanjuro en realidad no inventó el concepto de un mercado de asesinato anónimo con fondeo colectivo. La idea se remonta al movimiento cypherpunk de mediados de la década de 1990, cuyos adherentes soñaban con el uso de herramientas de encriptación para debilitar al gobierno y la autonomía de los individuos. El ex ingeniero de Intel y fundador de Cypherpunk Mailing List, Tim May, argumentó que los mensajes secretos indescifrable y la moneda digital ilocalizable llevarían a los mercados del asesinato en su “Manifiesto Criptoanarquista” de 1992. Unos años más tarde, otro ex ingeniero de Intel llamado Jim Bell propuso un sistema de asesinatos financiado a través de donaciones anónimas cifradas en un ensayo que él llamaba “política de asesinato”.  El sistema que él describe se asemeja mucho al esquema de Sanjuro, aunque las herramientas de anonimato como Tor y Bitcoin eran más bien teóricas en ese entonces. Como Bell escribió: Si sólo el 0.1% de la población, o una persona de cada mil, estuviera dispuesta a pagar 1 dólar para ver muerto a algún canalla de un gobierno, sería, en efecto, una recompensa de 250,000 dólares por su cabeza. Además, imagino que cualquier persona que considere que recoger recompensa podría hacerlo con la certeza matemática de que no pudo ser identificado, y que podría cobrar la recompensa sin reunirse o hablar con alguien que más tarde pudiera identificarlo. Anonimato perfecto, secrecía perfecta y seguridad perfecta. Y eso, combinado con la facilidad y la seguridad con la que se podrían recoger esas aportaciones, haría que ser un empleado de un gobierno abusivo sea una propuesta muy arriesgada. Es muy probable que nadie por encima del nivel del comisionado del condado se arriesgue si quiera a permanecer en el cargo. Bell cumpliría más tarde una condena en prisión por evasión de impuestos y el acecho de un agente federal, y fue liberado en marzo de 2012. Cuando lo contacté por correo electrónico negó cualquier implicación en el sitio de Sanjuro y declinó hacer comentarios al respecto. Sanjuro me dice que ha estado siempre al tanto de la idea de Bell, pero decidió ponerla en práctica después de las revelaciones de la vigilancia masiva por parte de la NSA expuestos en una serie de fugas por la agencia contratista Edward Snowden durante el verano pasado. “Verme obligado a modificar cada recuerdo feliz durante la actividad en Internet y cada momento íntimo por teléfono con mis seres queridos fue la inspiración que necesitaba para emprender esta tarea”, escribe. “Después de una semana de murmurar “todos deben morir” en voz baja cada vez que abría un periódico o encendía la televisión, decidí que algo tenía que hacerse. Esta es mi contribución a la causa.” El Assassination Market no es el primer sitio web en sugerir el financiamiento de asesinatos a través de bitcoins. Otros sitios web Tor con nombres como Quick Kill, Contract Killer y C’thulhu han pretendido ofrecer asesinatos a cambio de pagos con bitcoin, pero ninguno de ellos respondió a mis intentos de ponerse en contacto con sus administradores, y todos requerían un pago por adelantado por sus servicios, lo que podría resultar ser una estafa. Y ¿cómo saben los usuarios del sitio de Sanjuro que no es un esquema de fraude similar otros diseñados para robar bitcoins a los usuarios? “No lo sabes”, admite Sanjuro, pero argumenta que si se tratara de una estafa, sería una muy compleja y arriesgada, dado que, incluso amenazar con dañar al presidente de Estados Unidos es un delito grave. Sanjuro añade: “vivo una vida cómoda aunque algo espartana, y la única cosa que realmente me duele es el aumento de los ataques a las libertades que disfruto en mi vida diaria, sobre todo mi privacidad personal. No puedo comprar eso con el dinero, así que no tengo necesidad de ello. No hay nada que desee más que ver este proyecto tenga éxito, y para eso necesito a los políticos muertos.” Si el sistema no funcionara, el lanzamiento del Assassination Market podría resultar inoportuno para Sanjuro, dados los golpes que ha dado la policía cibernética a la web oscura. En agosto, el FBI cerró la empresa de alojamiento Hosting Freedom y detuvo a su fundador Eric Eoin Marques, quien está acusado de ofrecer sus servicios a sitios de pornografía infantil. Y el mes pasado el FBI también aprovechó la Bitcoin para detener al mercado negro de drogas y asesinatos, Silk Road, y detuvo a su presunto autor, Ross Ulbricht. Sanjuro afirma que, al igual que la generación anterior de cypherpunks, él tiene fe en la promesa matemática de la criptografía para triunfar sobre la capacidad del gobierno para detenerlo. “Con la criptografía, el Estado, o cualquier empresa de protección, serán en gran medida obsoletos… toda actividad que pueda reducirse a la transferencia de información estará completamente fuera de las manos del gobierno o cualquier persona”, dice. “Soy un cripto anarquista”, concluye Sanjuro. “Tenemos un futuro brillante delante de nosotros.”

 

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