La empresa planea usar los recursos levantados por la venta en nuevos proyectos, entre los que podrían contarse la compra de paquetes accionarios en firmas locales o extranjeras.   Reuters MEXICO DF/MADRID – La petrolera estatal Pemex planea usar los recursos levantados por la venta de su participación en la española Repsol en nuevos proyectos, entre los que podrían contarse la compra de paquetes accionarios en firmas locales o extranjeras. La gigante mexicana terminó el miércoles con una relación de décadas con la firma española tras vender a inversionistas privados el 7.86% de sus acciones, argumentando una baja rentabilidad de los títulos y diferencias con las prácticas de gobierno corporativo de su gerencia. El 1.4% restante se venderá en agosto dependiendo de las condiciones de mercado. Pero la firma está viendo hacia adelante, una vez que se concrete una reciente y estratégica reforma energética que abrirá la puerta franca a grandes jugadores mundiales con los que se puede asociar o competir. “Pemex seguirá abierto y por supuesto perseguirá oportunidades y alianzas internacionales que le permitan incrementar sus capacidades ya sea financieras, de capital humano o tecnológicas, de tal forma que estas nuevas capacidades se puedan explotar quizá fuera de México pero primordialmente en nuestro país”, dijo el director general de Pemex, Emilio Lozoya. “Si hay alguna oportunidad que se presente en el futuro de adquirir estas nuevas capacidades a partir de una posición accionaria en otra empresa cuya sede sea fuera de México pues no estamos cerrados, siempre y cuando eso genere valor”, añadió en conferencia de prensa. Si bien no especificó proyectos concretos, el alto funcionario dijo que el portafolio que estudian va desde proyectos de exploración y producción de hidrocarburos hasta actividades industriales o de transporte. La venta del 7.86%  de las acciones de Pemex en Repsol se hizo a 20.10 euros por acción, con un descuento del 3.7% respecto del cierre de los títulos de la compañía española el martes, en una colocación gestionada por Citigroup y Deutsche Bank.   Historia de desencuentros La salida de Pemex de Repsol se da tras un largo periodo de desavenencias entre ambas firmas, que se agravaron en los últimos meses, y poco antes de la primera visita del presidente mexicano, Enrique Peña, a España. Pemex ha mostrado públicamente su desacuerdo con la dirección de Antonio Brufau al frente de Repsol y cuestionado el poco valor que ha generado a los accionistas mientras el directivo español recibía jugosas compensaciones. Pemex dijo el miércoles en un comunicado que la decisión de desinvertir en Repsol “obedece a la baja rentabilidad de las acciones obtenida por la actual administración frente a otras petroleras, a nuestras diferencias con sus prácticas de gobierno corporativo y a que no se materializaron los beneficios mutuos que Pemex esperaba de la alianza industrial firmada con Repsol”. Pemex dijo también que la falta de interés de Repsol en Pemex se evidencia en el plan de negocios de la española, que no considera “ni México ni Pemex”. Las acciones de Repsol, cuyas transacciones bursátiles fueron suspendidas antes del anuncio, cerraron con una baja del 3.62% en la bolsa de Madrid a 20.11 euros. Por separado, HSBC Holdings declaró un 5.37 % de participación en Repsol valuada en 1,400 millones de euros el martes, convirtiéndose en el cuarto mayor accionista de la petrolera española detrás del prestamista CaixaBank, la constructora Sacyr y la singapurense Temasek. La interrogante sobre si Pemex todavía podría asociarse con Repsol para actividades de exploración en aguas profundas en el Golfo de México probablemente estará en la agenda de Peña Nieto cuando se reúna con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, la semana próxima, de acuerdo a Robert Tornabell, economista de la Escuela de Negocios Esade en Madrid. “Las negociaciones sobre el Golfo de México ahora pueden desarrollarse país a país, sin que el asunto de la participación esté en el medio. Para España es crucial poder importar gas desde México para enviarlo más tarde al resto de Europa”, declaró Tornabell. México busca elevar su producción de gas y crudo, este último vital para las finanzas públicas, y apuesta a que la profunda reforma energética aprobada hace casi seis meses atraiga millonarias inversiones en el sector. No obstante aún el Congreso debe aprobar una amplia agenda de leyes para normarla.

 

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