El CEO de Fiat Chrysler Automobiles delineó su plan para que la compañía fabrique más camionetas y vehículos utilitarios, dejando que otras empresas se preocupen por hacer autos más limpios.   Por Joann Muller Fiat Chrysler Automobiles (FCA) acaba de declarar que el romance de Estados Unidos con las camionetas y SUVs es algo permanente. El gigante automotriz anunció un cambio radical en su estrategia, diciendo que dejará de fabricar sedanes pequeños y medianos como el Dodge Dart y Chrysler 200 y rediseñará sus fábricas estadounidenses para producir más jeeps y camionetas. El cambio permitirá a FCA ampliar su capacidad para satisfacer la demanda de vehículos de alta rentabilidad como el Jeep Wrangler, Jeep Grand Cherokee y la pickup Ram 1500. También hará espacio para una Jeep Grand Wagoneer más grande y una camioneta Jeep en el futuro sin tener que construir nuevas fábricas. Es una apuesta arriesgada del CEO de FCA Sergio Marchionne, quien se encuentra bajo intensa presión para alcanzar los objetivos financieros prometidos en 2018 y al mismo tiempo cumplir las cada vez más estrictas regulaciones en materia de ahorro de combustible, emisiones de gases de efecto invernadero y seguridad. El reajuste de la fábrica fue descrito como un “plan de mejora de márgenes” para América del Norte en medio de señales de que la ambiciosa estrategia de crecimiento de Marchionne estaba en riesgo en otras partes del mundo. La incertidumbre que priva en Brasil y China, por ejemplo, llevó a FCA a retrasar los agresivos planes de crecimiento de su marca Alfa Romeo. Aunque costoso –consumirá aproximadamente 900 millones de dólares (mdd) por el tiempo de inactividad de las fábricas y los activos deteriorados– Marchionne calcula que el cambio derivará en un aumento de la producción de camiones y mayores ganancias en el largo plazo, asegurando que la compañía sigue en el camino correcto para alcanzar sus objetivos financieros de 2018. De hecho, sobre la base de su plan de negocios actualizado, FCA dijo que ahora planea superar esos objetivos. Sin embargo, la producción de camiones y SUVs con un consumo de combustible más intensivo parece ir en contra de las regulaciones del gobierno, que exigirá que los autos alcancen un promedio de 5.2 kilómetros por litro para 2025. Prácticamente todas las demás automotrices han respondido a las nuevas reglas, invirtiendo fuertemente en vehículos eléctricos, baterías y tecnologías similares. “Parece haber cierta preocupación por que no tenemos un plan” para cumplir con esos requisitos, dijo Marchionne durante una conferencia telefónica con inversionistas y analistas el miércoles. Él tiene un plan, sólo que no implica la fabricación de vehículos de pasajeros en Estados Unidos. En cambio, FCA buscará alianzas con otros fabricantes de automóviles para producir autos pequeños y medianos que eventualmente podría reemplazar al Dart y al 200. Las camionetas, como la próxima generación de la Jeep Wrangler y la pickup Ram, por su parte, serán más limpias a través del uso de acero ligero avanzado y sistemas de propulsión más eficientes, incluidos híbridos suaves, que expertos de la industria dicen que pueden mejorar la eficiencia de combustible en un 10 a 15%. (Los híbridos leves son una alternativa más barata a los híbridos convencionales, como el Toyota Prius. En un híbrido suave, el motor de gasolina principal recibe un leve “impulso” de un motor eléctrico cuando es necesario, y se apaga cuando el coche se detiene, frena o está en modo crucero, ahorrando combustible.) A largo plazo, FCA también planea versiones diesel e híbridas del Wrangler. FCA también dijo que ofrecerá una versión híbrida conectable de su camioneta de reciente lanzamiento, la Chrysler Pacifica, que saldrá a la venta a finales de este año. Se espera que rinda el equivalente a 3.5 litros por cada 100 kilómetros. No obstante, hay una desventaja de la compra de la Pacifica: la popular función Stow-N-Go (que permite guardar los asientos de pasajeros debajo del piso para aumentar el área de carga) es sacrificada para hacer espacio para la batería híbrida. Si los consumidores deciden que ese cambio no vale la pena, o la Pacifica híbrida resulta demasiado cara, sobre todo cuando la gasolina está en su precio más bajo, no ayudará a cumplir a FCA con los requisitos del gobierno. Fabricar un híbrido sólo cuenta dentro de los planes de cumplimiento de la regulación si la gente lo compra. Los reguladores revisarán los requisitos para 2025 el año que viene para determinar si deben realizar ajustes, pero Marchionne no siente presión. “Una relajación de las normas sería de gran ayuda”, dijo, tal una extensión del plazo, “pero no creo que podamos cambiar la dirección”. Marchionne dejó claro también que no invertirá dinero en tecnología costosa si hay formas más baratas de cumplir con las normas. Como escribí a finales de 2015, FCA ha evitado grandes inversiones en vehículos eléctricos e híbridos mediante la compra de créditos de regulación a otros fabricantes de automóviles, incluyendo a Tesla Motors, Toyota Motor y Honda Motor, y al acumular créditos ganados de forma legítima bajo la Ley de Aire Limpio de Estados Unidos, como la capacidad de combustible flexible, la inclusión de luces LED, cristales tintados, asientos ventilados y mejoras del aire acondicionado. Un analista sugirió que la de Marchionne es una estrategia de cumplimiento riesgosa, dado que la demanda de créditos de regulación probablemente aumentará a medida que se acerque 2025, lo que elevará sus costos. “Siempre y cuando encontremos un modelo económicamente razonable que justifique el precio que pagamos (por los créditos) lo implicaremos sobre el despliegue de la tecnología”, respondió Marchionne. Y así, FCA simplemente fabricará camionetas y SUVs más rentables y dejará que las otras marcas se preocupen por la fabricación de automóviles más limpios.

 

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