Oribe Peralta es el más querido del futbol mexicano, pero no el mejor pagado. Gracias a sus goles, México estará en Brasil y marcas importantes se fijan más en él. Pero él prefiere la discreción y la vida familiar. ¿Así son los héroes del futbol? Oribe sí.   Por Ivan Pérez   Aunque Oribe Peralta juega en el Santos de Torreón y el negocio de la selección mexicana le debe que siga facturando millones de dólares (mdd), prefiere —casi siempre— pasar tiempo en casa, con sus hijos, su mujer y visitar frecuentemente a su familia. Después de 11 años de su debut, ahora vive su momento más glorioso, a sus 30 años, edad en que la mayoría de los futbolistas empiezan su ocaso. “Afuera es famoso, es importante, pero en casa sólo es esposo y padre de familia”, dice Mónica Quintana, la esposa del futbolista, quien es la conciencia del jugador y, por lo tanto, el bastión de Oribe. La importancia deportiva de Oribe Peralta nada tiene que ver con su arrastre mediático. Paradójicamente, el Hermoso, como ahora le dicen, tiene 246,989 seguidores en Twitter, cuando Javier Chicharito Hernández tiene 3.7 millones, y en YouTube, hay 19,100 videos del atacante del Santos, contra 73,100 del delantero del Manchester United. Ni siquiera después de conseguir la medalla de oro en Londres, Oribe rentabilizó su calidad en la cancha con ingresos de patrocinio. Tampoco es el que más gana, pero sí uno de los 15 jugadores mejor pagados en México, con un salario de alrededor de 2 mdd. La marca alemana Puma es la que más tiempo le ha acompañado en el proceso de ascenso, pero fue Pepsi la que lo llevó a ser un jugador mucho más rentable. Luego hizo comerciales con Gatorade (una marca de Pepsi) y más tarde llegaron los anuncios con Banamex, Head&Shoulders y el más reciente con la marca estadounidense 5-hour Energy.   Nada es fácil Pero antes de que todo esto ocurriera, él ya había pensado en el retiro cuando su nombre ni siquiera se había escuchado por la radio o la TV. El día que se rompió la tibia y el peroné, a los 17 años, decidió que no seguiría más. Su padre, Miguel, recuerda que le pidió paciencia y tiempo. Su ascenso no fue sencillo. Siempre fue recambio o la segunda opción, hasta que después de siete años como profesional regresó a casa tras su paso por Morelia, León, Monterrey, Santos, Chiapas y una vez más en Santos de Torreón, donde empezó a tener la confianza y a enamorar a la barra con sus goles. Su filosofía de vida la resume así: “El único que se tiene que probar que no puedes hacer las cosas eres tú.” Peralta vivió sus primeros años de futbolista haciendo pruebas en clubes como Morelia o Chivas, mientras sus papás se esforzaban por mandarle 300 o 400 pesos semanales para que se comprara “lo que pudiera”. Quizá por eso lo que hizo tras firmar su primer contrato como profesional fue enviar a casa su primer sueldo (10,000 pesos), para la operación de uno de sus hermanos, quien se había fracturado la nariz. “Oribe es el jugador mexicano más trascendental de los últimos años. Ha ido construyendo su imagen a base de trabajo, no es mediático”, comenta Eric Olavarrieta, director de Identidad Deportiva, empresa que analiza la imagen de los deportistas.   El asenso PepsiCo México ingresó el año pasado 4,347 mdd, según sus reportes financieros, con lo que el país es el tercer mercado que más dinero le genera a escala global, después de Estados Unidos y Rusia. La marca decidió atraer a Oribe y en 2013 lanzó una campaña que lo hizo detonar como un producto rentable (ya tenía al menos tres años que lo había sido en la cancha y con muchas glorias). La intención era clara: cambiar el apodo del Horrible Peralta por el de Hermoso Peralta. Era la primera vez que un patrocinador rendiría una especie de homenaje a su trayectoria. La campaña fue un éxito porque tuvo más de tres millones de visitas en YouTube a las pocas semanas de su lanzamiento; incluso, el futbolista vistió la playera de su club con el nombre de “Hermoso” a sus espaldas y algunos millones llegaron a él. De acuerdo con la consultora Sport Business, el futbolista mexicano tiene un valor por sus contratos de publicidad de aproximadamente 3.1 mdd, más los 2 mdd de salario, con lo que sus ingresos anuales alcanzan los 5 mdd. “El futbol es una de las plataformas principales para ligar la marca a momentos de diversión y entretenimiento”, dijo Nicolás López Martí, director de Marketingde PepsiCo México, cuando presentó la campaña que incluyó al jugador. Peralta es parte de la iniciativa global de la empresa y aparece en un video que circula en más de 100 países, en que comparte crédito con Messi y otras estrellas como la cantante Janelle Monáe. oribe1 Hermoso y rentable “Yo no me fijo cuánto valgo o no; el precio no sé quién lo pone, pero me conviene si es alto, porque así yo ganaré más cuando me vendan”, reflexiona Peralta. Según la consultora alemana Transfermark, el mexicano está tasado en 6.3 mdd, el mejor precio de toda su carrera, y lo significativo es que es a los 30 años, cuando en términos generales los futbolistas ya empiezan a escribir su epitafio en la cancha. En 2010, cuando empezó a despuntar, el jugador de Santos de Torreón estaba cotizado en 2.2 mdd, y a partir de ese momento sus números empezaron a crecer. Sus goles en el repechaje ante Nueva Zelanda le otorgaron la etiqueta de héroe, que merecía desde tiempo atrás. Desde entonces, Oribe sabe que jugará el Mundial. Miguel Herrera, entrenador de la selección, comenta: “Obviamente estará en Brasil 2014. Ha hecho muy bien las cosas, es uno de los jugadores seguros.” Pero hay ojos que lo miran distinto: “Le faltó creérsela y sentirse una persona importante; eso retardó que explotara su imagen y su marca”, dice Eric Olavarrieta. La trascendencia de Oribe ha impactado no sólo a empresas que están en el mercado nacional, sino también internacional. Hace un par de meses la compañía Living Essentials, con su marca de bebidas 5-hour Energy, decidió fichar al delantero mexicano, lo que significa un parteaguas, ya que es la primera ocasión en la historia de la compañía que tiene como parte de sus campañas de publicidad a un futbolista. Scott Henderson, presidente de la empresa, resume así la incorporación de Peralta: “Trabajamos con un atleta de categoría mundial en el deporte más popular. Vemos con mucho futuro a la Selección Mexicana encabezada por Oribe Peralta.” Para Olavarrieta, Peralta puede todavía incrementar su posicionamiento de imagen. “Quizá si entra más a causas sociales, por ahí puede ser el camino”, afirma. “Oribe no es un jugador agraciado, carismático, polémico; es más bien discreto y los resultados hablan por él, pero a los mexicanos a veces nos gusta que nos traten mal, que nos den gloria y luego decepciones. Él no es así.” Peralta ha expresado que una de sus ilusiones es jugar en Inglaterra. Algo que podría alcanzar si se mantiene en las marquesinas. “Siempre estoy dispuesto a luchar por lo que quiero”, presume. Por lo pronto, Oribe será el nuevo delantero de las Águilas del América para la apertura 2014 de la Liga MX, con una operación cercana a 10 mdd. Pero eso para el futbolista es de menor  importancia. Hace unas semanas subió un video a las redes sociales en que se le ve practicar con su hijo en el patio de su casa. Ambos intentan dominar el balón. Ése es el romántico Peralta, quien prefiere postear a su familia y no dejarse llevar por fiestas, campañas de publicidad o selfies con personalidades. Afortunadamente para él, el mercado ya lo valora después de rescatar a una selección (y a un país) que, por el “milagro Oribe”, estará en el Mundial.

 

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