Los valores, los buenos y malos hábitos se aprenden en casa. Los niños aprenden observando a sus padres desde pequeños y con la educación financiera pasa lo mismo. Nuestros hábitos respecto al dinero son herencia de nuestro entorno.

“A lo largo de la vida nos desarrollamos por imitación, los niños aprenden observando. Si les explicamos que el dinero es un instrumento y que se gana trabajando fuertemente, seguro lo entenderán. El ejemplo es lo más importante”, señala Juan Pablo de León, autor del libro La gran aventura de Güerquito, del cual también se desprende una plataforma de educación financiera para niñas y niños.

En su opinión, los padres deben enseñar a los niños el verdadero valor del dinero, una lección que les servirá para toda la vida. Hablar de dinero en casa no debe ser un tabú o un pecado. Es esencial hablarlo en familia y predicar con el ejemplo. “Esa será una herencia redituable. Hoy son niños en desarrollo y mañana se convertirán en adultos responsables de sus finanzas”, afirma.

Para empezar a quitar el estigma sobre el dinero hay que hablar del tema de forma abierta, también pueden ayudar los tips de Juan Pablo:

Contágiales tus hábitos de ahorro: cada vez que compres algo en la tienda, cuéntales que el dinero que usas lo ganas trabajando y que procuras buscar productos o servicios en los que puedas ahorrar. Trata de que te vea cuando metes las monedas que ahorraste con esa compra a tu alcancía.

Muéstrales las diferencias entre necesidades y caprichos: una necesidad son los zapatos para ir a la escuela o los alimentos para la familia, un capricho podría ser un juguete o algo que pueda calificar como deseable, pero innecesario. Lo importante es enseñarles que los caprichos no son malos, pero tampoco prioritarios. Enséñale a los más pequeños del hogar que si ahorran, pueden comprarse aquello que deseen y esté dentro de lo que se puede llamar capricho.

Cuéntales dónde trabajas y cómo ganas el dinero para comprar todo lo que se necesita en casa: explícales dónde trabajas, qué haces y que el dinero que ganas te lo depositan una institución financiera. Los niños tienen que ver que, cuando vas al cajero automático, retiras el dinero que ganaste, que no es dinero gratis. La idea es que aprendan a ganar con esfuerzo los recursos que habrán de usar en el futuro para comprar lo que deseen.

No te vayas sin ver esto: 10 consejos sobre dinero para adolescentes

¡Pon manos a la obra!

Juan Pablo de León también sugiere poner en práctica lo siguiente:

“Las alcancías son la primera herramienta de educación financiera que recomiendo. Son sencillas de manejar y pueden ser elaboradas en familia. Es ideal que tengan tres alcancías y a cada una le pongan un nombre (con lápiz o marcador) y una meta financiera. ¡Hazlo divertido! Quizá la alcancía de cerdito sea para comprar un juguete nuevo; la de gatito para invitar a sus abuelitos a un café con galletas; y la otra para ayudar una causa social: una escuela, una casa de personas de la tercera edad. Somos muy afortunados y debemos ayudarnos en sociedad, eso también se aprende desde casa”, indica.

Ahora que hay menos restricciones para salir, intenta ir al mercado y pide a tus hijos que te ayuden a hacer las compras, trata de que vean la diferencia de precios entre marcas para que aprendan a escoger la mejor en cuanto a calidad y precio. Por ejemplo, hagan una comparación entre una marca de leche y otra, explícales cuál es mejor comprar y por qué.

Finalmente, el autor de La gran aventura de Güerquito invita a todos los papás o tíos a explorar todas las opciones para aprender en línea sobre las mejores prácticas de finanzas personales. Hoy hay todo tipo de plataformas, apps y sitios web que brindan muchos conocimientos al respecto.

Enseñarle a tus hijos buenos hábitos financieros es una excelente inversión de tiempo que les dará a ellos los mejores rendimientos al paso de los años.

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