Los niños de 5 años no están preparados para comenzar sus estudios de primaria y esto es por culpa de la tecnología.

El exceso de tiempo que los menores pasan ante una pantalla durante su primer lustro de vida entorpece sus habilidades y proceso de maduración.

Un estudio pionero en analizar la relación entre uso de pantallas y rezago de los menores de 5 años confirmó que el primero es causa del segundo, y no al revés. Es decir, el tiempo de consumo de contenidos en dispositivos móviles, computadoras o televisores está directamente relacionado con un menor desarrollo de los más jóvenes.

En concreto, cuanto más tiempo pasan ante pantallas los niños de 2 años, menor desempeño muestran una vez cumplidos los 3. Lo mismo con el desarrollo analizado en menores de 3 años que usan pantallas una vez alcanzan la edad de 5 años.

“No se ha observado una asociación contraria”, afirma el estudio, que firma el equipo de la investigadora de la Universidad de Calgary, Sheri Madigan.

La investigación de Madigan analizó menores de 2, 3 y 5 años que consumían aproximadamente 17, 25 y 11 horas de televisión a la semana, respectivamente. La muestra es coherente con un estudio según el cual los menores en Estados Unidos consumen una media de 2 horas y 19 minutos de pantallas al día.

Las edades seleccionadas se justifican porque durante los primeros 60 meses de vida son críticos para el desarrollo humano.

“Cuando los más jóvenes están observando pantallas, pueden estar perdiendo la oportunidad de practicar y perfeccionar habilidades interpersonales, motoras y de comunicación”, explican los investigadores.

Por ejemplo, el consumo de pantallas hace que los menores no se relaciones con sus cuidadores, lo que impide que practiquen intercambios verbales y no verbales.

Sin embargo, en la maduración del bebe intervienen desarrollos cognitivos pero también emocionales.

En particular, el excesivo uso de dispositivos con pantallas debilita los lazos afectivos de los padres con sus hijos, según explica el director de Salud Mental de la Secretaría de Salud, Félix Higuera Romero. Esto puede dar lugar a inseguridades y conductas de protesta o de oposición.

Según reporta el portal dineroenimagen.com, el directivo explicó que aprender a través de dispositivos móviles es fruto de un proceso de memorización sin razonamiento, lógica ni sentido común. Es decir, se educa de manera rápida a vivir una experiencia emocional, lo que impide que el menor no desarrolle virtudes como tolerancia, paciencia o control emocional.

Hay varios factores personales y ambientales que hacen que un niño pase más tiempo ante una pantalla: nivel socioeconómico de la familia, horas de sueño, género del menor, entre otros, según la investigación de la Universidad de Calgary.

“Es posible, sin embargo, que no todos los niños estén igualmente y efectivamente influenciados por el tiempo consumiendo contenidos en pantallas. Pueden haber factores que amortigüen los efectos negativos de las pantallas en su desarrollo”, afirma el equipo de investigadores.

Medigan recomienda a los profesionales de la salud que pongan el acento a que el uso de dispositivos móviles debe ser moderado y que los niños tienen que interactuar con sus cuidadores sin la distracción de las pantallas.

Además, los pediatras podrían desarrollar planes personalizados con las familias sobre cómo consumir dispositivos con pantallas para asegurarse de que el tiempo que pasan ante ellos no es excesivo.

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