Aunque su producción disminuyó, Petróleos Mexicanos (Pemex) contaminó más durante 2016 e incurrió en gastos de limpieza también mayores. Los pasivos ambientales de la empresa que dirige José Antonio González Anaya crecieron 136% hasta 8,230 millones de pesos (mdp). Se considera pasivo ambiental a aquel sitio contaminado por la liberación de materiales o residuos peligrosos, que no fue remediados oportunamente para impedir la dispersión de contaminantes, pero que implica una obligación de remediación. En esta definición se incluye la contaminación generada por una emergencia que tenga efectos a largo plazo sobre el medio ambiente, de acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Del total de 8,230 millones en pasivos, 1,014  corresponden a la división de Exploración y Producción, 2,690 mdp a Refinerías e Industria y 4,524 millones a Logística, según el reporte anual de la empresa en 2016. Para este año, Pemex presupuestó 5,707 millones en proyectos y gastos ambientales, incluyendo modernización de instalaciones, implementación de sistemas, mecanismos para monitorear y controlar la contaminación atmosférica, adquisición de equipos para enfrentar contingencias relacionadas con derrames de petróleo y gas, expansión de sistemas de afluentes de agua, restauración y reforestación de áreas afectadas, estudios para investigación y auditorías ambientales. La empresa productiva del Estado mexicano gastó 11,424 millones en proyectos y gastos ambientales en 2016, 15% más que el desembolso de 2015. Pemex reportó ocho accidentes el año pasado, pero ninguno que tuviera consecuencias ambientales significativas, y dejó fuera la explosión en el complejo petroquímico de Pajaritos, el pasado 21 de abril de 2016, donde tiene una participación minoritaria de 49%. Greenpeace presentó resultados de muestras de agua y suelo recolectadas tres días después del accidente, en busca de sustancias químicas peligrosas en la zona afectada tras la explosión ocurrida unos días antes. La ONG encontró que el químico predominante es el dicloruro de etileno (EDC, por sus siglas en inglés), sustancia catalogada como posible cancerí­geno por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) y los servicios de salud de Estados Unidos. Las concentac­iones halladas de EDC superan de 10 a 28 veces los límites que establece Estados Unidos respecto de las aguas resi­duales que vierte el sector de los plásticos.   Más ordeña de ductos Durante 2015, en su reporte de sustentabilidad, Pemex atribuyó el incremento de los pasivo ambientales a la ordeña de combustibles. Las tomas clandestinas identificadas y selladas aumentaron 9.8% en 2016, según el documento enviado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). Además, el número de personas presentadas ante las autoridades por robo de combustible disminuyó el año pasado en 50%, porque ni “el ejército, la marina y el personal de Pemex no tiene autorizado o permitido realizar detención alguna”. El índice de accidentes de Pemex disminuyó 23.4%, al pasar de 0.47 en 2015, a 0.36 en 2016. El segmento que más contribuyó a esta disminución fue el segmento de transformación industrial. El índice de días perdidos disminuyó en 25.8%, al pasar de 31 a 23 días perdidos por millón de horas trabajadas con exposición al riesgo de 2015 a 2016. Los días perdidos, son aquellos en los que se deja de laborar como resultado de lesiones incapacitantes sufridas en el trabajo o aquellas en las que se paga una compensación por incapacidad parcial, total o permanente o muerte. De acuerdo con el reporte, entre 2015 y 2016, el índice de accidentes de los contratistas disminuyó 40.9%,  y pasó de 0.44 a 0.26 lesiones por millón de horas trabajadas con exposición al riesgo.

 

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