Hay momentos en los que resulta extremadamente complejo extraer conclusiones positivas de un análisis, y he de decir que estamos ante uno de esos momentos. La economía mexicana, atendiendo a los principales indicadores económicos, sigue desacelerándose, y pese a que hablamos de un enfriamiento económico global, como anunció el Fondo Monetario Internacional (por sus siglas y en adelante, FMI), hay economías que siguen sin recuperarse del duro shock pandémico, las cuales no pueden permitirse apagar el motor en plena recuperación económica.
Si analizamos la economía mexicana, los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) nos permiten ver que la actividad económica en México avanzó un 1.3% interanual durante el pasado mes julio; empujada principalmente por la industria. De esta manera, la economía mexicana esquivó la contracción económica, alcanzando un crecimiento modesto que, contrastado con el mes anterior, es decir, en la variación mensual, se situó en el 0.4%. Teniendo en cuenta la situación que vive la economía global, estos resultados distan mucho del peor escenario posible.
Sin embargo, pese a que el escenario podría ser peor, debemos tener en cuenta que la situación, lejos de mejorar, parece que irá a peor. La tendencia que observan los analistas nos dice que la economía, como avisábamos hace semanas, sigue desacelerándose, y en tanto en cuanto se apaga la economía, los organismos aplican reajustes a unos cuadros macroeconómicos que distan bastante de lo que mostraban estos hace escasos meses. Y como prueba de esto que comento, basta observar las variaciones que presentan los pronósticos que publica el FMI, o los que ha publicado recientemente la OCDE.
Si cogemos los publicados por la OCDE, es preciso destacar que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, en un escenario en el que la inflación no remite, los escollos siguen presentes y, en esencia, la situación económica no mejora, ha rebajado la perspectiva de crecimiento para la economía mexicana. Hoy, los pronósticos relativos a la economía mexicana, que en junio se situaban en el 2,1%, se sitúan en el 1,5%. Una revisión muy en la línea de la realizada por el Gobierno mexicano, que ancló las expectativas en un 1,8%.
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De esta manera, la economía mexicana comienza a mostrar los síntomas de una desaceleración económica que está apagando el crecimiento de esta economía emergente. La situación que atraviesa el planeta, la desaceleración económica estadounidense que acaba contagiando a la economía azteca, así como todos los escollos que, como la guerra de Ucrania, inciden en la economía, están perturbando el comportamiento de esta, a la vez que matan el dinamismo que, debido a la reapertura, estaba registrando el mundo.
Por esta razón, podemos decir que se avecina un 2023 difícil. Y hemos de señalar que han sido los propios analistas de Bloomberg, también, los que han avisado de las dificultades que vivirán las economías de América Latina durante dicho ejercicio, a la vez que han confirmado el consenso existente en lo que respecta al crecimiento económico mexicana durante el presente y el próximo ejercicio, así como la tendencia que puede apreciarse en la evolución de la economía, en los pronósticos, así como en todos los indicadores económicos consultados.
En resumen, la situación que presenta la economía mexicana es bastante complicada. En un momento en el que nos recuperábamos, la economía vuelve a apagarse, a la vez que los pronósticos advierten de futuras sombras en el horizonte que seguirán complicando el camino. Teniendo en cuenta la excepcional incertidumbre y la delicada situación, debemos medir con lupa las decisiones adoptadas, ya que nos jugamos mucho. Pues, en conclusión y como dijo Thomas Sowell, “Debemos medir las políticas por el impacto causado a la sociedad, y no por la intencionalidad con la que fueron aplicadas”.
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